El regreso de la popularidad de los reality shows en cuarentena
La cuarentena hizo que muchas personas volvieran a encender sus televisiones. Veamos cuáles son las razones del éxito de los reality shows.
Los reality shows han tomado gran frecuencia durante la temporada de cuarentena. / Foto: youtube.com/Telefe
LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
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Read in english: Reality shows are back thanks to the quarantine
El aislamiento social obligatorio que se impuso en la mayoría de los países provocó que muchas personas pierdan el contacto físico. Sin embargo, eso no significa que no puedan relacionarse a través de nuevas formas de comunicación virtuales, como ocurre con el seguimiento de los programas en vivo.
Una prueba de esto se da a través de los reality shows. Así, vemos que el medio Milenio menciona que la cadena de televisión Televisa produjo el programa Guerreros 2020, que se posiciona como un reality show donde los influencers y deportistas se enfrentarán en algunas competencias deportivas.
Sin embargo, eso no es todo. Esta tendencia también está presente en América Latina, donde el medio Infobae menciona que un reality show argentino de pastelería, conocido como Bake Off, se volvió extremadamente popular durante la cuarentena. A pesar de estar grabado durante el año pasado, provocó una revolución en las redes sociales y un aumento de rating impresionante. Veamos las causas del éxito de los reality shows, especialmente en este contexto tan delicado.
¿Por qué triunfan los reality shows en cuarentena?
En un primer lugar, debemos mencionar que el medio Clarín considera que la televisión debió cambiar a raíz de la pandemia. Es decir, mientras muchos programas debieron emitirse con distanciamiento social físico (por ejemplo, realizándose desde las casas), otras cadenas consideran que lo ideal es utilizar contenido ya grabado para evitar posibles contagios en los estudios.
Es aquí donde entra el sorpresivo éxito de Bake Off, que la web de Télam comenta como un “furor en la pantalla y en las redes sociales”. Todos los domingos a las 22:30 horas, las redes sociales se revolucionan, dado que los usuarios comentan minuto a minuto, a través de memes, quejas y sorpresas, todo lo que ocurre con los participantes.
A pesar de que el programa había tenido una primera temporada relativamente exitosa, es en la segunda donde muchas personas se sumaron para ver el material. Por ejemplo, el diario LM Neuquén menciona que muchos usuarios se “indignaron” cuando se enteraron de que no habría una eliminación en el capítulo 15, ya que todos los participantes estaban a la misma altura.
Entonces, para comprender mejor cómo funcionan los reality shows, debemos situarnos en este contexto tan particular. Lo primero que debemos saber es que, como cualquier programa que se estrene “en vivo”, la idea del minuto a minuto genera una sensación de interacción y cercanía entre los usuarios.
A diferencia de lo que sucede con los contenidos que se pueden ver “en cualquier momento” (como es el caso de Netflix), aquí es importante comentar entre las personas lo que está sucediendo. Esto mismo provoca un efecto contagio, ya que, si uno entra a las redes y no ve el programa, siente que se queda afuera de una temática, por lo que querrá verla para poder comentarla con los demás.
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Esto explicaría las razones por las que Bake Off es el programa más popular de Argentina en este momento, ya que “une” virtualmente a personas que no pueden juntarse por el aislamiento. Sin embargo, no es algo que se dio de forma exclusiva, ya que otros programas que se estrenaban con capítulos semanales, como es el caso de Game of Thrones, también generaban tendencias en las redes sociales. Por ejemplo, la web de Los Andes menciona que hubo un repudio generalizado luego de emitirse el final de la serie.
Sin embargo, a esto debemos agregarle una diferenciación: Game of Thrones es ficción, mientras que los reality shows son personas reales, historias personales. Incluso, desde la perspectiva de Alt Media, todos en esta pandemia estamos viviendo en un “reality show”, ya que nos encontramos mostrando aspectos de nuestra vida a los demás a través de las redes, por ejemplo.
De esta manera, la idea de poder conversar “minuto a minuto” con los demás sobre otros seres humanos simboliza nuestro propio encierro. Si a esto le sumamos una dinámica graciosa, con errores de los participantes y personalidades marcadas, e incluso una estructura de contenido muy amigable y fácil de comprender, entendemos que esta clase de programas siempre tuvieron éxito, pero con la cuarentena mucho más.