Los turistas pueden escapar de las multitudes y descubrir la costa del Pacífico menos conocida de México
Con el exceso de turismo que afecta la costa caribeña de México, los viajeros están buscando alternativas más tranquilas. Gracias a una nueva “supercarretera” que conecta Oaxaca con el Pacífico, playas apartadas y ciudades vibrantes esperan a los visitantes sin los altos costos ni la congestión de la costa este.
La crisis en la costa caribeña
El turismo en la costa este de México se ha disparado, trayendo consigo una oleada de desarrollos y consecuencias. Cancún, la joya de la región, se clasificó como la segunda ciudad más visitada del mundo en 2021, recibiendo más de 21 millones de turistas, según informes de The Telegraph. Esta afluencia ha transformado lugares tranquilos como Tulum en centros concurridos, donde las tarifas de taxi rivalizan con las de Nueva York, y los ruidosos clubes de playa atienden más a los influencers que a los viajeros. Lo que alguna vez fue un escape sereno, Tulum ahora se siente como un “Mykonos en versión reducida”, con una presencia militar abrumadora y una asequibilidad limitada.
En Holbox, la situación no es muy diferente. La llegada de turistas con conocimientos en redes sociales ha alterado el encanto de la isla. Influencers de TikTok abarrotan las costas para capturar la foto perfecta, haciendo casi imposible que los visitantes disfruten de las playas sin ser interrumpidos. El desarrollo excesivo y los precios inflados han llevado a muchos a reevaluar el Caribe mexicano, y los viajeros están explorando cada vez más otros destinos en busca de experiencias auténticas.
Las joyas ocultas de Ciudad de México
Muchos viajeros eligen comenzar su aventura en Ciudad de México, una metrópoli vibrante que se siente a mundos de distancia de los resorts de la costa este. Con The Telegraph describiendo la ciudad como una “maravilla cosmopolita”, Ciudad de México ofrece una riqueza cultural refrescante y es notablemente asequible para la comida, el arte y los sitios históricos. Una estadía en el tranquilo barrio de Roma permite un fácil acceso a los mejores restaurantes, bares y puntos culturales. En La Valise, una casa boutique, los visitantes pueden relajarse en suites de estilo francés vintage, a poca distancia de lugares destacados como el speakeasy Casa Prunes, un salón de cigarros y taquerías tradicionales como Tortas Al Fuego.
Al explorar más allá, los viajeros se encuentran lejos de las multitudes turísticas. Los viernes por la tarde son sorprendentemente tranquilos en la Taquería El Califa de León, la primera taquería en recibir una estrella Michelin. Aquí, los locales se reúnen para disfrutar de tacos sin interrupciones de influencers o multitudes. Algunos lugares icónicos requieren reservación, como la Casa Azul de Frida Kahlo en Coyoacán. Sin embargo, los visitantes encuentran una experiencia cultural auténtica que respeta el legado de la artista y el pulso creativo de la ciudad.
Oaxaca – Un oasis cultural
El viaje desde Ciudad de México hacia Oaxaca revela otro lado de México, definido por colores vibrantes y encanto histórico. Oaxaca ofrece un ritmo más lento, a solo una hora de vuelo, como describió The Telegraph en sus reportajes de viajes recientes. Calles empedradas bordeadas de boutiques, arte callejero y mercados facilitan enamorarse del encanto de la ciudad. El Hotel Pug Seal encarna el arte local con murales y frescos inspirados en la vibrante cultura oaxaqueña.
En Oaxaca, cada rincón tiene sorpresas. Ruinas antiguas como Monte Albán se encuentran junto a mercados bulliciosos como el de Benito Juárez, donde los viajeros pueden degustar la cocina local sin los precios elevados de la costa. Una cena espontánea en un puesto de comida podría incluir carnes a la parrilla sobre tortillas frescas y un postre de chocolate molido a mano de un molino cercano. La falta de pretensiones añade al atractivo de Oaxaca, convirtiéndola en un refugio bienvenido de los concurridos resorts del este.
Relajación en Puerto Escondido
Finalmente, un viaje por la carretera Barranca Larga-Ventanilla lleva a los viajeros al pueblo costero de Puerto Escondido, en el Pacífico, ahora accesible en solo dos horas y media. The Telegraph señala que la nueva “supercarretera” ha transformado lo que antes era un trayecto de ocho horas desde Oaxaca en un viaje sencillo, abriendo las puertas a una escapada costera relajada. La atmósfera tranquila de Puerto Escondido contrasta notablemente con los clubes de playa llenos de Cancún o Tulum. Surfistas, expatriados y locales se reúnen aquí para disfrutar de la puesta de sol, libres de palos de selfies y sistemas de sonido.
Hospedarse en Casona Sforza, un hotel boutique apartado con vistas al mar, permite a los visitantes relajarse realmente. Ya sea descansando en hamacas o bebiendo jugo de coco fresco en Playa Zicatela, el ambiente discreto del pueblo establece el tono para días de pura relajación. Un paseo al atardecer puede terminar en Glou Glou, un bar de vinos en la azotea conocido por sus mariscos frescos y productos de temporada. Con una bebida en mano, los huéspedes disfrutan de una vista al océano y observan a los surfistas mientras atrapan su última ola al ponerse el sol.
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La costa caribeña de México puede estar saturada de turismo, pero alternativas como Oaxaca y Puerto Escondido están emergiendo como escapes perfectos. Para los viajeros que buscan experimentar la belleza natural y la profundidad cultural de México, estos lugares menos conocidos ofrecen un paraíso auténtico, sin las multitudes de influencers.