“Elvis nunca se equivoca”, un libro para entender el significado de familia
Rodrigo Morlesin nunca se imaginó que escribiría una novela infantil. Todo el mundo a su alrededor se había dado cuenta, menos él, de que podía escribir un libro. “No sé porque ellos veían algo en mí que yo no veía”.
LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz
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Se trata de “Elvis nunca se equivoca”, la primera novela del diseñador y ahora escritor mexicano. Fue publicada en 2016 y está disponible en países como Colombia, México, China, Turquía, entre otros. En palabras de Morlesin “tiene algo que no logro comprender, no tengo palabras para agradecer todo lo que ha sucedido”.
“Elvis nunca se equivoca” cuenta la historia de un perrito callejero que vive con su mamá, y quien considera las calles de su vecindario su casa. Sin embargo, un día, los encargados de la perrera llegan en búsqueda de animalitos para llevarse y en medio de la confusión y el miedo, la mamá de nuestro protagonista muere por un golpe propinado por uno de los hombres.
Desde ese día, nada será igual para nuestro pequeño cachorro; quien tendrá que sortear su nueva vida antes de comprender cuál es su misión como perro en este mundo. Y es que tras un ataque, proporcionado por una jauría de perros y quienes lo utilizaban para poder obtener alimento, huye, pero desafortunadamente es atropellado.
A partir de ese momento Elvis entenderá el concepto del que su mamá le habló: el significado de pertenecer a una familia.
Cuando leas este libro prepárate a sentir una montaña rusa de emociones, desde la felicidad hasta la tristeza; desde la impotencia hasta la comprensión. A lo largo de los capítulos, nos vamos adentrando a la historia de Elvis, las cuales están acompañadas con preciosas ilustraciones del mítico escritor e ilustrador Satoshi Kitamura.
La narración, que no es muy complicada ni detallada, permite una fácil lectura y el hecho de que no sea tan específica posibilita que la imaginación del lector le de vida propia y única a los diferentes personajes.
Por otro lado, y frente a la recepción del libro, Morlesin cuenta que nunca se imagino estar por diferentes países promocionándolo, y al preguntarle sobre cómo y en qué aspectos ha cambiado su vida responde: “nada ha cambiado pero al mismo tiempo si. Sigo viviendo donde siempre, sigo teniendo las mismas deudas, sigo discutiendo por las mismas cosas. Al mismo tiempo nada es igual, todo cambió, mi vida ya no es la misma gracias a ellos”.
LatinAmerican Post tuvo la oportunidad de reunirse con el autor mexicano para hablar un poco más sobre su ópera prima.
LatinAmerican Post: Según tengo entendido, tú eres diseñador, ¿qué te llevó a escribir un libro?
Rodrigo Morlesin: Nunca estuvo en mis planes escribir un libro. Si me hubieras preguntado hace unos años ni siquiera lo habría imaginado. La historia comienza con Satoshi Kitamura, a quien conozco hace años y a quien le conté la idea de esta historia mientras estaba de paso por Ciudad de México, entonces yo le propuse que él hiciera un álbum ilustrado como los que hace tan geniales. Pero él me dijo “escríbela”, y yo “no, yo no soy escritor; yo soy diseñador y te lo diseño”. Él volvió a repetir que yo lo escribiera y que él podía pensar en ilustrarlo.
Pasó el tiempo y yo no me atrevía, y si bien tenía la idea en la cabeza, es muy diferente escribir para periódicos que para una novela. Yo no tenía ni idea de escribir, no he tomado cursos de escritura, de redacción, de nada. Entonces yo no me creía capaz de hacer algo así. Pero el tiempo pasó y yo fui al premio Astrid Lindgren (de literatura infantil otorgado en Suecia), y me senté en la terraza del hotel y en ese momento llegó Elvis a contarme su historia. Así lo fui trabajando y tardé mucho tiempo, pero lo hice. Aún así yo no tenía la certeza de que fuera una historia que valiera la pena, la cosa es que salió, se lo mostré al editor de Planeta y él me dijo que el libro se tenía que publicar en esta editorial.
L.P.: Centrándonos más en el libro ¿Cómo moldeaste a Elvis y la historia?
R.M.: La idea que le había contado a Satoshi era sobre un perro y una niña. Sabía el punto más importante, el más contundente de la historia. Y sabía que la historia tenía que ser contada por el perro. Para mí escribir consiste en enterarme del chisme, en descubrir cosas
Como soy diseñador soy muy visual, entonces al escribir la historia pasa en frente a mí. Entonces me costó descubrir de dónde venía el perro, que no tenía nombre, pero a partir de ahí fue enterarme que sucedía antes y después de este momento tan importante en la historia; inclusive me dio las pautas para escribir el final. La idea llegó en la madrugada de un fin de semana, y menos mal porque lloré bastante, sobretodo al saber que hasta ahí llegaba la historia.
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L.P: Aparte de Elvis, ¿Tienes algún otro personaje favorito?
R.M.: A Elvis le tengo mucho cariño. En verdad a todos les tengo cariño, y puede sonar un poco loco, pero fue a partir de las ilustraciones de Satoshi que cobraron una presencia que yo tenía en mi imaginación. Pero cuando los ves en el papel se ven como más tangibles y sufro cuando sufren, y me río cuando están contentos. Elvis se ha vuelto una parte sustancial de mi vida.
L.P.: Durante el libro vemos cómo la reflexión sobre la importancia de la familia se va moldeando, ¿Cómo llegaste a ella?
R.M.: Eso pasó porque el editor me llamó un día, ya estábamos en el proceso terminar de crear la novela, y me dice que en un palabra me digas de qué trata la novela. Yo le contesté que en una palabra no le podía decir de qué trataba. Él me siguió presionando y lo único le dije: familia.
Hoy en día, no te puedo decir porqué la dije, pero encajó cómo la pieza del rompecabezas que hacía falta.
L.P.: ¿Volverás a tu faceta como escritor?
R.M.: Sí. De hecho antes de agarrar el vuelo para venir a Colombia terminé de escribir mi segunda novela, la cual será totalmente diferente a Elvis. Me cuesta trabajo verme aún como escritor. Para esta nueva novela traté de hacer algo diferente, es una novela que se asemeja más a las que yo leo. Se trata sobre unos niños que suben a un tren y no saben a dónde van, saldrá en julio 2020, me tiene emocionado pero al mismo tiempo me da nervios