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Película Brasileña Reflexiona sobre el Trauma de la Dictadura e Inicia un Debate Nacional

En 2024, el cine brasileño conectó profundamente con el público gracias a Sigo Aquí, un drama que explora las cicatrices personales y políticas de la dictadura militar, convirtiéndose en un éxito de taquilla. En un momento en que la nación enfrenta nuevas amenazas a la democracia, la película ofrece una reflexión oportuna.

Un Sorprendente Éxito de Taquilla

En Brasil, los dramas locales rara vez destacan en los cines, pero Sigo Aquí sorprendió a todos. Tras casi dos meses en cartelera, la película vendió cerca de 3 millones de entradas, posicionándose como la quinta película más taquillera de 2024. Su éxito radica en una emotiva historia sobre una familia destrozada por el prolongado régimen militar brasileño.

Dirigida por Walter Salles, la película relata la verdadera historia de la familia Paiva. En 1971, Rubens Paiva, un exdiputado de izquierda, fue detenido por el ejército y desapareció sin dejar rastro. La narrativa sigue a su esposa, Eunice Paiva, quien cría a sus cinco hijos mientras lucha incansablemente por justicia.

Ambientada en los años 70, la película resuena con una audiencia que enfrenta tensiones políticas contemporáneas, especialmente después de que Brasil desenterrara pruebas de un intento de golpe en 2022 contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. “Incluso si Walter Salles hubiera planeado el momento del estreno, no podría haberlo hecho mejor”, comentó el historiador Lucas Pedretti a AP.

El éxito de la película trasciende fronteras. Obtuvo una nominación al Globo de Oro y llegó a la lista de los Oscar para Mejor Película en Lengua Extranjera, un logro poco común para una producción brasileña. Como observó la psicoanalista Vera Iaconelli, el cine brasileño a menudo evita temas políticamente sensibles. “La dictadura sigue siendo un tabú para nosotros”, afirmó.

Enfrentando un Pasado Doloroso

A diferencia de Argentina y Chile, que implementaron comisiones de la verdad y juicios por violaciones de derechos humanos, la transición de Brasil a la democracia en 1985 incluyó una amplia amnistía para los oficiales militares. Según AP, este “silencio gubernamental” permitió que los militares enterraran sus abusos durante décadas.

En 2011, todo cambió: la presidenta Dilma Rousseff, quien sufrió torturas durante la dictadura, estableció una comisión nacional de la verdad. Para 2014, el informe de la comisión reveló abusos generalizados, pero ningún culpable fue encarcelado. Las demandas de justicia se desvanecieron: las protestas contra la corrupción y las voces de grupos de extrema derecha se hicieron más fuertes.

Durante este período turbulento, Marcelo Rubens Paiva, hijo de Rubens, publicó Sigo Aquí, narrando la lucha de su familia por justicia. El libro humanizó la transformación de Eunice Paiva, de ama de casa afligida a defensora incansable.

La adaptación de Salles adoptó un enfoque único, enmarcando la historia como un drama familiar en lugar de un thriller político. El director buscó que la película impactara profundamente, mostrando cómo la pérdida de un líder familiar afecta a generaciones futuras.

Una Nación Confronta su Presente

El estreno de la película coincidió con tensiones políticas renovadas. Mientras los brasileños veían Sigo Aquí, la Policía Federal reveló un informe sobre un complot de golpe en 2022 que involucraba a oficiales militares que buscaban mantener al líder de extrema derecha Jair Bolsonaro en el poder. La revelación recordó a muchos la sombra persistente de la dictadura sobre las instituciones de Brasil. “El golpe sigue aquí. Está en la mente de las personas y en la de los militares”, dijo el cineasta Paulo Sergio Almeida a AP.

El clímax de la película, una escena donde Eunice finalmente recibe el certificado de defunción de Rubens 25 años después de su desaparición, reflejó un evento real. En diciembre de 2024, el gobierno brasileño permitió a las familias de las víctimas de la dictadura obtener certificados de defunción que reconocen asesinatos patrocinados por el Estado.

“Esto ocurre en medio del éxito internacional de Sigo Aquí, que es crucial para que las generaciones más jóvenes entiendan cómo fue ese período”, dijo la ministra de Derechos Humanos de Brasil, Macaé Evaristo, a AP.

La película despertó nuevos llamados públicos por justicia. Los manifestantes gritaban: “¡Sin amnistía!” ‒ un poderoso lema desde el caos de enero de 2023, cuando seguidores de Bolsonaro invadieron oficinas gubernamentales.

El Futuro de la Democracia Brasileña

La popularidad de Sigo Aquí subraya la fragilidad de la memoria colectiva de Brasil sobre su dictadura. La película ha provocado un debate nacional, con muchos brasileños exigiendo responsabilidad por los crímenes del pasado y del presente.

En diciembre, el Supremo Tribunal revisó la ley de amnistía de 1979. El juez Flávio Dino citó la desaparición de Rubens Paiva como un estudio de caso sobre el dolor persistente causado por violaciones de derechos humanos no resueltas.

Para Marcelo Rubens Paiva, el impacto de la película ha sido profundamente personal. “La película está iniciando este debate en un momento crítico en el que debemos reconocer que vivir bajo una dictadura es inaceptable”, dijo a AP.

Audiencias en todo Brasil están resonando con este mensaje. En São Paulo, Juliana Patrícia y su hija adolescente salieron de una proyección entre lágrimas. “Vimos el sufrimiento de Eunice y nos convenció aún más de que la democracia debe ser respetada”, comentó Patrícia a AP.

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A medida que Brasil avanza, Sigo Aquí brilla como un hito cultural. Honra a las víctimas de los horrores del pasado y advierte sobre los riesgos de la complacencia política. El triunfo de la película recuerda a los brasileños ‒ y al mundo entero ‒ que enfrentar la historia es vital para proteger el futuro de la democracia.

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