¿Existe una edad ideal para emprender?
Una niña 9 años y una anciana de 81 demuestran que el éxito de un emprendimiento no depende de la edad
El 82% de los emprendimientos que inician cada año en el mundo fracasan en menos de 48 meses. Así lo estima un estudio realizado por economistas y publicado en el libro ‘Avanzando, claves para sobrevivir y crecer’. Las razones de estos fracasos varían entre la situación económica del país, la innovación del proyecto y la perseverancia del individuo, pero ¿podría ser la edad también un factor determinante de éxito?
Read in english: Is there an ideal age to build a startup?
Para muchos de los grandes emprendedores que lograron cambiar el curso de su campo, la respuesta es no. Sin embargo, cuando se trata de tomar riesgos, soportar pérdidas, cambiar de rutas y trabajar día y noche para hacer tangible una idea, pareciera que ser joven es una característica importante.
No obstante, cuando la juventud abunda la falta de experiencia escasea y esto sí que puede ser el pilar fundamental para pasar del ensayo al éxito.
Entre la pasión y la experiencia
No existen libros o estudios que puedan definir de manera exacta la edad propicia para emprender, pero muchos analistas han coincidido que a los 30 la mayoría de la población ha adquirido conocimientos y herramientas que permitirían embarcarse en un proyecto personal de manera profesional y esquemática garantizando mayores probabilidades de éxito.
Pero esta teoría se desprueba cuando observamos casos como la cabeza detrás de la reconocida cadena de comidas Kentucky Fried Chicken (KFC). Luego de haber trabajado como vendedor de seguros, granjero y bombero, Harland David Sanders, más conocido como Coronel Sanders, descubrió a sus 65 años que su pasión era freír pollo. Patentó una receta propia, montó un restaurante y conquistó el paladar de todo EE.UU. y las fronteras más allá de este.
La historia de Ray Krock, fundador de Mc Donalds, es similar. Aunque la cadena de comidas rápidas fue originalmente fundada por los hermanos Richard y Maurice McDonald, Krock fue el responsable de poner el restaurante en casi cada país del mundo. No obstante, fue a sus 52 años de edad que su espíritu emprendedor dio resultados.
Otro ejemplo es Masako Wakamiya, quien a sus 81 años, desarrolló se ha convertido en desarrolladora de aplicaciones para iPhone y es pionera en la fabricación de teléfonos inteligentes y juegos de video diseñados exclusivamente para personas mayores de 60 años.
Éxito a temprana edad
Al otro lado de la línea de la vida se encuentran aquellos que incluso antes de cumplir 15 años consiguen catapultar sus emprendimientos.
Para citar solo algunos ejemplos se puede mencionar a Fraser Doherty, quien a sus 14 años de edad fundó SuperJam, una marca de mermeladas 100% naturales que hoy en día se venden en importantes cadenas de supermercados en el mundo. También está el de Madisson Robinson, una niña que desde los 9 años empezó a diseñar sus propias sandalias y en la actualidad su proyecto se transformó en la conocida tienda de ropa para niños Fish Flops, con la cual ha facturado más de un millón de dólares en ventas.
Otro de los jóvenes más millonarios y exitosos de este siglo es el fundador de la red social más popular del mundo. Mark Zuckerberg fundó Facebook a los 20 años desde su dormitorio en la Universidad de Harvard. En abril de 2018, Zuckerberg se convirtió en el personaje más joven en aparecer en la lista de multimillonarios de Forbes, con una fortuna valorada en 63.300 millones de dólares.
El futuro está en manos de los emprendedores
De acuerdo con reportes del Banco Mundial, en América Latina uno de cada tres trabajadores es autónomo o un pequeño empleador que ayuda a mover la economía de su ciudad. Este mismo informe indica que el futuro de América Latina dependerá de la capacidad de sus emprendedores para transformar el contexto económico actual. Sin embargo, la falta de innovación es el principal obstáculo en el camino hacia el éxito que enfrentan los emprendimientos.
Países como Ecuador, Jamaica, México y Venezuela desarrollan productos nuevos a un ritmo 50% menor que en naciones como Tailandia o Macedonia. En Bolivia, Paraguay, El Salvador, Honduras, Guatemala y Perú el registro de patentes es inferior a uno por cada millón de habitantes, una cifra bastante baja para lo que debería ser dado su nivel de desarrollo.
Brasil intenta ser la excepción de Sudamérica invirtiendo el 1% de su PIB en Investigación y Desarrollo (I+D). Por su parte, Colombia, aunque se destaca como uno de los países con mayor natalidad de empresas por año (por encima de Perú y algunas economías europeas), aún no logra alcanzar un equilibrio y casi el mismo número de pequeñas empresas que abren, cierran a los pocos meses o años.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
Copy edited by Laura Rocha Rueda