Peligro emocionante: caminar por los volcanes gemelos de Guatemala
Los turistas acuden en masa a los volcanes gemelos de Guatemala, Acatenango y Fuego, para vivir una experiencia impresionante a pesar de los peligros inherentes. El atractivo de presenciar la actividad volcánica en vivo atrae a cientos de personas diariamente, pero los expertos advierten que los riesgos son peligrosamente altos.
Una actividad turística popular en Centroamérica consiste en permanecer a sólo unos cientos de metros de un flujo de lava volcánica en ebullición. Los mochileros de la región a menudo planean caminar por los volcanes gemelos de Acatenango y Fuego, un rito de iniciación para muchos viajeros.
“Lo que más recuerdo es el sonido de las burbujas”, recuerda Leila Mitchell, de 23 años, que visitó el lugar en 2022. “Enormes chorros de lava brillante de color naranja. Fue impresionante”. Esta experiencia cautivadora pero peligrosa ha disparado la popularidad de estos tours. Sin embargo, con la creciente actividad volcánica, los peligros también han aumentado. “Es sólo cuestión de tiempo que alguien muera”, afirma Matthew Watson, profesor de Volcanes y Clima de la Universidad de Bristol, en una entrevista con la BBC.
El atractivo y el riesgo
Las erupciones de Fuego, visibles desde su vecino inactivo Acatenango, atraen a turistas ansiosos por presenciar el poder puro de la naturaleza. Situados en las afueras de Antigua, una ciudad en las tierras altas centrales de Guatemala, los volcanes se han convertido en un imán para los amantes de las emociones fuertes. Fuego, en particular, puede entrar en erupción hasta 200 veces al día, lo que lo convierte en un destino espectacular, aunque arriesgado.
Las compañías turísticas aprovechan esta maravilla natural ofreciendo recorridos que acercan peligrosamente a los grupos al cráter hirviendo de Fuego. Algunos recorridos se realizan a menos de 100 metros del borde, una proximidad que es a la vez emocionante y peligrosa. “Una erupción letal en 2018 enterró la ciudad de San Miguel Los Lotes”, recuerda el profesor Watson a la BBC. Dejó de llevar estudiantes a Fuego en 2015 debido a la creciente actividad. La agencia gubernamental guatemalteca INSIVUMEH, responsable de monitorear el volcán, ha registrado 79 erupciones severas, llamadas paroxismos, desde 1999, y más de 47 ocurrieron después de 2015.
El 3 de junio de 2018, una poderosa erupción tomó a muchos por sorpresa y sepultó el pueblo de San Miguel Los Lotes bajo cenizas y rocas. La cifra oficial de muertos fue de 218, pero los lugareños creen que pueden haber fallecido hasta 3.500 personas. A pesar de tales tragedias, los turistas siguen llegando en masa a Fuego. Guías como Jonathan Dovgan Prera, que experimentó de primera mano la erupción de 2018, continúan dirigiendo recorridos por el volcán activo, atraídos por la actividad explosiva que atrae a visitantes a diario.
Incentivos económicos e impacto local
El turismo es un importante motor económico para Antigua y Guatemala en su conjunto. En 2023, el turismo aportó más de £838 millones a las arcas del país. Los guías locales estiman que entre 200 y 400 personas visitan los volcanes diariamente, y que la cifra se eleva a 1.000 los fines de semana de mayor actividad. Matt Hartell, uno de los primeros guías turísticos de aventuras de la zona, le recuerda a la BBC: “Seríamos las únicas personas en la montaña. Ahora, hay otras 30 compañías disponibles todos los días de la semana”.
Sin embargo, esta floreciente industria turística conlleva mayores riesgos, especialmente para quienes pasan la mayor parte del tiempo en la zona de peligro: los guías locales. Debido a los peligros que implica, Hartell señala que algunos de sus guías se muestran reacios a llevar gente a Fuego. “Algunos de mis guías no quieren llevar gente allí”, dice, intentando evitarlo siempre que sea posible.
El turismo no sólo impulsa la economía local sino que también plantea un desafío complejo. INSIVUMEH emite boletines diarios en español advirtiendo sobre los riesgos de lesiones o muerte para quienes se aventuran demasiado cerca del cráter de Fuego. Sin embargo, como escalar Fuego es legal, la agencia necesita más poder para detener a los visitantes. Los municipios locales cobran tarifas de entrada a varias partes de los volcanes, beneficiándose de la afluencia de turistas.
Encontrar un camino más seguro
Dados los riesgos sustanciales, algunos expertos sugieren enfoques alternativos al turismo de volcanes. Las terrazas de Acatenango ofrecen una vista espectacular y más segura de los espectáculos de lava de Fuego. Al profesor Watson le sorprende que los tours sigan acercándose tanto al volcán activo. “Teniendo en cuenta lo buena que es la plataforma de observación desde las terrazas de Acatenango, parece un riesgo completamente innecesario”, afirma.
A pesar de las advertencias, la emoción de escalar Fuego sigue siendo un poderoso atractivo. Para muchos, la experiencia de estar cerca de un cráter volcánico activo es única y vale la pena correr el riesgo. Alex Gordon, un joven de 24 años que escaló Fuego a principios de este año, describe la sensación como inolvidable. “La sensación de estar en la cima del volcán me acompañará para siempre”, dice.
Sin embargo, tras conocer los peligros, otros, como Leila Mitchell, preferirían apreciar Fuego desde una distancia segura. Escaló Acatenango y Fuego y cree que el volcán inactivo ofrece vistas impresionantes y una caminata desafiante por un hermoso paisaje sin riesgos de vida.
El desafío radica en equilibrar los beneficios económicos del turismo de volcanes con el imperativo de garantizar la seguridad. Una mejor comunicación y educación sobre los riesgos y estrictas normas de seguridad podrían ayudar a mitigar los peligros. El vulcanólogo del INSIVUMEH, Roberto Mérida, sugiere establecer una zona de restricción alrededor de Fuego, cuyo radio dependerá del nivel de actividad volcánica. Sin embargo, dada la situación actual, sigue siendo pesimista. “Por lo general, se toman medidas en respuesta a una tragedia”, afirma. “En este caso será hasta que uno o más turistas mueran en el volcán de Fuego”.
El papel de las autoridades
El Instituto Nacional de Turismo de Guatemala (INGUAT) afirma que brinda recomendaciones sobre prevención de riesgos basadas en información de fuentes oficiales. Sin embargo, no promueve el turismo en zonas peligrosas ni recibe ingresos por visitas a parques nacionales o volcanes. Las autoridades locales, que cobran tarifas de entrada, se benefician de los ingresos del turismo, pero necesitan más fuerza para imponer restricciones de manera efectiva.
La situación exige esfuerzos coordinados entre los municipios locales, los operadores turísticos y las autoridades nacionales para garantizar la seguridad y al mismo tiempo mantener los beneficios económicos del turismo de volcanes. La Dra. Ailsa Naismith, quien investigó Fuego, enfatiza una mejor comunicación entre guías y vulcanólogos. Guías como Jonathan Dovgan Prera expresan su entusiasmo por una mayor interacción con los organismos de seguimiento, creyendo que mejoraría su comprensión de qué esperar.
Las discusiones formales y la cooperación entre profesionales del turismo y expertos en gestión de volcanes podrían conducir a prácticas más seguras y una mejor preparación. A medida que el turismo continúa prosperando, se pueden implementar medidas proactivas para prevenir futuras tragedias y al mismo tiempo permitir a los visitantes disfrutar de forma segura la impresionante belleza de los volcanes de Guatemala.
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Si bien la emoción de escalar Fuego atrae a turistas, se deben abordar los peligros inherentes. Equilibrar los beneficios económicos con las medidas de seguridad es crucial. Al fomentar una mejor comunicación e implementar normas de seguridad más estrictas, es posible proteger tanto a los turistas como a los guías locales, garantizando que se pueda disfrutar de la belleza de los volcanes de Guatemala sin riesgos indebidos.