La obra maestra cultural casi olvidada que Cuba llevó a Miss Universo
Victoria Kjaer de Dinamarca pudo haber ganado Miss Universo 2024, pero Marianela Ancheta de Cuba dejó el momento más inolvidable del certamen. Su tributo cultural a Oshún, la diosa yoruba del amor, llevó historia e identidad al escenario mundial.
El regreso de Cuba después de 57 años
Tras décadas de ausencia, Cuba regresó a Miss Universo con Marianela Ancheta como su representante. Este momento fue crucial, ya que el país no había participado desde 1967.
La actuación de Ancheta en la primera noche no solo fue hermosa, sino que se convirtió en una poderosa pieza de propaganda cultural. Su traje estuvo inspirado en Oshún, una figura venerada en la cultura afrocubana. El vestido amarillo brillante con destellos dorados simbolizaba los lazos de Oshún con el amor, la belleza y la fortaleza.
Una gran corona, que recordaba al sombrero de yarey cubano adornado con girasoles, conectaba el atuendo con la agricultura y la herencia afrocubana. Al presentarse descalza, añadió un toque natural que reflejaba su conexión con el espíritu de la diosa.
Un homenaje a la herencia afrocubana
Ancheta eligió a Oshún como inspiración, resaltando la rica herencia afrocubana de Cuba. Oshún simboliza fortaleza, protección materna y la superación de dificultades, temas profundamente vinculados al pasado cultural de Cuba.
El traje no incluyó los colores de la bandera cubana—no había rojo, azul ni blanco. Esta elección destacó la cultura y el espíritu, dejando a un lado el nacionalismo. El amarillo y el dorado fueron protagonistas, representando la luz y energía de Oshún.
Ancheta caminó descalza, mostrando libertad y gracia, evocando a Oshún como reina de los ríos. El vestido, con detalles intrincados, y su actuación dejaron una impresión cultural significativa y memorable.
Desafiando las normas de los certámenes
La presentación de Ancheta fue un soplo de aire fresco en un certamen a menudo dominado por el glamour convencional. Su estilo único, rico en elementos culturales, destacó y sorprendió, añadiendo un elemento de intriga al evento.
En la ronda de trajes de baño, Ancheta llamó la atención con un traje entero azul oscuro de escote bajo, una decisión diferente a los bikinis brillantes típicos de la competencia. Su enfoque fue elegante y sobrio, priorizando la sofisticación sobre el espectáculo.
En el desfile de trajes nacionales, Ancheta no solo se mostró a sí misma, sino que compartió las narrativas culturales de Cuba. Su actuación, basada en la autenticidad más que en la teatralidad, conectó profundamente al público con el patrimonio que estaba celebrando.
Una celebración de la herencia
Aunque Marianela Ancheta no ganó la corona de Miss Universo, mostró la riqueza cultural de Cuba. Su homenaje a Oshún y las tradiciones afrocubanas fue notable. Ancheta resaltó la fortaleza de una nación que a menudo se pasa por alto.
La participación de Cuba en Miss Universo fue más que un concurso; fue un momento cultural crucial. Su actuación unió identidad y espiritualidad, demostrando que la belleza puede ser un puente hacia la historia y las tradiciones.
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Marianela Ancheta mostró el fuerte espíritu de Cuba en Miss Universo 2024. Celebró a Oshún y la cultura afrocubana, aportando una sensación fresca y genuina al evento. Demostró que la verdadera belleza radica en honrar y compartir las raíces culturales.