VIDA

Los argentinos colman de lujos a sus perros mientras cae la natalidad

Menos hijos y más perros: esa es la nueva realidad en Buenos Aires. A medida que se agravan los problemas económicos de Argentina y los jóvenes optan por no tener hijos, muchos argentinos recurren a sus “bebés peludos” en busca de compañía, con todo lo que ello implica: pasteles de cumpleaños, tratamientos de spa y adoración desmedida.

Una pasión creciente por las mascotas

Una tarde húmeda de sábado en Palermo, una perra mestiza negra llamada Venus se sentó frente a un pastel con sabor a carne coronado con velitas rosas. Su humana, la dueña de un café llamada Victoria Font, aplaudía mientras sus amigos tomaban fotos y entonaban un desafinado “feliz cumpleaños”. Más tarde, Font le dijo a la AP que considera a Venus “como mi hija”, un sentimiento que provocó asentimientos en lugar de cejas alzadas entre los presentes. Estas fiestas solían parecer una rareza; hoy ya se sienten casi esperadas en una ciudad donde, según encuestas de adopción citadas por la AP, casi ocho de cada diez hogares tienen al menos un animal de compañía.

Este auge del amor por las mascotas ha crecido al mismo ritmo que la caída de la fertilidad. Datos del gobierno muestran que la tasa de natalidad en Argentina cayó un 6,5% en 2023, el descenso anual más pronunciado en décadas. Directores de escuelas hablan de aulas medio vacías, mientras que los parques para perros rebosan de vida desde el amanecer hasta el anochecer. El lenguaje también ha cambiado: quienes antes hablaban de “dueños” ahora se llaman con orgullo “mamás” y “papás”. Magalí Maisonnave, estilista de 34 años, lo explicó sin rodeos a la AP: criar un hijo en la economía actual le parece imposible, pero consentir a su dachshund Sandro—con camiseta de River Plate y visitas al estadio incluidas—le ofrece alegría diaria sin décadas de compromiso financiero.

Incluso quienes planean tener hijos admiten que los perros son un ensayo para la paternidad. Los hogares con prioridad canina programan visitas al veterinario con la misma disciplina que chequeos pediátricos y comparten consejos de entrenamiento como las generaciones pasadas intercambiaban recetas de papilla. El psicólogo Marcos Díaz Videla, que estudia el vínculo entre humanos y caninos, afirma que los animales satisfacen “un impulso primario de ritual familiar” a una fracción del costo y la presión social. Sus investigaciones sugieren que los beneficios emocionales son reales: quienes se identifican como “padres de mascotas” reportan menos soledad y mayor motivación diaria en tiempos de crisis económica.

El debate nacional sobre el descenso poblacional aún despierta preocupación en algunos sectores, pero la tendencia se manifiesta en colas que se agitan y correas con monogramas por las veredas porteñas. Buenos Aires parece conforme—al menos por ahora—con dejar que los perros ocupen el lugar que antes pertenecía a los niños pequeños, aunque los demógrafos adviertan sobre posibles consecuencias a largo plazo.

Crisis económica y negocios amigables con los perros

La economía argentina ha sido durante mucho tiempo una montaña rusa, pero la última caída ha sido particularmente brusca. La inflación de tres cifras, el aumento de los alquileres y el empleo inestable han hecho que los grandes sueños—como una hipoteca, el matrimonio o varios hijos—se vean inalcanzables para muchos menores de cuarenta. Sin embargo, los pequeños placeres aún parecen posibles, y toda una industria ha surgido para captar esos pesos redireccionados.

Una beneficiaria es Nicole Verdier, propietaria de Chumbis, la primera pastelería gourmet para perros del país. En su vitrina de vidrio, “canapés para cachorros” se exhiben junto a éclairs de hígado de pollo espolvoreados con zanahoria deshidratada. Verdier le dijo a la AP que abrió el local tras notar lo rápido que se agotaban las partidas limitadas de golosinas importadas para perros. “Son seres vivos que no están mucho tiempo con nosotros”, dijo mientras acomodaba una bandeja de huesitos de maní. “Durante ese tiempo, hay que darles lo mejor.”

Al otro lado de la ciudad, Guau Experience ofrece mascarillas de barro, faciales de arándanos y retratos de patas que pueden costar lo equivalente a una semana de salario. Su dueña, Lucía Marcone, dice que la clientela se ha duplicado en dos años, impulsada en parte por el trabajo remoto: “Pasar todo el día al lado del perro hace que uno note la piel reseca o las uñas largas. Quieren consentirlos.”

Este auge del consumo también ha impactado en la política. El concejal Emmanuel Ferrario presentó recientemente un proyecto para permitir perros con correa en el subte durante las horas no pico y certificar a los paseadores profesionales. “Queremos ser la capital más pet-friendly de la región”, dijo a una radio local, destacando el potencial turístico. Los escépticos sostienen que la ciudad debería enfocarse en subsidios para el cuidado infantil, pero las encuestas muestran un amplio apoyo a las medidas a favor de las mascotas.

Incluso la presidencia podría haberle dado una mascota al movimiento. El presidente Javier Milei, famoso por su retórica libertaria, adoptó cuatro mastines ingleses clonados—todos duplicados genéticos de su difunto perro Conan—y se refiere a ellos como sus “hijos de cuatro patas”. Según la AP, su gobierno incluso restringió el acceso a la prensa sobre información de los perros, lo que generó teorías conspirativas juguetonas sobre más clones en la residencia presidencial. Rumores aparte, el afecto público de Milei refleja un sentimiento compartido por millones: en tiempos inciertos, los perros se sienten como una familia confiable.

Nuevas dinámicas familiares

Carolina Morales y Alejandro Tirachini representan el nuevo hogar híbrido: bebé humano más “hermano peludo” mayor. Mientras acunaba al pequeño Benjamín, de cuatro meses, en un café de Recoleta, Morales se reía del cambio. “Antes de que él llegara, Thay era nuestro primer hijo”, dijo, señalando al mestizo dorado acurrucado a sus pies. “Ahora crecerán juntos.” Los pediatras cada vez recomiendan más estas convivencias, citando estudios que muestran que los perros pueden reforzar la inmunidad infantil y fomentar la empatía.

Aun así, el ciclo de vida de una mascota obliga a enfrentar la mortalidad antes de lo que muchas familias esperan. Esa realidad generó otro servicio de nicho: los funerales para mascotas. Alicia Barreto, encargada del cementerio Jardines del Alma, ubicado a una hora del centro, recibe a diario a dueños en duelo. Relató a la AP una despedida en la que un violinista tocó “No llores por mí, Argentina” mientras enterraban a un labrador llamado Messi entre rosas blancas. “Vienen aquí porque no pueden tirar las cenizas a la basura”, dijo en voz baja. “Estos animales eran familia.”

Las preocupaciones por el envejecimiento de la población argentina persisten. La vicejefa de gobierno, Clara Muzzio, advirtió recientemente que “un mundo con menos niños es un mundo peor”, sugiriendo que el auge de las mascotas es un síntoma más que una causa de la crisis económica. Los demógrafos señalan que una fertilidad sostenidamente baja pone en jaque los sistemas futuros de jubilación. Aun así, muchos jóvenes dicen que esas proyecciones macroeconómicas se sienten abstractas frente al desafío de sobrevivir día a día. “Si no puedo pagar una hipoteca ni una boda grande”, dijo a la AP Sofía Ríos, diseñadora gráfica de 29 años, “al menos mi perro puede tener un cumpleaños lujoso.”

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Si el estilo de vida centrado en los perros persistirá o se desvanecerá con la recuperación económica aún es incierto. Pero hoy, las mascotas brindan consuelo tangible y una sensación de control a una generación atrapada entre altos costos y escasa confianza en el futuro. La fiesta de Venus terminó con pastel sobrante repartido entre amigos perrunos y promesas de reservar el mismo lugar el mes siguiente. Mientras Font limpiaba el glaseado de los bigotes de su perra, resumió el sentir general: “Tal vez no veo hijos en mi futuro cercano”, dijo. “Pero darle a mi perra la mejor vida posible—eso sí lo puedo controlar, y me hace feliz.”

(Fuente: Adaptado de un reportaje de Associated Press; todas las citas e investigaciones fueron recolectadas originalmente por la AP.)

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