¿Separar el autor de la obra? Apuntes sobre Leaving Neverland
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Leaving Neverland es un documental que explora la mente de Michael Jackson a través de las declaraciones de dos hombres que alegan haber sido abusados por el cantante cuando eran niños
Este año se cumple una década de la muerte del rey del pop. Michael Jackson sin duda cambió la historia de la música pop y de su puesta en escena. El cantante y bailarín falleció hace ya diez años a causa de una falla cardíaca en circunstancias misteriosas en las que el artista habría tomado distintos fármacos en cantidades perjudiciales.
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En el Festival Sundance 2019, en enero de este año, se estrenaba Leaving Neverland, un documental de HBO. El público general lo conoció hasta ahora el mes de marzo cuando la cadena lo transmitió en dos partes.
El documental, que dura cuatro horas, gira alrededor de la historia de dos hombres que dan detalles sobre su relación con Michael Jackson durante su infancia: Wade Robson y James Safechuck. En 1993 Jackson fue acusado de abuso sexual por Jordan Chandler, quien en ese momento tenía 13 años. Los abogados del cantante lograron un acuerdo con la familia de Jordan y no presentaron ningún cargo. Luego, a inicios de los 2000 Jackson volvió a lidiar con rumores sobre su relación con niños pequeños en su mansión Neverland Ranch después del lanzamiento del documental Living With Michael Jackson. Sin embargo, en 2009, después de su muerte, estos rumores desaparecieron detrás de una idealización del rey de pop.
En 2013 Wade Robson puso una demanda alegando que Michael Jackson había abusado de él durante un período de siete años desde que él tenía siete años. Esta demanda fue descartada debido a que, según el tribunal, había sido puesta demasiado tarde. Un año después lo siguió James Safechuck, quien afirma que Jackson abusó de él durante cuatro años desde que él tenía diez. Ambos habían sido testigos en tribunales en otras ocasiones en las que Jackson había sido acusado de abuso sexual y ambos lo defendieron cuando eran niños. Ahora, diez años después de su muerte, cuentan su historia de abusos para HBO en Leaving Neverland.
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La recepción de Leaving Neverland
La transmisión del documental ha generado emociones encontradas dentro de la industria de la música y entre los fans del rey del pop. Por un lado, la respuesta de la crítica está entre positiva y negativa. En Rotten Tomatoes tiene una aprobación del 98%. Algunos críticos de distintas revistas como el Hollywood Reporter y The Daily Telegraph lo encuentran mediocre como documental y creen que está totalmente balanceado hacia un lado de la historia y no muestra ningún interés por mostrar o indagar otra versión. Sin embargo, todos reconocen la importancia de la historia y lo aterrador del testimonio de las víctimas. Para algunos, como David Fare de la Rolling Stone, es una virtud que el documental haya escogido un lado y tome postura sobre la historia que está contando.
La transmisión de Leaving Neverland ha despertado también un desagrado y sabotaje a la figura de Michael Jackson. Varias emisoras de radio han decidido dejar de poner sus canciones y algunos artistas se han alejado de la figura del cantante. El canadiense Drake, por ejemplo, ha retirado de las plataformas de streaming su canción "Don't Matter To Me", que tenía unos vocales de Jackson. Algunos creen que no se debe ni se puede escuchar la música del rey del pop después de haber visto el documental. Hank Stuever de The Washington Post dice "apaguen la música y escuchen a estos hombres".
Paradójicamente, de acuerdo con Billboard, las canciones de Jackson han subido un 10% en reproducciones. Tampoco faltan sus fans más aguerridos que han acusado al documental de sesgado y ligero. Algunos de sus fans exigieron al Sundance cancelar la premiere del documental y protestaron en las oficinas de Channel 4, cadena que produjo el documental en colaboración con HBO.
¿Dejar de escuchar a Michael Jackson?
Para muchos esta nueva información sobre el rey del pop significa un dilema, ¿se puede y se debe separar al autor de la obra? No es la primera vez que se emprenden campañas que buscan el boicot a un artista por lo que hace fuera del escenario. Este mismo año el hashtag #MuteRKelly se volvió tendencia después de que Lifetime transmitiera por varios domingos seguidos Surviving R Kelly, un documental que daba voz a las víctimas del rey del R&B. Este mismo año tamién se conocieron las alegaciones que hay en contra del reguetonero colombiano Kevin Roldán, cuya "PPP" llevaba varios meses sonando en discotecas y emisoras.
¿No deberíamos, entonces, leer los versos misóginos de Quevedo ni bailar reguetón? Creo que no se pueden resolver la mayoría de los conflictos que plantean los productos culturales. Lo cierto es que vivimos en una sociedad machista, racista, homofóbica, y que, en tanto hijos de esa sociedad, los productos culturales que consumimos serán en su mayoría machistas, etc. Esto no quiere decir, sin embargo, que nosotros, en tanto consumidores de estos productos culturales, no tengamos ninguna responsabilidad. Si bien no podemos buscar resolver absolutamente todos los conflictos que nos plantea la música (la salsa, por ejemplo, obedece a una figura del amor y del coqueteo absolutamente machista, pero no por eso debemos dejar de oírla, sino preguntarnos por esa imagen del amor que nos plantea este género y cuestionarla), sí podemos hacernos cargo de lo que escuchamos.
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En este sentido, después de saber que Kevin Roldán golpea a su novia, ya podemos imaginarnos qué quiere decir cuando canta "a ella le gusta cuando estoy PPP". Así, no se trata solo de un mero sabotaje del artista (que igual debe existir, por supuesto), sino que el sentido de su música y el significado de sus canciones cambia radicalmente cuando conocemos estos detalles sobre su vida. Es imposible para mi cantar la canción de Kevin Roldán sin imaginarme que hace referencia a la violencia de género, o escuchar las canciones de R Kelly que hablan sobre que la edad no es una barrera para "el amor".
Además, debemos ser conscientes de que nuestro consumo de productos culturales le genera ingresos a los artistas que escuchamos. De esta manera, cada reproducción de una canción de estos personajes significa un apoyo económico al artista. Así, si la ley no los castiga, como mínimo nosotros los oyentes debemos boicotearlos. Me pregunto si este boicot tiene sentido en el caso de Michael Jackson, que ya está muerto y no gana con su música. Ya juzgará el lector si el significado de su música cambió después de haber visto Leaving Neverland.
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón
*La opinión de redactor no representa la del medio