“Los entresijos de la FIFA” o la crónica de una tragedia anunciada

Con cuatro episodios, “Los entresijos de la FIFA” le regala al espectador la respuesta de por qué Rusia y Catar –sin tener una amplia tradición futbolera y poca infraestructura- lograron quedarse con las últimas dos sedes de la fiesta más importante del fútbol como lo es la Copa del Mundo.

Netflix es experto documentando grandes escándalos de corrupción que le dan la vuelta al mundo. Meses después de que se destapara el escándalo de "Lava Jato" en Brasil, la plataforma estrenó “El Mecanismo”, una serie que retrata cómo se dio el caso de corrupción más grande que protagonizó un país latinoamericano. Ahora hace lo mismo con la FIFA después del "FIFA gate" a semanas de que rodara el balón en Catar.

¿De qué va “Los entresijos de la FIFA”?

El punto de partida de la miniserie se da con el Congreso número 65 de la FIFA en Zúrich (Suiza) cuando el operativo del FBI capturó decenas de dirigentes en mayo del 2015. Desde entonces, hace una retrospectiva que da luces de cómo fue que la FIFA llegó al nivel de corrupción que dejó muy pocos empleados o asociados bien librados.

A diferencia de muchos otros trabajos que se han hecho al respecto, para “Los entresijos de la FIFA” varios implicados de primer nivel como Joseph Blatter o Mohammed bin Hammam accedieron para dar su respectiva versión de la historia. Ambos sufrieron pocas consecuencias legales del "FIFA Gate" y se mantienen en que son inocentes, a pesar de que muchos hechos y testimonios en la misma producción son tendenciosos en mostrar lo contrario.

Para llegar al escándalo, la serie se vale de la realización de dos perfiles cruciales para entender la corrupción. Se trata de semblanzas de Joao Havelange y Joseph Blatter, los dos expresidentes de la FIFA con los que iniciaron la andanada de sobornos. También hay un interés claro en ponerle un foco a la consecución de Catar como sede de la Copa del Mundo del 2022.

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“La pelota no se mancha”

Como bien dijo Diego Armando Maradona cuando se retiró del fútbol profesional: “la pelota no se mancha”. Quienes mejor lo entendieron fueron los directivos corruptos de la FIFA, quienes de soborno en soborno se aprovecharon de la pasión de millones alrededor del mundo. Muchos de los implicados ni siquiera estaban al tanto del deporte y veían cada resultado futbolero con los símbolos monetarios en su cuenta bancaria.

En ese sentido, “Los entresijos de la FIFA” tiene un acierto en hacer constantes paralelos de imágenes de apoyo con niños jugando en canchas de barrio para contrastar con la corrupción que había en los lujosos escritorios de la sede de la FIFA. A pesar de tanto escándalo, la gente sabe que esta pasión es un negocio, pero sigue apoyando a su club o selección porque lo que se juega en la cancha poco tiene qué ver con lo que se decide en Zúrich.

A ratos, el espectador puede llegar a hacer semejanzas de cómo las dinámicas de la serie son más cercanas a las de “Juego de tronos”, en las que cada quién busca escalar y ceder en lo más mínimo con favores.

Prueba de ello es que se está llevando a cabo el mundial de Catar con denuncias de sobornos para la designación de la sede, más de 6 mil muertes de obreros, varias restricciones a las libertades e incluso un cambio de tradición cambiando las fechas del evento. Sin embargo, cada fanático de las 32 selecciones espera que su país levante la copa, ¿quiénes no quieren que sea Messi, Neymar o Cristiano Ronaldo los que sí puedan coronarse?

La pelota nunca dejó de rodar y probablemente nunca lo haga, a pesar de que quienes se encargan de traficar con esta pasión sigan haciendo de las suyas. Ya nadie sospecha de la corrupción de la FIFA, todos están seguros de ella y como la serie “El Mecanismo”, difícilmente cambie el engranaje porque para que las cosas cambien toca sacar el mal de raíz, y la raíz -aunque dolorida – sigue más que viva en la FIFA.