Revelar la historia colonial es clave para el futuro de América Latina
José Tono Martínez aboga por que España enfrente su pasado colonial y promulgue una ley de memoria histórica para las Américas, enfatizando la necesidad de un compromiso transparente y crítico con la historia para fomentar la reconciliación y el progreso.
El escritor hispano-guatemalteco José Tono Martínez, cuya obra tiene gran relevancia en el contexto latinoamericano, afirma que “no hay peor política que ocultar el pasado”. En su último libro, ‘La vez que firmamos la paz’, Martínez defiende la necesidad de sacar a la luz la historia de la conquista de América y el pasado colonial de España para reconocer los errores del pasado.
En una entrevista con Efe, Martínez explica que su libro contiene cuatro historias ambientadas en diferentes países americanos, todas ellas “narrativas de viajes con un trasfondo de defensa común”. Insiste en la necesidad de una “salida” histórica. “España debe dar el paso con una ley de memoria histórica para América que permita reconocer lo que se hizo mal, recuperar la memoria de los vencidos y reivindicar lo que se hizo bien. También hubo españoles que hicieron las cosas bien, como Bartolomé de las Casas”, subraya Martínez.
Martínez, antropóloga y escritora, afirma que “España fue más valiente en este tema hace treinta años que ahora”, aunque “ahora es el momento en que hablamos de memoria histórica, revisionismo y cancelación de cultura”. El primer relato de su libro, ‘La vez que firmamos la paz’, relata cómo, en 1992, el presidente de la Fundación España’92, Rafael Mazarrasa, en representación de la Sociedad V Centenario en Estados Unidos, dio un paso significativo en este dirección.
“Éramos los representantes del Reino de España en los actos del Quinto Centenario en América del Norte. Inicialmente íbamos a organizar desfiles y celebraciones, pero el programa cambió sutilmente. Al final, el acto central fue un encuentro entre pueblos que culminó en una ‘Declaración de Respeto a las Naciones y Culturas Indígenas’, firmado en el piso 106 de la Torre Norte del World Trade Center”, recuerda Martínez.
Cuando en 2009 se celebró el Bicentenario de la Independencia latinoamericana, la postura de España fue de “acompañamiento”, una cautela que Martínez prefiere calificar de “un paso atrás” y de “falta de coraje para abordar el pasado con sentido de autocrítica”. “
El retroceso de España en la lucha contra el colonialismo
En los años siguientes, España siguió retrocediendo en este tema, prefiriendo mirar hacia Europa y darle la espalda a América Latina, sin reconocer que la historia de España está indisolublemente ligada a la de América. Sin embargo, Martínez, nacido en Guatemala, no ha abandonado la lucha. En ‘La vez que firmamos la Paz’ revisita ese capítulo olvidado de 1992 y otros momentos de la historia reciente y antigua, animando a un “análisis valiente que nos permita reelaborar nuestras metáforas colectivas y elegir qué antepasados queremos como referentes”.
Martínez cree que abordar la memoria histórica también debe prevenir el revisionismo propagandístico de algunos líderes latinoamericanos. Sostiene que España fue valiente al abordar la memoria histórica del franquismo y debería ser igualmente audaz con su memoria colonial, siguiendo el ejemplo de países como Bélgica y los Países Bajos, que ya han comenzado a tomar medidas en esta dirección.
Enfrentando el revisionismo propagandístico
“Hay elementos de la tradición indígena, como su mirada sobre el medio ambiente, y capítulos de la historia colonial, como el liderado por Bartolomé de las Casas, con el que las nuevas generaciones pueden identificarse y que podrían ayudarles a reconciliarse con su pasado”, Martínez afirma. Reconoce un resurgimiento de posturas imperialistas que pueden utilizar narrativas de conquista para volver a dejar el tema en el armario. Aún así, insiste en que esto no es motivo para evitar el debate.
“Por el contrario, España y América Latina necesitan un rearme cultural porque si el debate queda vacío, ese espacio lo ocupan los estallidos políticos, como está sucediendo con el revisionismo propagandístico de algunos líderes latinoamericanos”, argumenta Martínez. Menciona como ejemplos al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, al presidente nicaragüense Daniel Ortega y al presidente venezolano Nicolás Maduro.
Citando a Walter Benjamin, Martínez enfatiza en su libro: “Sí, podemos cambiar la historia”, y subraya además: “Debemos hacerlo porque las críticas más duras vienen de las próximas generaciones. Si dejamos un buen legado, podemos, como dice Cornelius Tácito dijo: ‘escapa del futuro con la dignidad intacta'”.
El debate sobre la memoria histórica no se limita a España. En América Latina, los países luchan con su pasado colonial y los legados de la conquista. En Colombia, por ejemplo, hay una lucha continua por reconciliarse con la historia de la colonización española y su impacto en las comunidades indígenas y afrocolombianas. El gobierno colombiano ha tratado de reconocer y abordar estas injusticias históricas, pero persisten desafíos.
En México, el presidente López Obrador ha expresado abiertamente la necesidad de que España se disculpe por los abusos del período colonial. Esta demanda ha desatado un debate dentro de México y España sobre la importancia de la memoria histórica y la reconciliación. La postura de López Obrador destaca una tendencia regional más amplia en la que los líderes utilizan narrativas históricas para dar forma al discurso político contemporáneo.
Avanzando: adoptando una perspectiva histórica crítica
El llamado de Martínez a favor de una ley de memoria histórica para las Américas se alinea con un creciente reconocimiento de que comprender y reconocer el pasado es esencial para construir un futuro mejor. Al enfrentar las injusticias históricas y reconocer los aspectos positivos y negativos de la historia colonial, España y los países latinoamericanos pueden fomentar un diálogo más inclusivo y honesto sobre su herencia compartida, ofreciendo un camino esperanzador a seguir.
Este enfoque es fundamental para educar a las generaciones futuras y prevenir la repetición de errores del pasado, una responsabilidad que todos compartimos. También brinda una oportunidad para celebrar las contribuciones de los pueblos indígenas y afrodescendientes, cuyas historias a menudo han sido marginadas o tergiversadas.
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El debate sobre la memoria histórica en España y América Latina es una tarea compleja pero necesaria. La defensa de José Tono Martínez de una ley de memoria histórica para las Américas subraya la importancia de enfrentar el pasado con valentía y transparencia. Al hacerlo, España y América Latina pueden sentar las bases para la reconciliación y el entendimiento mutuo, garantizando que el legado del colonialismo se aborde con la dignidad y el respeto que merece.