Cuenta regresiva para los Óscar: Black Panther
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Reseñaremos las 8 películas nominadas a Mejor Película por la Academia este año. Black Panther será la primera de este especial
En Black Panther hay una familia, un país y una realeza. La película empieza con unos niños jugando basket en un barrio de Oakland, California en 1992. Uno de esos niños será el villano de esta, la primera película de super héroes que queda nominada a Mejor Película en los Premios de la Academia. Este domingo la película se llevó el galardón a Mejor Reparto en los premios del Sindicato de Actores y la semana pasada fueron anunciadas las siete nominaciones que tiene en los Óscar.
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El argumento
Cuando muere su padre, el príncipe T'Challa debe asumir el trono de Wakanda, una nación africana hermética ante el mundo exterior. Esta medida hace parte de un intento por proteger el vibranio, un valioso metal que solo se encuentra en Wakanda y con el que los wakandianos han desarollado tecnologías que el resto del mundo no sabe ni que existen. Como ya antes Estados Unidos ha robado vibranio de Wakanda y después de siglos de opresión e intentos de colonización, el rey de Wakanda ha decidido cerrar la frontera para proteger a los suyos. En la coronación de T'Challa, quien luego será Black Panther, podemos ver, sin embargo, el descontento de una de las tribus, que opina que el vibranio debe defenderse con más ahínco y fuerza.
Dentro de las oposiciones políticas con las que se encuentra T'Challa al asumir el poder está la de su propia exnovia, la guerrera Nakia, interpretada por Lupita Nyong'o, quien opina que Wakanda debe compartir su materia prima y su tecnología con el resto del mundo. También está la de la tribu fronteriza, liderada por el mejor amigo del rey, interpretado por Daniel Kaluuya, quien aunque no le hace una oposición demasiado fuerte, sí le aconseja que el vibranio y sus poderes deben permanecer en secreto.
Así que esta película cuenta con un argumento extremedamente político y más complejo de lo que se creería. Sin embargo, está lejos de ser un drama político, pues nunca pierde de vista lo que los espectadores fueron a ver: una película de super héroes. Así que tiene muy buenas escenas de acción en las que hombres y mujeres se dan duro por igual; chistes típicos de Marvel, ahora puestos en boca de una genia adolescente, la princesa Shuri, en una genial interpretación de Letitia Wright; excelentes efectos especiales, mucho mejores que la de la posterior Aquaman; trajes y gadgets creativos; y buena música.
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El villano
Pero quien se roba el show es Michael B. Jordan, quien interpreta a Killmonger, el heredero ilegítimo del trono de Wakanda. Es un hijo bastardo del tío de T'Challa, nacido en Estados Unidos. Podría decirse que Killmonger es una especie de dreamer: hijo de inmigrantes que ha vivido en el guetto toda su vida y ha tenido que ver cómo el hombre blanco oprime a la que él llama "su gente". Killmonger, entonces, es un exagente de la CIA y veterano de Afganistán que ha vuelto a Wakanda a reclamar el trono. T'Challa, que hasta hacía muy poco no sabía de la existencia de su primo en Estados Unidos, no sabe muy bien qué hacer al respecto, solo sabe que es "un forajido" y que por eso no puede gobernar Wakanda.
A diferencia del papel de T'Challa, el super héroe en exceso bueno e interesado por el bien común, el personaje de Killmonger, el villano, está escrito con un alto grado de complejidad. El discurso del villano puede resumirse, por un lado, en el eslogan de la campaña de Donald Trump "Make Wakanda Great Again", pues está interesado en cerrar el país y demostrar a las otras naciones cómo la suya es superior por medio de una guerra mundial en la que las armas construidas con vibranio no tendrían competencia. Por otro lado, e irónicamente, su discurso también podría resumirse en el eslogan de las Panteras Negras, partido político sesentero al que hace referencia la película con su título, "All Power To The People", pues pretende, como rey de Wakanda, sacar a la realeza de su propio privilegio y darle poder no solo a los wakandianos sino también a los inmigrantes y esclavos que viven oprimidos en otras naciones.
Este discurso, complejo y genial, se gana el apoyo de todos los espías wakandianos alrededor del mundo y de la tribu fronteriza. Y, al verlo, el espectador puede ver por qué: Killmonger ha tenido que ver sufrir a los suyos, él mismo ha sido ignorado y oprimido. Esta figura la hemos visto antes en Magneto en las películas de los X-Men, quien se enfrenta a los suyos por defender una idea de guerra contra los humanos que han maltratado y negado la existencia de los mutantes. No es, entonces, un villano simple, "un malo", es un personaje resultado de una historia.
Incluso el super héroe, que termina siendo el gobernante justo, termina por estar, en parte, de acuerdo con él. Aunque en algunos diálogos desafortunados T'Challa se refiera a su primo como "monstruo", al final reconoce que "su gente" no vive solo en Wakanda, sino al rededor del mundo y que es su deber como rey darle poder (y con poder se refiere a conocimiento y tecnología) también a los niños que juegan basket en el guetto de Oakland. No se me ocurre otra relación super héroe/villano, además de la de Magneto y el Profesor X, clásicos amigos/enemigos, tan interesante como esta: al final, el villano, que encarnaba la resistencia pero también el resentimiento, tuvo algún impacto político sobre el super héroe.
La película permite imaginar el potencial del tercer mundo si fuera manufacturero e investigador de su materia prima y además se burla del primer mundo y del hombre blanco, que subvalora a África y se cree amo y señor del conocimiento y la tecnología. Además, reúne a los actores afro de moda aumentando con esto la representatividad de la juventud negra en la pantalla. Y, como si fuera poco, esta película, anticolonialista y antiimperialista, termina con un epílogo en el que le tira a Trump, pues, en palabras del Black Panther, "el sabio gobernante crea puentes y no muros".
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón
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