“Lightyear” no es la única: representación LGBTIQ+ en la animación
La nueva película de Pixar, "Lightyear", generó controversia por una escena en el que dos mujeres se besan. Pero esta no es la primera vez que una producción animada tiene representación LGBTIQ+.
Fotos: Estudios Disney
LatinAmerican Post | July Vanesa López Romero
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El pasado 16 de junio se estrenó "Lightyear", la nueva película de Pixar y Disney que relata el origen de Buzz Lightyear, personaje conocido por la saga de Toy Story. Pero con el estreno de la película también hubo controversia, pues esta fue prohibida en 14 países por una escena en la que una pareja de mujeres comparte un beso. Asimismo, generó polémica en los países donde no fue prohibida, pues varios espectadores mostraron su descontento con que se mostrara este tipo de contenido en una cinta infantil. Por supuesto, hubo respuesta por parte de los mismos participantes de la película y de la comunidad LGBTIQ+, que defendieron la escena e invitaron a recapacitar sobre la importancia de que haya una representación abierta para los más pequeños.
Pero, ¿es algo nuevo? Acá te contamos cómo han reaccionado los estudios de animación durante los últimos años a las representaciones diversas.
¿Cómo comenzó todo?: la codificación queer
Puede que a simple vista no lo parezca, pero los personajes LGBTIQ+ han estado presentes en las producciones animadas desde hace un buen tiempo, sobre todo en las de Disney. Lastimosamente, esa presencia no ha sido siempre la mejor forma de representar a la comunidad, pues son los villanos de las películas clásicas de la productora quienes suelen tener las características con las que se les relaciona a la comunidad. Es decir, a partir de subtextos y de estereotipos, los guionistas de las producciones pusieron a personajes LGBT en la pantalla, pero siempre asociándolos a los anti-héroes, por lo que las audiencias infantiles crecieron con estas mismas asociaciones.
El ejemplo perfecto de esto es Úrsula, la villana de La Sirenita. Esta villana está inspirada en la Drag Queen Divine, reconocida por la película "Pink Flamingos", de 1972. En Úrsula encontramos a una villana voluptuosa, con voz gruesa, maquillaje exagerado y manerismos propios de la escena drag. Otros ejemplos son Jafar, de "Aladín", Scar, de "El Rey León" o el Capitán Garfio, de "Peter Pan".
La necesidad de una representación sin estereotipos
La mala representación LGBT no solo se vio en la animación, sino también en el resto de producciones cinematográficas, que, a pesar de mostrar abiertamente personajes diversos sexualmente, siempre los condenó a cumplir no solo con un papel secundario sino que relacionaba su identidad y orientación sexual a dos cánones específicos: ser el alivio cómico o, por el contrario, ser pervertidos o enfermos mentales.
Por suerte esta mirada comenzó a desdibujarse y con la llegada de una lucha social más amplia y abierta en los 2000, y sobre todo en los 2010, las producciones comenzaron a hacer representaciones no solo menos estereotipadas sino también protagonistas. Por supuesto, la animación también respondió a esto. Pero la animación es un tipo de arte que se suele pensar para un público infantil, por lo que ha tenido un camino más cuidadoso que recorrer. Cartoon Network Studios es una de las productoras que más le ha apostado a este tema, y que, de hecho, ha sido reconocido por la comunidad como un abanderado de la comunidad, pues las producciones en las que hay representaciones LGBT son muy claras al respecto, es decir, no hay subtextos o guiños, sino que se muestra abiertamente parejas homosexuales.
Disney es el estudio de animación más reconocido a lo largo del mundo, pero también ha sido uno de los más criticados porque sus producciones clásicas han aportado a generar un ideal respecto a cómo deben lucir y comportarse las niñas y los niños. Por eso, no es de sorprender, que a pesar de que el estudio de animación de Pixar haya buscado desde hace años crear contenido más diverso, este deseo se haya visto truncado por el mismo Disney. De hecho, en el caso de "Lightyear", varios de los empleados de Pixar denunciaron que los ejecutivos de Disney insistieron bastante para que la escena del beso entre mujeres fuera eliminada antes del estreno. Al final, la escena se quedó, y eso es bueno, pero la reacción de las personas más conservadoras deja mucho que desear.
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¿Cuáles son las políticas al respecto?
Si bien puede que los estudios de animación tengan políticas de derechos LGBTIQ+, estos suelen reducirse al ambiente laboral, y no necesariamente al contenido producido, el claro ejemplo es Dinsey, que no hace mucho estuvo en el ojo del huracán por financiar y apoyar el movimiento legislativo "Don't say Gay" en Florida, Estados Unidos. Este proyecto busca que no haya enseñanza sobre orientación sexual o identidad de género en las instituciones educativas.
En este caso, es claro que las políticas de una empresa no necesariamente son acatadas en todas las esferas. Así, un estudio como Disney se muestra abierto de mente al mundo, pero también se pisa a sí mismo a la hora de producir contenido diverso.
Con el estreno de "Lightyear" llega la esperanza de que este tipo de contenidos sean normalizados y cada vez más comunes, pero todavía hay que seguir luchando por los derechos LGBTIQ+, que no se pueden reducir a que las personas sean toleradas, sino que también tengan una posición digna a nivel cultural y eso incluye la representación que se le de en la pantalla.