FICCI: entrevista con Alejandro Landes, director de Monos
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Sobre la adolescencia, la violencia, el paisaje y otras cosas más hablamos con Alejandro Landes, director de Monos, la sorpresa colombiana en el FICCI
Faltando media hora para que comenzara la película, ya había una fila que daba la vuelta al Teatro Heredia de Cartagena, todos esperando a ver la última película del colombiano Alejandro Landes, Monos, sobre un grupo de adolescentes armados y miembros de una Organización rebelde que deben cuidar a una secuestrada americana. Mucha gente se quedó afuera para la primera vez que se proyectaba esta impactante película en Colombia.
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Un día después, ya habiendo pasado la emoción de la primera proyección, hablamos con Landes sobre su película y sobre el FICCI.
LatinAmerican Post: ¿Cómo llegaste a concebir el proyecto en relación con el tema de la violencia?
Alejandro Landes: Bueno obviamente siendo colombiano y de una familia de Medellín, pues la violencia ha estado cerca, escuchar el Medellín de mis abuelos, luego el de mis papás, obviamente un cambio muy fuerte. Después yo crecí fuera de Colombia en parte por eso, así que yo creo que todo el mundo lo conoce, pero yo creo que también es lo que está pasando en el mundo en donde el conflicto hoy en día las lineas están desdibujadas, como que hay una bruma de guerra (…).
Tú le preguntas a un ciudadano norteamericano qué lado representa, un gran porcentaje no sabría qué decirte, porque esto no es la segunda guerra mundial, no es como "estás con los alemanes o en contra”. Entonces, justamente, Colombia ha sido un país donde había tantos conflictos, tantos frentes de batalla. Así que yo creo que eso fue también la inspiración de acercarnos al conflicto, no a través de la ideología sino a través de lo humano. La gente se siente mucho más cómoda con respuestas binarias como usted es hombre o es mujer, usted es de izquierda o es de derecha, es así.
LP: ¿Tú buscabas darle una suerte de voz a la violencia en un sentido más humano, universal, que situarte históricamente en la tradición, por ejemplo, la violencia en Colombia?
AL: Bueno, justamente, el conflicto en Colombia sin duda sirve como fuente de inspiración para la película, pero también lo hace otros conflictos armados, incluso el mismo diseño de vestuario, el diseño de producción, miramos grupos rebeldes en Crimea, en Chechnya, Medio Oriente, acá, y también viejos de los 60 y 70, para poder diseñar las carpas, los vestuarios. En realidad estábamos buscando algo que funcione por sí solo, la película puede existir en su propio vacío, tú no tienes que conocer el conflicto colombiano para vivir la película, pero si lo conoces yo sí creo que experimentas otra película, porque la película sí dialoga con la coyuntura histórica en este momento.
Por eso al final en el helicóptero, se pregunta: "bueno, qué hacemos con el NN", que yo creo que es la gran pregunta hoy en día, o por lo menos una pregunta importante hacerse porque si nos fijamos este no es el primer proceso de paz que vive el país. Entonces para mí también poder dialogar con esos fantasmas de fallos anteriores es lo que también me inspiró en volverla atemporal, es una película que a veces parece postapocalíptica.
LP: ¿Cómo nació el proyecto? ¿Nació con una imagen en específico, con una situación?
AL: Yo creo que nació partiendo de la idea de vivir un momento de altísimo conflicto, que es la adolescencia. Te está cambiando el cuerpo, a su vez el bello, grotesco, la voz, quieres estar solo, pero a su vez quieres pertenecer, tienes esta idea de quién eres, pero se choca con quién quieres ser. Entonces ese conflicto y navegarlo a través de un conflicto mayor que es esta guerra que armamos ficticia, ¿o verdadera?, se contraponen esos dos conflictos. Por eso me pareció interesante navegar ese paisaje, no en el sentido postal, sino en el sentido de emociones, atravesarlo a través de la adolescencia que es algo que también nos une, todos vivimos ese momento en la vida, de grandes pasiones, de grandes alegrías, de grandes amores y desamores.
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LP: La expectativa que se tenía sobre la película fue gigante. Se llenó el teatro, quedó mucha gente afuera, y después la recepción al final: gente gritando, los aplausos. ¿Qué piensas sobre esa recepción acá en Colombia?
AL: La peli va seis semanas de recorrido y los premios en Sundance, la crítica, todo lo que se ha dicho, bellísimo, pero no termina de existir la película hasta que no llega a su público principal que es su público colombiano, entonces que la película se muestre en su tierra fue genial, en verdad bellísimo, me puse muy contento. Me gustó que aunque la película habla de cosas que son muy sensibles, muy delicadas, y por lo general la gente se acerca a ese tema con muchos prejuicios, saben dónde estoy parado, yo estoy pro o en contra, pero como que la peli funciona de una forma más subversiva y siento que la gente vivió una película, una experiencia, ¿no?, es como que la metáfora funcionó (…) yo creo que había dos cosas que quería evadir, lo ideológico, lo panfletario, lo binario, porque son personas, no ideas.
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LP: ¿Qué has pensado sobre este FICCI? No solamente la experiencia de la recepción, sino sobre todo el FICCI, la nueva dirección artística, las nuevas categorías, todo eso…
AL: Te digo la verdad, ha sido tan abrumador lo de Monos que no he podido vivir las películas como me hubiera gustado, hay mucha cosa buena que quiero ver, a mi me encanta estar acá y tuve una gran experiencia con Porfirio, se llevó todos los premios acá, y fue muy lindo, el público la acogió de una manera muy especial. En realidad, es que yo sí creo que a mí no me gusta dividir mucho el cine, porque para mí es importante que el cine que transmite emociones sea lo que nos una, a mí me gusta estar todos juntos, no me gustan que nos separen en muchas categorías. Yo me siento, sí, colombiano, pero latinoamericano, pero iberoamericano, pero del mundo, y siento que a la gente le gusta hablar y entiendo que el cine colombiano, el cine latinoamericano, pero yo creo cambien eso para los pasaportes, para las etiquetas, para los juegos de fútbol, pero el cine lo lindo es cuando, no sé, creo que va más allá, cuando rompe fronteras, y para mí eso es importante.
LatinAmerican Post | Juan Gabriel Bocanegra
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