¿Qué hay detrás de las manifestaciones en Nicaragua?
A casi un mes desde el inicio de las protestas, la crisis en el país centroamericano no parece mejorar
“En Nicaragua el régimen está usando la violencia desproporcionada y sin sentido para reprimir la justa protesta ciudadana encabezada por los jóvenes que están siendo masacrados por fuerzas paramilitares y policiales”, fue el mensaje con que el escritor y exvicepresidente nicaragüense, Sergio Ramírez, inició una de sus tantas polémicas columnas de opinión en El País, el diario español.
Read in english: What is behind the demonstrations in Nicaragua?
Es precisamente este fragmento el que denuncia la realidad que vive Nicaragua desde hace unas semanas. La lucha entre las fuerzas del Gobierno dirigidas por el presidente, Daniel Ortega, y los cientos de manifestantes que se tomaron las calles desde el pasado mes de abril, ha sido tema de debate entre los analistas, medios de comunicación y expertos en política internacional.
¿Por qué las manifestaciones?
El inicio de la marcha ciudadana en las calles nicaragüenses se dio como consecuencia a la controversial decisión de Daniel Ortega por implementar una reforma a la Seguridad Social. La ley instauraba una disminución del 5% en el monto total de las pensiones, así como el crecimiento sustancial de las cotizaciones del 6,25% al 7% por parte de los trabajadores a dicha prestación social.
Sin embargo, el pasado 23 de abril, el primer mandatario nicaragüense decidió abolir dicha ley debido a la poca “viabilidad” de la misma. Entonces, ¿por qué aún persisten las protestas?
Cabe resaltar que la mayoría de los manifestantes son jóvenes universitarios que, por el momento, no cotizan en la Seguridad Social del país. Por lo mismo, varios expertos consideran que la legislación solo fue la gota que derramó el vaso en un país “autoritario, dinástico y antidemocrático”.
“No se trata de la reforma de las pensiones, sino del panorama general”, afirmó Hajo Lanz, el representante de la fundación alemana Friedrich Ebert (FES) para Costa Rica, Nicaragua y Panamá, en entrevista para DW. “Me manifiesto porque quiero una Nicaragua sin dictadura. No es justo que nuestro país siga sufriendo por un Gobierno que reprime, que no respeta los derechos de las personas”, dijo también uno de los jóvenes manifestantes a El País.
“Gente mezquina"
No obstante, la situación parece no mejorar, y menos con los constantes ataques que el oficialismo nicaragüense realiza, con Rosario Murillo, vicepresidente y esposa de Daniel Ortega, a la cabeza. En los primeros días de las protestas, por ejemplo, Murillo no dudó en tildar a los manifestantes como “tóxicos, malos hijos y gente mezquina”.
“Tanta sangre derramada y no les basta, parecen vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política, para alimentarse porque el vampiro se alimenta con sangre, cree que con eso logra avances en sus agendas políticas”, pronunció de manera tajante la política nicaragüense.
Según el grupo estudiante Movimiento 19 de abril, el ejecutivo ha ordenado criminalizar las protestas con el fin de apaciguar las manifestaciones, por medio del juicio y encarcelamiento de varios de sus opositores. Bajo las acusaciones de ser “coautores directos del delito de conspiración para ejecutar motín”, el poder judicial juzgará a tres de los jóvenes ligados a las protestas. “Se quiere neutralizar y criminalizar el derecho a la protesta cívica contra el régimen dictatorial de Daniel Ortega”, aseguraron miembros de dicho movimiento.
¿Y las víctimas?
Ha pasado casi un mes desde el inicio de las revueltas en Nicaragua, y el número de las víctimas crece cada día más.
La muerte de un periodista durante su labor, así como la de una adolescente, han sido el reflejo de una ola de violencia sin precedentes en el mandato del también líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
No obstante, hay una lucha de palabra entre el Gobierno nicaragüense y ONGs, en relación con el número de heridos y muertos resultantes de las manifestaciones. Por ejemplo, el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh) ha dado a conocer una cifra de aproximadamente 45 muertos y cerca de 400 heridos, mientras que el Gobierno solo da cuentas de 10 personas asesinadas.
Reacción internacional
Por supuesto, el mundo no ha sido ajeno a la actualidad nicaragüense. El director general de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Christian Guillermet, cuestionó la censura existente por parte del Gobierno Nacional hacia los medios de comunicación.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua respondió con un duro comunicado de prensa, pidiendo a Guillermet y a Costa Rica mantenerse al margen de la situación. “Las particularidades de nuestra política interna y las circunstancias en que nuestro gobierno toma decisiones de Estado no con competencia ni del Estado ni del Gobierno de Costa Rica", escribieron.
Por otro lado, el pasado 7 de mayo, en medio de un discurso ante la Organización de Estados Americanos (OEA), el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, habló de la existencia de una “oscura nube de tiranía” sobre Nicaragua. Además, condenó la "represiva" y "letal" acción de Ortega sobre los manifestantes.
Latin American Post |
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