Colombia: ¿por qué la segunda vuelta presidencial ya no es radical?
Los más de 4.5 millones de personas que votaron por Sergio Fajardo son quienes pondrán al próximo presidente de Colombia
Casi cinco millones de personas se quedaron en el limbo político, al no ganar su candidato en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Esta población es aquella que flotaba en el centro y tenía los candidatos más neutrales. No obstante, ahora que sus candidatos se quedaron por fuera de la campaña política y sólo los dos extremos intentarán captarlas para, con sus votos, llegar a la Presidencia de la República, los coqueteos hacia esta población no paran, empezando por el paso hacia el centro tanto de Iván Duque, Centro Democrático, como de Gustavo Petro, Colombia Humana. Como el camino no es fácil, desde el 27 de mayo, día en que se llevó a cabo la primera vuelta, los dos candidatos empezaron a moderar su lenguaje y a llamar a la unidad, algo un poco relevante ya que durante los tres meses de campaña hicieron todo lo contrario.
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Duque y Petro: la verdadera lucha está en el centro
Si bien en la primera vuelta electoral Petro salió triunfante en los departamentos alejados del centro, no sólo el centro del país se convierte en la región a disputarse, sino también a nivel político e ideológico. Tanto Duque, quien ha usado al expresidente Uribe para desplazarse a las zonas más alejadas con el fin de usar su fuerza para atraer a los votantes, como Petro que se ha valido de un sector académico con bastante fuerza; la lucha por atraer a los votantes de centro aún tiene una semana para definirse. Diego Cediel, politólogo de la Universidad de La Sabana, indicó en entrevista con Latin America Post que Duque se ha mostrado como un hombre conciliador, de consensos, que no se altera, que no responde a provocaciones, pero que tampoco se va por las ramas. Además, Cediel señaló que “Duque ha buscado separarse de la extrema derecha y concertar con el centro, para así dejar la posición radical y convencer a ese grupo de votantes que se quedó sin representación”.
Respecto a Petro, Cediel afirma que el candidato de izquierda ha sido quien más se ha desplazado al centro y alejado de las ideas que tanto le cuestionaron en campaña, así como de las propuestas que lo catalogaban como el Nicolás Maduro colombiano, como fue el caso de la Asamblea Nacional Constituyente. “Petro sabe que ahora debe buscar unidad, y una propuesta de esa índole más que unir, radicaliza”, afirmó Cediel.
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Si bien Duque ahora dice: “Tenemos que ser amables y generosos con la base guerrillera que ha hecho tránsito a la desmovilización, al desarme y a la reinserción, pero hay que garantizar que los máximos responsables (…) cumplan sus penas”, pero ha sido claro en señalar que no será tras las rejas sino “en granjas agrícolas”, como lo ha mencionado recientemente en entrevistas a medios nacionales e internacionales, no vale la pena olvidar que tan sólo hace dos semanas su postura frente a los acuerdos de paz era más radical.
Ahora ya no son extremos, y Fajardo es realmente quien está poniendo al presidente
Duque moderó su posición sobre la idea de unificar las cortes y sobre decisiones en política exterior como mover la embajada colombiana en Israel a Jerusalén. Petro se bajó de la idea de convocar una asamblea constituyente regional y acotada, con el argumento de que el Congreso elegido el 21 de marzo tiene una importante bancada independiente que puede impulsar reformas en ese escenario.
Sin embargo, varios analistas como Diego Cediel, Javier Garay y Yann Basset coinciden en que será al dirigente de Colombia Humana a quien le quedará más complicado deslizarse a las posiciones de centro, porque es un hombre reconocido por su “posturas firmes y que poco cede en las negociaciones”.
Para Basset, la retórica radical es más rentable en la primera vuelta para amarrar a los seguidores más simpatizantes, y en la segunda es más rentable la moderación para atraer a ciudadanos de otros partidos, según una entrevista con el periódico El Colombiano. Sin embargo, la izquierda es más reacia a moverse y al mismo tiempo es menos aceptada por su ideología.
El mapa político colombiano ha cambiado respecto a el favoritismo regional, pero se mantiene la lucha voto a voto. “Aunque Duque y su coalición de derecha se llevaron la mayoría de los departamentos, Petro ganó presencia regional, que no será fácil de aumentar en la semana que falta. De ahí que los votos de la Coalición Colombia de Fajardo sean cruciales para el candidato izquierdista, incluidos los de Bogotá, donde fue destronado. Quienes votaron por Fajardo no vieron ni en Petro ni en Duque al líder que quieren, ya sea por rechazo al Centro Democrático y lo que significa Álvaro Uribe, o por rechazo al perfil de Petro y las incertidumbres que genera”, afirmó Garay en entrevista con Latin American Post.
No obstante, lo cierto es que ninguno de los dos podrá captar el ciento por ciento de los votos que obtuvo Fajardo en las pasadas elecciones, pero si hay que aclarar que el presidente de Colombia para el periodo 2018-2022 será puesto en la Casa de Nariño por Sergio Fajardo y sus votantes.
Petro tiene la desventaja que es la de polarizar bastante y tener mucha gente en contra, por lo que a Iván Duque le quedaría más fácil llegar a los votos indecisos. Sin embargo, indicó Basset, Duque también tiene una desventaja. Esta consiste en que su posición lo hace ver para la opinión pública como un candidato de élite política frente a Gustavo Petro, quien es visto como un personaje anti élite.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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