Reacciones a la nueva canción de Shakira: Exigencias feministas y reclamos nostálgicos
Esta semana ha sido tendencia la nueva canción de Shakira en colaboración con el productor argentino Bizarrap. Los usuarios de redes sociales han reaccionado con apoyo y con críticas.
Foto: Bizarrap, Shakira
LatinAmerican Post | Staff
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Tal vez uno de los discos más esperados del año es el de la barranquillera. Durante su ruptura con el futbolista Gerard Piqué, lanzó su sencillo "Te felicito", que inició algunos rumores sobre el divorcio. Ahora, después de que todo ha sido público, Shakira ha lanzado dos nuevas canciones. Una, hace unos meses, "Monotonía", era una colaboración con el reguetonero Ozuna que se concentra sobre todo en la idea del corazón roto después de que ninguno ha podido asumir la responsabilidad de la ruptura. Este miércoles salió la nueva canción de Shakira, en colaboración con el productor argentino Bizarrap, que tiene una letra mucho más directa.
En este nuevo tema, Shakira es mucho más literal y hace referencia a situaciones reales de su ruptura y de su divorcio. Le reclama a su exmarido que le haya dejado a la suegra de vecina, a la prensa en la puerta y con la deuda en Hacienda. Algunos, pues, han comentado sobre la presunta evasión de impuestos y sobre el acoso de los medios de comunicación. Sin embargo, el tema más espinoso y más comentado es, por supuesto, el de la infidelidad. Según el algoritmo, cualquiera que entrara ayer a Twitter o a Tik Tok se encontraría con alabanzas o con críticas a Shakira.
La exigencia feminista
Desde hace un tiempo ya, poco se habla de un producto cultural por sí mismo en las redes sociales. Es muy raro, tal vez con la excepción de los medios especializados, que se reseñe una canción o una película por lo que es. Los usuarios de redes sociales suelen opinar más basados en un "deber ser": se juzgan las canciones y las series de televisión según si "estuvo bien o mal que se hiciera", todos nos preguntamos si es correcto o no. Esto, en parte, se debe a que el público actual es tal vez más suspicaz y exigente. Las feministas, por ejemplo, han podido desvelar claves machistas en películas y canciones populares y han propendido porque la igualdad entre los sexos empape también los productos culturales que consumimos.
Sin embargo, esto ha hecho también que mucho de lo que se lee en redes sociales y en algunos medios en relación a la nueva canción de Shakira se pregunte por si ella debió hacerlo o no y no por si la canción es buena o mala. Ya decir que una canción es "buena o mala" no se trata de su calidad o de las emociones que inspira sino sobre si estuvo "bien o mal" hacerla. Con ese criterio se ha juzgado, de hecho, la carrera de la artista hace algunos años: sus fans juzgan si es una buena o mala decisión colaborar con tal o cual, si está bien o mal cantar sobre todo en inglés, si es correcto mudarse a Barcelona, si debería o no pronunciarse sobre asuntos políticos, etc.
Este criterio funciona, pues, no solo para opinar sobre la vida y decisiones laborales de la artista, sino también sobre su música. Es así entonces que en Twitter hoy se debate si es correcto hablar así del exmarido, si está bien lanzar indirectas a la nueva novia de Piqué, qué clase de madre es Shakira si escribió esta canción. Palabras ya trasnochadas como "sororidad" y "empoderamiento" han resucitado para ensalzar o burlarse de la canción y de la artista; pues una canción de una mujer tan popular no puede tratarse —solo— de despecho, debe haber algo más, algo de feminismo, algún mensaje que nos quiera dar a las demás. Se le exige a Shakira que sus canciones defiendan algo, un discurso, como si defenderse a ella misma no fuera suficiente. Su venganza personal debe darnos algo de justicia a todas.
Algunas le reclaman que haga referencias no solo a su exesposo sino también a la mujer con la que ahora él está, pues la acusan de misógina al insultar a otra mujer. Otras, más iracundas, la felicitan por sacar provecho de su despecho y por insultar a quien le rompió el corazón. Un tercer grupo, las más conservadoras, le critican la falta de decoro y la poca elegancia con la que pretende vengarse públicamente del marido infiel. Algunas otras, más productivas tal vez, embuten la letra de la canción en sus arengas feministas e incitan a las mujeres a "facturar" —o sea, que se pongan a trabajar y a producir plata— en vez de llorar, como dice la canción, pues esto les resulta empoderador. Todas estas son opiniones, en últimas, de cómo debe comportarse Shakira y, por extensión, las mujeres cuando estamos despechadas. Ya hay en TikTok videos que llaman a "no ser esa ex" y que proponen, en contrapeso, manuales de la buena exesposa y de la buena feminista: con responsabilidad afectiva, recato, maternidad abnegada y sin deseos de venganza, mucho menos pública.
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El reclamo nostálgico
No toda la audiencia, por supuesto, juzga las canciones que escucha solo con el criterio de sus principios morales. Hay quienes, y estos son los más pocos, se han atrevido a comentar sobre el beat de Bizarrap o sobre la métrica de la letra. Entre estos, claro, están a los que simplemente no les gusta la canción o a quienes nunca les ha interesado la música de Shakira y son, probablemente, los que menos han opinado públicamente.
Algunos otros, fans antiguos de la música y composición de la cantante, le reclaman a Shakira ya no escribir letras como las de los noventa. Sin embargo, fue en esta década cuando ella lanzó uno de sus grandes éxitos de la época, "Si te vas", que también va sobre un hombre que deja a una mujer por otra. El reclamo con el que comienza la canción es el mismo de ahora: "Toda escoba nueva siempre barre bien". Esto, tal vez, solo pone en evidencia que el tema de la infidelidad y del desamor es un tema de todas las décadas pero que las lecturas, sobre estos temas y sobre Shakira, han cambiado. A la Shakira joven se le aplaudía su "digna rabia", como se dice hoy en redes sociales; pero a la madre divorciada se le pide compostura. La Shakira de 1998 era una feminista iracunda y la de hoy les da a algunos, como también se dice en Twitter, "cringe".
Algo es cierto: en menos de 24 horas la nueva canción de Shakira tiene 50 millones de reproducciones. Y algo más: las reacciones en redes sociales son también una réplica de lo que ella misma hace: exponerse. El infiel ofendido, el preocupado por Milan y Sasha, el que predica el amor libre, el poliamoroso, la feminista rabiosa, la que pide recato, la que la felicita y quien escribe este artículo estamos todos, como ella, en últimas, hablando de nuestro propio despecho. Algo de compañía nos hemos hecho. Y esto no es solamente, como se dice también en redes sociales, monetizar una tusa. Eso se llama escribir canciones.