¿Sólo glamour y moda?: La otra cara del Bogotá Fashion Week
¿Se gastaron la plata del mecato en alquilar el Ágora Centro de Convenciones?
Tras entrevistar a varios modelos partícipes en Bogotá Fashion Week, evento que tomó lugar en la capital colombiana desde el martes 24 de abril hasta el 26 del mismo mes, comentarios y quejas salieron a relucir. Aquellos jóvenes modelos comenzaron su jornada laboral desde el sábado 21 de abril –la cual se puede evidenciar en la imagen adjunta- . La jornada incluía prueba de vestuario y ensayos de pasarela, lo cual, para los profesionales, es más que habitual.
Este año, la Cámara de Comercio (CCB), dueña del BFW como plataforma comercial y encargada de la promoción de la misma, enfocó toda su energía, y sobra decir presupuesto, para brindar una experiencia única, tanto para quienes asistieron al evento como para quienes fueron parte del show.
Varios modelos, quienes desean mantenerse anónimos, afirmaron que en ningún momento les ofrecieron alimentación en el BFW, luego de estar alrededor de 6 a 7 horas trabajando. Lo que llama la atención es que las empresas, sea a través del representante del evento o de los bookers de las organizaciones de talentos, deben proveer comida para los profesionales. Irónicamente, una de las modelos afirmó que estos, ni siquiera, contaban con una estación de hidratación.
Todo lo que deseaban consumir, corría por cuenta de los jóvenes. Entonces, ¿no había presupuesto para la alimentación de quienes hacían el show?
De manera complementaria, y como fue acordado, a los profesionales se les pagaba por pasarela, pero, sin aviso previo, estos podían quedarse sin desfile. Una de las modelos del evento declaró, “deberían hablar un reglamento contra esto. Afortunadamente, tenía otro show hoy o sino, ¿para qué vine desde las 8am? ¿para gastar de mi plata en transporte y alimentación?”.
Pero no todo es malo. Bogotá Fashion Week recibió elogios por parte de quienes anteriormente lo criticaban. Los asistentes disfrutaron de las instalaciones del Ágora Centro de Convenciones, donde las personas podían navegar y descubrir las curiosidades que el evento brindaba a sus espectadores.
Estos mismos, incluyendo a los modelos y staff, celebraban el hecho de tener acceso a baños limpios y accesibles, ya que en los años previos asistentes y trabajadores habían manifestado su inconformidad con los inodoros portables que estaban disponibles.
BFW sigue siendo una plataforma para los diseñadores colombianos. El evento les brinda una oportunidad de darse a conocer en un ámbito altamente competitivo, sobre todo para aquellos quienes buscan entrar en el gremio y hacerse conocer.
Por esta razón, según la CCB, el proceso de selección de los participantes involucró a seis curadores, tres siendo internacionales y tres nacionales, enfocados en diferentes índoles, como el cuero, el calzado y la marroquinería, joyería y bisutería, entre otras. Estos mismos se encargaron de analizar alrededor de 290 postulaciones para así escoger a aquellos diseñadores emergentes y consolidados que serían parte del show.
El nuevo sitio y la nueva propuesta fashionista de BFW, como involucrar a los influencers dentro de los invitados, le abre una nueva puerta de posibilidades a este programa, pero, cabe preguntarse, ¿a qué costo?
Latin American Post | Alejandra Caicedo