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Desfile Infantil resalta la tradición del Festival de las Flores de Medellín

Alrededor de 2.700 niños de cuatro a once años desfilaron por Medellín vestidos de campesinos y portando coloridos arreglos florales, manteniendo viva la tradición en el inicio de la 67 Feria de las Flores, que se extenderá hasta el 11 de agosto con más de 100 actividades públicas.

Las calles de Medellín se transformaron este sábado con el vibrante Desfile de Silleteritos. Este desfile infantil único, en el que participan alrededor de 2.700 niños de entre cuatro y once años, es un testimonio del rico patrimonio cultural de la ciudad. Vestidos como agricultores tradicionales y llevando arreglos florales ligeros en sus espaldas, los niños celebran y preservan las tradiciones únicas de Antioquia.

Tras el concierto inaugural de la noche del viernes y la inauguración de la Plaza de las Flores en dos localidades de la ciudad, el primer acto significativo del festival fue el Desfile de Silleteritos. Este desfile está dedicado a los niños, animándolos a abrazar las costumbres de sus antepasados ​​y sentir una profunda conexión con su identidad regional. El espectáculo, que llega a su 35ª edición, contó con los jóvenes participantes desfilando por el barrio de La Floresta ante el aplauso de cientos de espectadores.

“Este es el tercer desfile más antiguo de la Feria de las Flores. Comenzó en el parque del barrio La Floresta con una pequeña guardería y hoy cuenta con 2.700 niños, enseñándoles las tradiciones antioqueñas”, dijo Gustavo Ortega, organizador de este desfile infantil, en entrevista con EFE.

El evento, que estuvo íntegramente centrado en los niños, contó con las actuaciones de 40 grupos artísticos y culturales y bandas de música. En el desfile participaron niños de varios barrios de Medellín y municipios como Carolina del Príncipe, Yarumal, El Retiro y Carmen de Viboral.

Una celebración inclusiva

Santiago Silva, secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, destacó la alta asistencia a los eventos del día inaugural del festival, entre ellos el Festival Nacional de la Trova, el concierto inaugural, la Plaza de Flores y una muestra de música popular y bailable a cargo de la Red de Música de Medellín. “Tuvimos la actuación de más de 50 artistas y nos acompañaron 55.000 ciudadanos. Estamos encantados porque la gente se está apoderando de los espacios públicos y disfrutando del festival como un evento en la calle”, comentó Silva.

La Feria de las Flores continúa con eventos como la Feria a Ritmo de Bicicleta, la Calle de los Artistas y el Mercado de San Alejo. Los organizadores esperan recibir este año a unos 50.000 turistas, de los cuales el 54% serán visitantes internacionales. Se proyecta que esta afluencia traerá un impulso económico de aproximadamente 18 millones de dólares y una tasa de ocupación hotelera del 88%, según el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.

El punto culminante del festival, el Desfile de Silleteros, tendrá lugar el 11 de agosto. Este evento es el más significativo dentro de la Feria de las Flores y una de las principales atracciones para los visitantes. El desfile de este año contará con 530 Ballesteros y se espera que asistan más de 600.000 espectadores, lo que lo convertirá en un gran espectáculo de color y tradición.

El Desfile de Silleteros representa el corazón y el alma de la Feria de las Flores. Los Ballesteros, que llevan elaborados arreglos florales en sus espaldas, encarnan la rica historia y el patrimonio cultural de la región. Estos arreglos, que a menudo presentan diseños intrincados y colores vibrantes, son un testimonio de la creatividad y la artesanía de la comunidad local.

La Feria de las Flores es más que una simple celebración de las flores; es un homenaje al espíritu de Medellín y su gente. Muestra el compromiso de la ciudad de preservar sus tradiciones y al mismo tiempo abrazar la modernidad y la inclusión. La amplia gama de actividades del festival garantiza algo para todos, desde desfiles y música tradicionales hasta arte contemporáneo y eventos ciclistas.

El impacto económico y la importancia cultural

La Feria de las Flores no es sólo un evento cultural; es un importante motor económico para Medellín. La afluencia de turistas, tanto nacionales como internacionales, proporciona un impulso sustancial a la economía local, contribuyendo al crecimiento económico de la ciudad. Su participación en el festival apoya a varios sectores, incluidos la hostelería, el transporte y el comercio minorista.

El festival también sirve como plataforma para artistas e intérpretes locales, permitiéndoles mostrar sus talentos a una amplia audiencia. Incluir diversas actuaciones artísticas y culturales resalta la riqueza y diversidad de la cultura colombiana. Fomenta un sentido de orgullo y unidad entre los residentes de Medellín, reforzando la identidad y el patrimonio cultural de la ciudad.

La Feria de las Flores es más que una simple celebración de las flores; es un homenaje al espíritu de Medellín y su gente. Muestra el compromiso de la ciudad de preservar sus tradiciones y al mismo tiempo abrazar la modernidad y la inclusión. La amplia gama de actividades del festival garantiza algo para todos, desde desfiles y música tradicionales hasta arte contemporáneo y eventos ciclistas. También promueve la conciencia ambiental al resaltar la importancia de las flores y la naturaleza en el paisaje cultural de Medellín.

Mientras Medellín mira hacia el futuro, la Feria de las Flores sigue siendo vital para el tejido cultural de la ciudad. La capacidad del festival para adaptarse y evolucionar sin dejar de ser fiel a sus raíces es un testimonio de su perdurable relevancia. Al incluir nuevos eventos y actividades, el festival garantiza que siga siendo dinámico y atractivo para todos los asistentes, al mismo tiempo que preserva las ricas tradiciones de la ciudad para las generaciones futuras.

El énfasis en la participación de los niños en eventos como el Desfile de Silleteritos subraya la importancia de transmitir las tradiciones a las generaciones futuras. Al involucrar a los niños en estas celebraciones, el festival inculca un sentido de orgullo y responsabilidad en la preservación del patrimonio cultural de Medellín.

Los organizadores del festival continúan innovando y ampliando la gama de actividades, asegurando que la Feria de las Flores siga siendo una celebración vibrante e inclusiva. El compromiso con la accesibilidad y la inclusión es evidente en la amplia variedad de eventos que atienden a diversos intereses y grupos de edad. Este enfoque garantiza que el festival refleje verdaderamente el espíritu dinámico y multicultural de la ciudad.

Un festival de unidad y celebración

La Feria de las Flores es más que un simple evento anual; celebra la identidad, el patrimonio y el espíritu comunitario de Medellín. El festival reúne a personas de todos los ámbitos de la vida, fomentando un sentido de unidad y propósito compartido. Es un momento de reflexión, celebración y renovación mientras la ciudad honra su pasado y abraza el futuro.

A medida que se desarrolla la 67ª edición de la Feria de las Flores, la gente de Medellín recuerda la belleza y la resistencia de sus tradiciones culturales. El festival es un faro de esperanza y orgullo, que muestra lo que ofrece la ciudad. Es un testimonio del poder duradero de la comunidad y de la importancia de preservar el patrimonio cultural para las generaciones futuras.

El Desfile de Silleteritos, con sus jóvenes participantes portando coloridos arreglos florales, simboliza la continuación de una querida tradición. Destaca la importancia de inculcar valores culturales en la próxima generación, asegurando que el legado de los Ballesteros siga vivo. Las diversas actividades del festival y su vibrante atmósfera lo convierten en una experiencia inolvidable para todos.

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A medida que Medellín crezca y evolucione, la Feria de las Flores seguirá siendo una piedra angular del paisaje cultural de la ciudad. Es una celebración de la vida, el amor y la belleza duradera de las flores, que brinda alegría e inspiración a todos los que participan. La capacidad del festival para unir y elevar a la comunidad es un testimonio de la fuerza y ​​la resiliencia del pueblo de Medellín.

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