Reseña “Barbie”: ¿Cumplió con las expectativas tan altas que puso?
“Barbie” arrasó con sus ganancias en taquilla en tan solo los primeros días de estreno, pero ¿cumplió con las expectativas que formó por casi un año?.
Foto: Warner Bros Pictures
LatinAmerican Post | July Vanesa López
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Todo comienza con un riff, y no cualquier riff, sino uno muy reconocible, uno que marca el origen de un todo: la apertura de “2001: una odisea en el espacio” de Stanley Kubrick. Una voz narradora acompaña la sinfonía mientras vemos en medio de un paisaje prehistórico cómo un grupo de niñas destrozan las cabezas de sus muñecas bebés contra piedras ante la revelación de algo nunca antes visto: Barbie. Así es como inicia la nueva película de Greta Gerwig, quien, en 2019, fue anunciada como la directora del proyecto para hacer “Barbie”, que se venía construyendo desde 2014 y que tuvo sus ires y venires. Y es que, ¿por qué una película de Barbie tendría relevancia en un momento en el que hay un despertar social y, sobre todo, feminista?
La elección de Gerwig no solo como directora, sino también como guionista junto con Noah Bauchman, no fue gratuita. Se trató de una estrategia que funcionó a la perfección para Warner Bros. y Mattel. Desde hace más de un año, cuando se viralizaron las primeras fotos de la grabación de “Barbie”, quienes fuimos amantes de la muñeca durante nuestra infancia, no tuvimos más remedio que ceder ante la nostalgia. La buena noticia, para aquellos que crecimos y nos dimos cuenta de la carga estereotípica que tenemos debido (en parte) a nuestra muñeca favorita, fue que la película sería dirigida por alguien que entiende esas cargas y que, de cierta forma, ya era vista como una cineasta con brochazos feministas. Gerwig fue quien le dio la credibilidad a “Barbie” ante los más críticos y escépticos y permitió que se convirtiera en el boom mediático, comercial y cultural.
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Esa credibilidad se terminó de consolidar con el teaser que se estrenó en diciembre del año pasado y que, precisamente, muestra parte del ingenioso prólogo kubrickiano del que es imposible no enamorarse. Desde entonces el hype no hizo más que crecer. Los memes, los #BarbieCore, tiktoks y todo lo relacionado con el producto llenó las redes sociales. Sin embargo, este éxito responde a la estrategia de mercadeo. Ahora, tras verla, vale la pena preguntarse si realmente cumplió con las expectativas que se formaron por más de un año y que generaron todo un movimiento cultural.
Los aciertos y fallas de “Barbie”
Más allá de su espectacular estrategia de mercadeo, “Barbie” logró atinarle a varios aspectos, entre los que destacan el diseño de producción y de vestuario, a cargo de Sarah Greenwood y Jacqueline Durran respectivamente. Lograron capturar la esencia del producto y sentar el precedente de un mundo plástico y absurdamente perfecto en el que las casas no tienen paredes, el mar es una impresión azul con unas cuantas olas plásticas en relieve, comida modelada y duchas sin agua. La manera en la que se construye este mundo permite que el espectador no solo se divierta por lo absurdo de la situación, sino que también recuerde las experiencias de juego.
Esta inclinación hacia la nostalgia llega al espectador a través de las increíbles interpretaciones actorales, entre las que destacan la de los protagonistas. Margot Robbie encarnó a la perfección a la idílica muñeca con cabellera rubia, cuerpo y sonrisa perfecta, pero también transitó a la perfección para mostrarnos a esa misma muñeca perfecta ante un mundo en el cual, contrario a lo que ella creía, no es amada y su perfección se queda en la nada. Su actuación no solo nos divierte, sino que también logra tocar fibras profundas.
Por su parte, Ryan Gosling, que tiene el deber de interpretar a un Ken cuya existencia gira única y exclusivamente alrededor de ser el novio de Barbie, hace una actuación magistral. No solo es divertidísima, sino que también logra explotar la idea de un hombre que descubre su masculinidad de una manera tan absurda, pero al mismo tiempo tan real, que llega a los espectadores para revelar ideas que nos atraviesan.
Por otro lado, Gerwig aseguró en varias entrevistas que esta no sería la típica película de Barbie y que el guion se construyó desde lo subversivo. Estas ideas pusieron las expectativas muy en lo alto. Y bueno, no es que el guion no sea novedoso, lo que sucede es que no es constante.
Al inicio de la película, con el prólogo, se establece un tono que responde a lo satírico y a una comedia inteligente que atraviesa lo más hermoso y dulce de Barbie para convertirlo en algo absurdo, que se burla de sí mismo e incluso llega a ser depresivo. El guion se construye a partir de la idea de que las Barbies creen que resolvieron todos los problemas de las mujeres del mundo real a partir de ser simplemente ellas. Asimismo, el nudo se crea gracias a que, en el mundo real, quien juega con la Barbie estereotípica traslada sus ansiedades y tristezas a la muñeca, por lo que esta deja de ser perfecta y debe emprender un viaje al mundo real para volver a ser ella misma. Un problema sencillo, el típico viaje del héroe, que a través de un buen inicio y una comedia ingeniosa parecía construir una gran película.
Sin embargo, el rumbo después de la primera media hora pasó de ser ingenioso a tornarse repetitivo y, paradójicamente, poco constante. Los chistes inteligentes alrededor de Barbie como producto no paraban de aparecer en cada momento que se podía, así no fueran del todo necesarios. Del otro lado se optó para otras escenas por chistes más básicos, que en parte responden a la típica comedia estadounidense y comercial.
Es una sorpresa encontrar un guion que responde tanto a eso comercial en una directora como Gerwig, que es reconocida por sus guiones sumamente constantes e inteligentes que alcanzan a los espectadores de todas las formas posibles. Con “Barbie” logró divertir, pensar e incluso hacer llorar, pero definitivamente no cumplió con las expectativas que traía, no solo la idea de Barbie, sino su propio nombre. En definitiva, no se trata de una mala película, es muy buena, entretiene y cumple con su cometido, pero no es lo que para muchos parecía ser y no es para nada subversiva. Parece ser que su nivel más comercial se comió lo que quizás pudo llegar a ser.