El perdurable legado del tango en Buenos Aires, Argentina, en medio de dificultades económicas
Quince años después de ser reconocido como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, el tango sigue siendo un elemento vibrante del paisaje cultural de Buenos Aires a pesar de los sacrificios que muchos artistas soportan para dedicar sus vidas a esta forma de arte de renombre mundial.
En el corazón de Buenos Aires, los ritmos atemporales del tango continúan latiendo por las venas de la ciudad, reflejando tanto el orgullo como los desafíos que enfrentan quienes mantienen viva esta forma de arte. Quince años después de su inclusión en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, el tango sigue siendo una parte integral de la identidad cultural de Buenos Aires, celebrado en cafés, calles bulliciosas y en lugares emblemáticos como el Cementerio de la Recoleta y el histórico barrio de San Telmo. .
El tango, con profundas raíces en el tejido cultural de Buenos Aires y Montevideo, trasciende el mero entretenimiento; es un testimonio vivo del patrimonio compartido de Argentina y Uruguay. El reconocimiento oficial por parte de la UNESCO el 30 de septiembre de 2009, en Abu Dhabi, marcó un hito significativo para la comunidad del tango. Sin embargo, la realidad para muchos artistas de tango está lejos de ser glamorosa mientras navegan por un panorama marcado por la inestabilidad económica y la agitación política.
Debajo de la silueta moderna del Puente de la Mujer, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava y símbolo del Buenos Aires del siglo XXI, los bailarines Florencia y Javier se pierden en las suntuosas melodías del tango. Sus movimientos cautivan a los turistas, que captan cada paso con sus teléfonos móviles, expresando muchas veces la sensualidad y la pasión que definen este baile.
“El tango se siente como la esencia de Argentina”, dice João, un turista brasileño, comparando su atractivo con la samba en su país de origen.
Las luchas de los artistas del tango
A pesar de la admiración mundial por el tango, los artistas que dedican su vida a este arte enfrentan importantes desafíos. Florencia, quien abandonó su trabajo en la industria hotelera para dedicarse a su pasión por la danza, destaca la falta de reconocimiento y apoyo financiero al tango dentro de Argentina. “Aquí el tango no está bien valorado ni bien pagado”, señala, sentimiento que comparten muchos en la comunidad.
Florencia y Javier han pasado los últimos ocho meses actuando en las calles y en restaurantes, dependiendo de las propinas de los transeúntes para ganarse la vida. A menudo se enfrentan a duras condiciones climáticas, como el frío cortante del invierno de Buenos Aires, lo que complica aún más su ya difícil situación. Las realidades económicas de Argentina, con una tasa de inflación interanual del 289,4% en abril, exacerban sus luchas. La disminución del turismo durante los meses más fríos de Buenos Aires agrava aún más estos desafíos, reduciendo sus ingresos potenciales.
“El tango es mucho más apreciado en el extranjero. Tenemos amigos que actúan fuera de Argentina, donde son bien considerados y mejor remunerados”, explica Florencia. Por el contrario, los lugares locales que ofrecen espectáculos de tango en vivo en Buenos Aires pagan mal a los bailarines, lo que obliga a muchos a depender de donaciones para sobrevivir.
El significado histórico y cultural del tango
Los orígenes del tango se remontan a finales del siglo XIX, cuando surgió en los barrios obreros de Buenos Aires y Montevideo. Fue un crisol de influencias que fusionó elementos africanos, europeos e indígenas en una expresión cultural única. La danza y la música del tango encapsulan temas de anhelo, desamor y resiliencia, reflejando las vidas de quienes lo crearon. El tango no era sólo un baile; fue una manera para que las comunidades marginadas de Buenos Aires expresaran sus alegrías y tristezas, sus esperanzas y temores.
Históricamente, el tango ha sido una poderosa herramienta narrativa, transformando dolores personales y colectivos en historias convincentes a través de la música y la danza. Esta tradición continúa mientras los artistas del tango moderno lidian con los desafíos socioeconómicos de la Argentina contemporánea, infundiendo en sus actuaciones una conmovedora mezcla de nostalgia, celebración y sátira.
Reconociendo la perdurable importancia cultural del tango, el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires organiza una serie de eventos a partir de este jueves. El programa explorará la rica historia del tango, sus artistas más emblemáticos y su relevancia actual en la sociedad argentina. Esta celebración tiene como objetivo honrar el legado del tango y su designación como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Armando Sartorotti, el curador de la exposición, comparte sus ideas sobre el proyecto. Si bien aprendió poco sobre los aspectos técnicos del tango, obtuvo una comprensión más profunda del espíritu humano. “Aprendí sobre sacrificio, resiliencia, orgullo y humildad. Los jugadores de 1924 viajaron en tercera clase en el Desirade, tal como lo hacían nuestros antepasados cuando vinieron aquí, y los vemos riendo y entrenando en la cubierta del barco en uno de los fotos”, afirma.
La escena del tango hoy
Hoy, la escena del tango en Buenos Aires es una mezcla de tradición e innovación. Si bien muchos artistas luchan contra la inestabilidad financiera, continúan actuando con pasión y dedicación. Las escuelas de tango y las milongas (eventos sociales de baile) brindan espacios para que lugareños y turistas aprendan y experimenten el baile de primera mano. Estos lugares desempeñan un papel crucial en la preservación del patrimonio cultural del tango, asegurando que siga siendo una forma de arte viva y en evolución.
Las dificultades económicas que enfrentan los artistas de tango reflejan problemas más amplios dentro de Argentina. Las recientes crisis económicas del país han afectado a todos los sectores y las artes no son una excepción. A pesar de estos desafíos, el espíritu del tango perdura, impulsado por la resiliencia y la creatividad de sus practicantes.
Más allá de Argentina y Uruguay, el tango tiene presencia global, con comunidades y festivales dedicados en todo el mundo. Esta apreciación internacional no sólo resalta el atractivo universal del tango sino que también nos llena de orgullo por nuestro patrimonio cultural. Brinda oportunidades para que los artistas actúen y enseñen en el extranjero, ofreciendo mejores recompensas financieras y mayor reconocimiento que el que reciben en casa.
La pasión internacional por el tango también subraya la importancia del intercambio cultural. A medida que el tango se extiende por todo el mundo, continúa evolucionando, influenciado por los diversos orígenes e interpretaciones de sus practicantes. Este intercambio dinámico enriquece la forma de arte, asegurando su relevancia y vitalidad.
Un llamado a un mayor reconocimiento y apoyo
Mientras Argentina celebra quince años del reconocimiento de la UNESCO al tango, existe un llamado creciente a un mayor apoyo y reconocimiento para los artistas que mantienen viva esta tradición. El gobierno y las instituciones culturales deben reconocer las considerables contribuciones del tango al patrimonio cultural del país y brindar el apoyo necesario para sostener esta forma de arte. Este no es sólo un alegato de la comunidad del tango; es un llamado a la acción para todos aquellos que valoran y aprecian la riqueza cultural que el tango trae a Argentina y al mundo.
Este apoyo, en forma de asistencia financiera, subvenciones y políticas de compensación justa, es crucial para la supervivencia y el crecimiento del tango. Al invertir en el sector cultural, Argentina puede ayudar a asegurar el futuro del tango y asegurar que continúe prosperando tanto a nivel local como internacional. No se puede subestimar la urgencia de este llamado de apoyo.
El tango es más que un simple baile; es un símbolo de la identidad argentina y uruguaya, un testimonio de la resiliencia y creatividad de su gente. Mientras Buenos Aires celebra este hito, es un momento para reflexionar sobre los sacrificios realizados por los artistas que mantienen vivo el tango y reconocen sus desafíos.
La exposición “4 Estrellas” en Montevideo es un poderoso recordatorio de la rica historia y el legado perdurable del tango. A través de fotografías, artefactos e historias personales, captura la esencia del tango y su importancia en el panorama cultural de Argentina y más allá.
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A medida que el mundo continúa abrazando el tango, es esencial apoyar a los artistas que dedican sus vidas a esta hermosa y evocadora forma de arte. Al hacerlo, aseguramos que el espíritu del tango siga vibrante y que las generaciones futuras puedan seguir experimentando su magia.