República Dominicana cultiva corales bebés para salvar arrecifes y la pesca
Frente a Bayahíbe, la República Dominicana está probando la “FIV” de corales para ayudar a rescatar arrecifes golpeados por el calentamiento de los mares. Científicos de Fundemar fertilizan huevos en un laboratorio y luego devuelven los corales bebés a viveros—un experimento que podría ayudar a proteger playas, el turismo y los medios de vida de los pescadores por generaciones.
Esperanza bajo el agua en Bayahíbe
El 17 de octubre de 2025, Michael del Rosario flotaba sobre un vivero frente a Bayahíbe, cuidando que sus aletas no enterraran el nuevo crecimiento en sedimento. Estructuras metálicas con forma de araña sostenían “corales bebés”, cuyos colores estaban regresando, según un reporte de Associated Press de Teresa de Miguel.
Esos bebés comenzaron en el laboratorio de Fundemar, donde se unen óvulos y esperma, y los corales jóvenes se crían para su trasplante. “Vivimos en una isla. Dependemos completamente de los arrecifes de coral, y verlos desaparecer es realmente deprimente”, dijo del Rosario a la AP. “Pero ver a nuestros corales bebés crecer, vivos, en el mar nos da esperanza, que era lo que estábamos perdiendo.”
La gravedad del problema se ve en los datos. El monitoreo de Fundemar el año pasado encontró que el 70% de los arrecifes de la República Dominicana tienen menos del 5% de cobertura de coral, informó la AP. Con colonias dispersas, es menos probable que los óvulos y el esperma se encuentren durante la reproducción anual. “Por eso los programas de reproducción asistida son tan importantes ahora”, dijo Andreina Valdez, porque lo que antes era normal “probablemente ya no sea posible para muchas especies.”

FIV de corales y la genética de la supervivencia
Los corales son animales que desovan una vez al año, unos días después de la luna llena al anochecer, liberando millones de óvulos y esperma. Fundemar sigue esa breve ventana, recolecta el material, lo fertiliza en el laboratorio y cuida las larvas hasta que pueden regresar al arrecife, informó de Miguel.
Dentro del centro, Ariel Álvarez utiliza luz ultravioleta y un microscopio para hacer que los corales más pequeños brillen en una pantalla. Del Rosario dijo a la AP que el laboratorio produce más de 2.5 millones de embriones al año, y solo alrededor del 1% sobrevivirá una vez en el mar—aun así, dijo, eso supera las probabilidades naturales actuales en arrecifes tan degradados.
La restauración también ha cambiado su lógica. Cortar y trasplantar fragmentos de coral puede reconstruir más rápido, pero clona al mismo individuo, explicó Valdez, por lo que una enfermedad puede afectar toda una zona restaurada a la vez. La reproducción sexual asistida produce corales genéticamente diferentes, ampliando las opciones del arrecife en un océano más cálido y enfermo.

Pesca y economía isleña más allá del arrecife
La fertilización asistida de corales comenzó en Australia y se está extendiendo por el Caribe, dijo Valdez a la AP, con proyectos líderes en la Universidad Nacional Autónoma de México y la Fundación Carmabi en Curazao. Pero Mark Eakin, de la Sociedad Internacional de Arrecifes de Coral y exjefe de la Coral Reef Watch de NOAA, advirtió que el “gran gorila de 800 libras que es el cambio climático” podría acabar con la restauración, informó la AP.
La AP citó el Informe sobre el Estado del Océano de la UNESCO, que encontró que los océanos se están calentando al doble de la velocidad que hace 20 años. El calor provoca el blanqueamiento, haciendo que los corales expulsen las algas que los alimentan. Una investigación de la Universidad de Columbia Británica, publicada en la revista One Earth, encontró que se ha perdido la mitad de los arrecifes del mundo desde 1950. En un corredor de huracanes, perder los arrecifes significa perder rompeolas naturales. “¿Qué vendemos en República Dominicana? Playas”, dijo del Rosario a la AP. “Si no tenemos corales, perdemos protección costera, perdemos la arena de nuestras playas y perdemos el turismo.”
En Bayahíbe, los arrecifes también son una despensa: los corales albergan a más del 25% de la vida marina, señaló la AP. El pescador Alido Luis Báez sale antes del amanecer con su padre, también Alido Luis, quien sigue yendo al mar a los 65 años, informó de Miguel. Para encontrar buenas capturas ahora, el Báez más joven puede viajar 80 kilómetros mar adentro. “Antes no teníamos que ir tan lejos”, dijo a la AP. Su padre, que recuerda los años 70, contó a la AP que “en poco tiempo” pescaba 50 o 60 libras de pescado. “Pero ahora, para atrapar dos o tres peces, pasan todo el día allá afuera”, dijo.
De regreso en el vivero, del Rosario mantiene un lenguaje deliberadamente sobrio. “Por supuesto que hay que hacer más… pero estamos invirtiendo mucho esfuerzo y tiempo para preservar lo que tanto amamos”, dijo a la AP.
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