Las ‘brujitas’ colombianas impulsan el éxito del ecoturismo en la selva de San Cipriano
En el corazón de la selva colombiana, las singulares “brujitas” transportan a los turistas por antiguas vías de tren hasta San Cipriano, una joya escondida para el ecoturismo. Como informa EFE, este innovador sistema sostiene la economía local y promueve la conservación del medio ambiente.
De la carga al ecoturismo
A lo largo de las antiguas vías del tren en el oeste de Colombia, una forma de transporte ingeniosa e ingeniosa ha cautivado tanto a los lugareños como a los turistas. Las brujitas, tablones de madera montados sobre las vías, ofrecen una forma única de experimentar la exuberante belleza de la selva colombiana. Estos vehículos se han convertido en una atracción turística muy querida, originalmente diseñados para transportar productos como plátanos y artículos básicos para el hogar. Los visitantes ahora viajan en brujitas hasta la pequeña comunidad de San Cipriano, obteniendo acceso a una de las regiones con mayor biodiversidad de Colombia.
Las brujitas llevan a los pasajeros en un viaje de 20 minutos entre la ciudad de Córdoba y San Cipriano, ubicada en el departamento del Valle del Cauca. La ruta cubre siete kilómetros de selva, lo que permite a los viajeros maravillarse con la vibrante flora y fauna de la región. El ritmo pausado de las brujitas, que se desplazan a velocidades de hasta 30 kilómetros por hora, crea una experiencia encantadora, casi como si uno se deslizara por un bosque mágico.
Lida Riascos, miembro de una de las cooperativas locales que gestionan las brujitas, destacó su importancia para la economía local. “Las brujitas generan ingresos diarios para los transportadores y la comunidad”, explicó a Efe. El sistema cooperativo proporciona empleo y ha transformado la comunidad, que antes estaba aislada, en un destino de ecoturismo.
Inicialmente, las brujitas eran empujadas manualmente por operadores que utilizaban palos, que recordaban a las brujas montadas en escobas, de ahí su nombre. Con el tiempo, a medida que el turismo aumentaba, las brujitas se modernizaron y se convirtieron en ‘motobrujitas’, equipadas con bancos y motocicletas para hacer el viaje más cómodo y eficiente. La introducción de este transporte motorizado ha hecho que San Cipriano sea más accesible, impulsando su perfil como un lugar de ecoturismo imperdible en Colombia.
El ecoturismo como medio de vida para San Cipriano
El ecoturismo se ha convertido en una parte vital de la economía de San Cipriano. Las brujitas son el principal medio de transporte para los turistas que llegan a la zona, proporcionando un enlace directo entre Córdoba y la Reserva Natural de San Cipriano. Con un coste de 18.000 pesos (unos 4,20 dólares) por un viaje de ida y vuelta, el transporte ofrece a los visitantes una emocionante aventura por la selva a la vez que sostiene la economía de la comunidad.
Para la población local, las brujitas son más que una atracción turística. Son medios de vida diarios que los residentes utilizan para viajar al trabajo, transportar mercancías e incluso llevar a los niños a la escuela. El sistema de transporte único ejemplifica cómo un enfoque de infraestructura innovador puede servir tanto a los turistas como a los locales.
Cristian Sánchez, un operador de las brujitas desde hace mucho tiempo, compartió su entusiasmo por el trabajo. “Es genial brindar este servicio porque aquí hay pocas oportunidades de trabajo”, dijo a Efe. Para Sánchez y otros, las brujitas representan más que un simple medio de transporte: son una forma de conectarse con los turistas y compartir la belleza natural de su tierra natal, todo mientras mantienen a sus familias.
Las principales atracciones de San Cipriano, incluidos los ríos de agua cristalina y más de 300 especies de aves, lo convierten en un paraíso para los amantes de la naturaleza. La Reserva Natural de San Cipriano es la joya de la corona, ya que ofrece un entorno idílico para observar aves, nadar y hacer caminatas. El crecimiento del ecoturismo ha ayudado a sostener la economía local, creando puestos de trabajo y aportando recursos muy necesarios a la comunidad.
Las cooperativas comunitarias impulsan los esfuerzos de conservación
El éxito de la industria del ecoturismo en San Cipriano está estrechamente vinculado al compromiso de la comunidad con la conservación. Las brujitas desempeñan un papel fundamental en este esfuerzo, ya que minimizan el impacto ambiental y permiten a los turistas acceder a los ecosistemas más bellos y frágiles de la región. Las cooperativas locales, como la que dirige Lida Riascos, han sido fundamentales para garantizar que el turismo en la zona siga siendo sostenible.
Riascos enfatiza que las cooperativas han proporcionado una “luz de esperanza” para la comunidad y el medio ambiente circundante. “Ayudan a proteger la reserva, lo que beneficia a los municipios cercanos y a Colombia en su conjunto”, dijo. Las cooperativas no solo administran las brujitas, sino que también trabajan para mantener el delicado equilibrio entre el turismo y la conservación.
Gracias a sus esfuerzos, se ha preservado la belleza natural de la región, lo que permite a los visitantes disfrutar de una experiencia auténtica en uno de los entornos más prístinos de Colombia. Las cooperativas garantizan que las ganancias generadas por el turismo se reinviertan en la comunidad y en los esfuerzos de conservación, ayudando a proteger la biodiversidad que hace que San Cipriano sea tan especial.
La biodiversidad de la región es significativa, ya que el Valle del Cauca se prepara para albergar la Conferencia sobre Biodiversidad COP16 en octubre. Este evento mundial traerá a expertos y tomadores de decisiones a la cercana Cali para discutir estrategias para combatir la pérdida de biodiversidad. Los ricos ecosistemas del Valle del Cauca, incluido el Chocó biogeográfico, lo convierten en una de las áreas con mayor biodiversidad del país, lo que demuestra la importancia de proteger estos entornos para las generaciones futuras.
El ecoturismo y el futuro del Valle del Cauca
El Valle del Cauca se posiciona como un líder en ecoturismo y conservación, y las iniciativas locales como las brujitas están ayudando a construir un futuro sostenible para la región. Los diversos ecosistemas del departamento, que van desde densas selvas hasta hábitats costeros, ofrecen muchas oportunidades para el desarrollo del ecoturismo. Sin embargo, aún quedan desafíos, en particular para garantizar la seguridad tanto de los lugareños como de los visitantes, ya que la región se enfrenta a la violencia de los grupos armados.
A pesar de estos desafíos, las autoridades locales y los líderes comunitarios son optimistas sobre el futuro del ecoturismo en el Valle del Cauca. Al adherirse a las recomendaciones de seguridad y concentrarse en áreas seguras, los turistas pueden experimentar la magia de la región y, al mismo tiempo, contribuir a su crecimiento económico. “El noventa por ciento de los visitantes se van con una alta satisfacción y un cambio en su mentalidad sobre los peligros”, dijo Julián Franco, secretario de Turismo del Valle del Cauca, en una entrevista con Efe.
Franco está entusiasmado con el potencial del ecoturismo para transformar el Valle del Cauca en un destino global. “El Valle es un tesoro escondido, con una biodiversidad espectacular no solo en la naturaleza sino también en la cultura”, dijo. Señala a las brujitas como un excelente ejemplo de cómo las comunidades locales pueden crear experiencias turísticas únicas y sostenibles que beneficien tanto al medio ambiente como a la economía.
Mientras la región se prepara para recibir a expertos globales para la Conferencia de Biodiversidad COP16, el enfoque del Valle del Cauca hacia el ecoturismo ofrece un modelo para otras áreas de Colombia y más allá. Al priorizar la conservación y empoderar a las comunidades locales, la región demuestra que el turismo puede ser una fuerza poderosa para el desarrollo sostenible.
Lea también: El renacimiento cultural del jazz colombiano en Mompox
Las brujitas de San Cipriano son más que una forma peculiar de transporte: representan el ingenio y la resiliencia de una comunidad dedicada a preservar su entorno natural mientras construye un futuro sostenible. Como informa EFE, estas tablas de madera convertidas en atracciones turísticas se han convertido en un salvavidas para la economía local, brindando empleos, promoviendo la conservación y mostrando la belleza de la selva colombiana. Con iniciativas como esta, el Valle del Cauca está preparado para convertirse en un líder en ecoturismo, demostrando cómo la innovación local puede impulsar el cambio global en la lucha por proteger la biodiversidad de nuestro planeta.