Juan Cajiao: el colombiano que alegra a Canadá

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A través de la comedia el colombiano Juan Cajiao alegra los teatros canadienses

LatinAmerican Post: ¿Por qué decidiste ser comediante?

Juan Cajiao: Porque sufro de pánico escénico y fue una forma de enfrentar ese miedo que tenía. Empecé haciendo “cuentería” en Colombia que es comedia callejera, en donde me paraba en un espacio público y si a la gente le interesaba lo que estaba diciendo me ponía atención y si no, no.

Mi comienzo haciendo stand-up comedy fue en Toronto hace cinco años, siempre con la necesidad de enfrentar el miedo que tengo a la presentación en público. Creo que los nervios jamás se han ido, nunca logré superarlos, pero aprendí a jugar con ellos y hoy en día me los gozo un montón, es ese miedo el que me mantiene vivo. Por otro lado llevo muchos años de inmigrante, he vivido más tiempo fuera que dentro de Colombia, ha sido un choque cultural gigantesco.

En la comedia encontré la forma de exteriorizar todo ese trauma y dolor que hay detrás de ser un inmigrante, salir de tu zona de confort obligado, empezar de cero una y otra vez, tener que hacer trabajos que uno no quisiera hacer pero son de supervivencia en un país nuevo donde no conoces nada. Para mucho público que son los inmigrantes que pasan por ahí, fue una forma de encontrar a alguien que cuenta ese dolor que todos cargamos.

L.P.: ¿Crees que en Canadá se facilitó hacer tu carrera como comediante?

J.C.: No, yo creo que es más difícil. Si estuviera en Colombia, México o en Estados Unidos, iría diez veces más adelante porque Canadá de por si es un país con una población muy pequeña. A pesar de que hago comedia en inglés, la mayoría la realizo en español porque mi historia es de raices latinas. Yo sé que en otro país me iría mejor, pero lo que he creado con mi socio acá vale más que cualquier fama que me pueda dar más dinero.

Canadá no me ha dado una plataforma como me la podría dar otro país, pero me dio la oportunidad de hacer algo más bonito de lo que podía crear en Latinoamérica. Es un espacio que les da voz a muchos inmigrantes para exteriorizar ese choque cultural. Muchas veces me han dicho: “devuélvase a usted acá le iría mejor”, tal vez en dinero pero no en satisfacción de hacer una diferencia en la vida de la gente.

L.P.: ¿Qué es lo más difícil de hacer comedia?

J.C.: Lo más difícil de hacer comedia es que hace parte de tu propio dolor, te estás abriendo a ser vulnerable y a dejar que tus temores salgan a flor de piel, es tener que enfrentarlos tú mismo y hacer catarsis, lo que es muy difícil; pero al mismo tiempo es muy terapéutico porque te enfrentas contigo mismo y ves la forma de darle vuelta a algo que percibes como malo y lo conviertes en algo bueno.

L.P.: ¿Qué tan difícil fue dejar tu trabajo formal para dedicarte de lleno a la comedia?

J.C.: Yo tengo una charla que se llama “From a six figure salary to six figure laughs” como quien dice pasé de un salario de seis crifras a un salario de mucha risa. Lo más difícil fue abandonar el dinero porque uno se apega mucho a eso, sobre todo cuando eres inmigrante y te cuesta tanto llegar a un puesto digno, que te paguen bien y que no sea el típico puesto de supervivencia.

Yo llegué después de muchos años y muchos intentos fallidos a tener un puesto gerencial en un banco, con un salario que todo el mundo hubiera querido, pero no tenía la satisfacción de levantarme y decir “estoy haciendo algo que va a trascender”. Sentí la necesidad de renunciar al dinero y buscar la felicidad, poco a poco he llegado a ese punto. De resto, me siento muy feliz todos los días levantándome a hacer lo que quiero y a que la gente en ciertos momentos se acerque y diga “Lo que estás haciendo vale la pena y estás cambiando vidas”.

L.P.: Cuéntanos un poco sobre tu experiencia TEDxTalk, ¿Cómo te contactaron?

J.C.: Nosotros dictamos unos talleres acá en Canadá de crecimiento personal, oratoria y comedia, siempre enfocados en que la gente crezca, entonces nos ganamos un dinero del gobierno y nos titularon como jóvenes líderes dentro de la comunidad en Toronto. A raíz de esa titulación nos invitaron a un par de convenciones, en una de ellas trajeron a una persona de Malasia a que dictara una charla quién estaba también gestionando éste evento Ted en la Universidad de Putra Malasia.

Coincidencialmente terminamos hablando con ella y le gustó mucho la historia que habíamos hecho, estaban seleccionando personas de todo el mundo, les gustó muchísimo la nuestra y nos invitaron a dar la charla. Fue increíble pararse al otro lado del mundo, frente a un público completamente ajeno, de diferentes culturas y que aun así la gente se sintiera inspirada por una historia de dos personas que jamás pensaron que iban a hacer la diferencia, nosotros solamente queríamos hacer reír en un comienzo y se convirtió en muchísimo más.

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L.P.: ¿Volverías a Colombia?

J.C.: Creo que si volvería a Colombia en algún momento a hacer comedia también, de hecho voy mucho a presentarme, me invitan a festivales, a hacer shows. Lo que me pica es el dinero, aunque acá me está empezando a ir muy bien, también está mi marca “Malpensando” que es la que está cambiando vidas y a veces cuando digo “me voy”, pienso en lo que he hecho y creo que sería muy difícil abandonar esto por más plata que me gane. De pronto me devolvería a agrandar la escuela de comedia y abrirla allá.

L.P.: ¿Qué tienes pensado para el 2019?

J.C.: Nuestra meta es que más estudiantes se unan a esto, que la familia “malpensando” crezca más. Queremos darle la oportunidad a comediantes latinoamericanos que vengan a Canadá y se den a conocer, empezar a hacer una plataforma también para otros artistas en Latinoamérica para que se abran puertas por fuera y en un futuro mediano tenemos pensado abrir el primer teatro de comedia en español acá.

LatinAmerican Post | Ana María Aray Mariño

Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz