Tigre y Mula simbolizan la lucha interminable por el Canal de Panamá en nuevo documental

Cuando Donald Trump declaró descaradamente a principios de este año su intención de “recuperar” el Canal de Panamá, un nuevo documental ya en cartelera en los cines panameños se preparaba para recordar al público la diplomacia conflictiva, las negociaciones y el retorno final de la soberanía del Canal.
Un documental nacido de amenazas renovadas y una historia olvidada
El presidente estadounidense Donald Trump generó preocupación en Panamá a principios de 2023 al afirmar que trabajaría para “recuperar” el Canal de Panamá. Sus declaraciones reavivaron memorias del antiguo control político sobre esta vía estratégica, lo que provocó nuevas discusiones sobre el orgullo nacional y los sacrificios históricos realizados para lograr el control panameño del Canal.
Por esa misma época, la directora panameña Annie Canavaggio presentaba su documental Hijo de Tigre y Mula, que profundiza en las complejas maniobras que precedieron a los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Estos acuerdos, firmados por el líder panameño general Omar Torrijos y el presidente estadounidense Jimmy Carter, establecieron la transferencia de la soberanía del Canal a Panamá para finales del siglo XX.
El estreno del filme resultó notablemente oportuno. En una entrevista con EFE, Canavaggio recordó que originalmente comenzó el proyecto hace siete años como una herramienta educativa para los jóvenes panameños —muchos de los cuales, según ella, tienen poca noción de la ardua lucha que les permitió recuperar el Canal—. “Mi principal motivación fueron los jóvenes”, explicó. “Siempre sentían que el Canal había sido nuestro desde siempre, sin darse cuenta de que hubo una lucha para lograr ese territorio”.
Las declaraciones de Trump aceleraron las etapas finales de la producción y llevaron a Canavaggio a garantizar un estreno rápido. “No podemos permitir que nadie —dentro o fuera de Panamá— trivialice los esfuerzos monumentales de Omar Torrijos y tantos otros que negociaron nuestra soberanía”, afirmó.
Hijo de Tigre y Mula tiene una duración de 105 minutos y examina meticulosamente la odisea histórica que condujo a los tratados que pusieron fin oficialmente a la administración estadounidense de la vía interoceánica, vigente desde la inauguración del Canal en 1914. La película relata una historia de diplomacia. También subraya la importancia del recuerdo, los riesgos del olvido y el enorme peso del Canal para la imagen y la economía de Panamá.
Educando a una nueva generación de panameños
Una de las preocupaciones clave de Canavaggio es la evidente ausencia en las aulas panameñas de la relación del país con Estados Unidos, que en su momento ocupaba un lugar destacado en el currículo escolar. “Sentía que una parte de la historia se estaba perdiendo —específicamente el legado de Omar Torrijos y todo lo que implicaron esos tratados de 1977”, dijo la directora a EFE.
En Panamá, existe una asignatura llamada Historia de las Relaciones Panamá-EE.UU., que ha sido eliminada y restituida del currículo escolar por sucesivos gobiernos. Recientemente, ante la reactivación de tensiones políticas por el Canal, el presidente panameño declaró nuevamente obligatoria esta materia. Sin embargo, durante años muchos estudiantes no recibieron una exploración profunda de las largas negociaciones y los movimientos civiles que culminaron en la soberanía panameña.
“Por eso, en cierto modo, no es que haya habido un olvido —es que muchos simplemente nunca lo supieron”, dijo Canavaggio. Esta falta de conocimiento se manifiesta de maneras sorprendentes. Los jóvenes a menudo creen que el Canal siempre fue parte de Panamá, sin saber que durante décadas hubo zonas que eran prácticamente enclaves administrados por EE.UU., y que a los propios panameños se les negaba el libre tránsito por esas áreas.
Al reunir material de archivo vívido —desde el golpe de Estado de Omar Torrijos en 1968 hasta el trágico accidente aéreo que le costó la vida en 1981—, Hijo de Tigre y Mula ofrece una lección relámpago y poderosa para las nuevas generaciones. Desde una perspectiva educativa, su creciente popularidad es evidente: permaneció más de cuatro semanas en cartelera con sólidas ventas, y fue una de las películas más vistas en el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF) a principios de abril.
Ahora, Canavaggio espera expandir su alcance a plataformas de streaming como Netflix o Amazon Prime. A menudo recibe solicitudes de escuelas, comunidades y organizaciones culturales interesadas en proyectar la película. “Estoy abierta a mostrarla en todas partes”, dijo. “Hay una demanda enorme, y desearía poder llevarla a cada rincón más rápido”.
Un líder entre la astucia del tigre y la terquedad de la mula
Hijo de Tigre y Mula comienza con una cita del Nobel Gabriel García Márquez, quien describió a Omar Torrijos como una mezcla entre tigre y mula: el tigre le otorgaba “astucia precisa”, y la mula le daba “tenacidad sin límites”. Es una metáfora colorida pero acertada para un personaje que creía fervientemente en la causa panameña, pero entendía la necesidad de una estrategia calculada al enfrentarse a Estados Unidos.
Canavaggio retrata a Torrijos como un estratega maestro o, en sus palabras, un jugador de ajedrez consumado, habilidad que le inculcaron sus padres, quienes le enseñaron a pensar varios movimientos por delante. “Logró fortalecer su poder de negociación”, dijo Canavaggio a EFE. “Forjó conexiones con líderes mundiales, buscó su apoyo y luego ganó la confianza del pueblo panameño. Mientras tanto, le envió un mensaje claro a EE.UU.: ‘Si no nos dan el Canal, habrá consecuencias’”.
Esas consecuencias incluyeron, de forma notoria, una serie de atentados —14 en total— para demostrar que el sentir panameño sobre el Canal no era cosa menor. Aunque el filme no glorifica la violencia, sí enfatiza cómo la tensión moldeó las negociaciones y demostró que Panamá ya no aceptaría en silencio el control externo de su recurso más vital.
Usando solo imágenes reales, Hijo de Tigre y Mula reconstruye una era clave: desde el ascenso de Torrijos a finales de los años 60 hasta el intenso periodo de diplomacia internacional en los años 70, que culminó con la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977. El documental también enmarca estos hechos dentro del contexto latinoamericano más amplio, donde muchos veían a Torrijos como un defensor de la autonomía regional.
El público accede a una mirada íntima de un líder que no solo unificó a los panameños tras una visión común —recuperar el Canal—, sino que también supo navegar la política de la Guerra Fría y el escenario global. Cuando su avión se estrelló trágicamente en 1981 cerca de su querido Coclesito, se cerró un capítulo monumental en la política panameña. El traspaso del Canal ocurrió el 31 de diciembre de 1999. Cumplió la promesa de Torrijos de que el Canal volvería a quienes les pertenece por derecho.
El filme incluye entrevistas con historiadores, expertos políticos y participantes en las negociaciones, mostrando la enorme importancia de estos tratados. Muchos expertos los consideran una de las gestas diplomáticas más significativas en la historia moderna de América Latina. Ese espíritu de resiliencia y autodeterminación recorre el documental de Canavaggio, invitando al público a cuestionar cuánto sabe realmente —y cuánto necesita aprender aún— sobre este momento crucial.
Para la directora, el enfoque estratégico tipo ajedrez de Torrijos sigue siendo una lección vigente para los líderes actuales, especialmente aquellos que subestiman el compromiso de los panameños con su soberanía. “Jugaba dos partidas a la vez”, comentó Canavaggio, “una con el pueblo, asegurando su unidad y determinación para avanzar, y otra con Estados Unidos, dejándoles ver lo que ocurriría si se negaban a entregarle a Panamá lo que le correspondía”.
La inquietud actual generada por las declaraciones de Trump demuestra que la popularidad del documental responde a una necesidad compartida de recordar el periodo de negociaciones decisivas y firme determinación que protegieron el Canal. Al presentar nuevamente estas narrativas, Hijo de Tigre y Mula confirma que la búsqueda de la autodeterminación fue una meta ardua para Panamá, un aspecto definitorio del honor nacional. Una búsqueda cuyo resultado no estaba garantizado.
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Hoy, mientras el Canal sigue siendo un eje del comercio mundial, es más importante que nunca que panameños y observadores internacionales comprendan la historia detrás de esta maravilla interoceánica. Para muchos espectadores, el documental de Annie Canavaggio cumple justamente esa función: les recuerda que detrás de cada cláusula de tratado y cada apretón de manos, hay perseverancia, astucia y el espíritu de un hombre mitad tigre, mitad mula, que se negó a doblegarse ante fuerzas más grandes que él.