Petrobras lleva cuatro años consecutivos con pérdidas; la demanda por más de 4.500 millones de dólares amenazaría con la quiebra de la empresa estatal

El Tribunal Supremo Federal de Brasil suspendió la demanda de 17 mil millones de reales (más de 4.500 millones de dólares) que enfrenta Petrobras por parte del Tribunal Superior del Trabajo desde hace 11 años. A finales de junio se dictó una sentencia a favor de los trabajadores, con 13 votos contra 12. Sin embargo, el juez José Antonio Dias Toffoli decidió paralizar la indemnización tomando en cuenta “el riesgo de daño irreparable derivado del inmediato cumplimiento de esa decisión (…), que puede impactar sobre todo en las finanzas (de Petrobras), con innegables efectos en la economía del país en su conjunto”.

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La controvertida multa que enfrenta Petrobras expone que unos 59 mil empleados, entre activos y jubilados, no han sido remunerados por condiciones de trabajo especiales, como horas extras y jornadas nocturnas. La victoria de los trabajadores significa que Petrobras tendrá que pagar 15 mil millones de reales (4 mil millones de dólares) en salarios retrasados, y un aumento en 35% del sueldo, lo que dejaría una brecha de 2 mil millones de reales (cerca de $540 millones de USD) al año. Si bien es un alivio para los empleados, el pago inmediato dejaría a la petrolera más grande de Brasil al borde de la ruina, considerando que no se ha recuperado de las graves pérdidas que ha sufrido por las siguientes razones:

Escándalos de corrupción

Uno de los casos más graves de corrupción en Brasil se descubre por la investigación operación Lava Jato, donde se expone una red de lavado de dinero en Petrobras que causó una pérdida de más de 2.000 millones de dólares entre los años 2003 y 2014, además de involucrar a empresarios de alto perfil y políticos. El caso trajo como consecuencia la destitución de ex presidenta Dilma Rousseff, la condena al ex presidente Lula Da Silva e incluso salpica al actual presidente Michel Temer.

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A esto se le agrega una multa estadounidense por casi 3 mil millones de dólares que Petrobras accedió a pagar para evitar un juicio llevado por unos inversores que compraron acciones en Petrobras y que aseguran haber perdido dinero tras el escándalo de corrupción de la estatal brasileña.  

Caída del petróleo

Luego de la operación Lava Jato, el entonces presidente de Petrobras, Pedro Parente, tomó la decisión de reajustar los salarios y aumentar el precio de la gasolina para tratar de reducir la deuda de la petrolera estatal y que se ajustara diariamente a los precios barril del petróleo para evitar pérdidas. Esta nueva política de precios causó el incremento de un 50% en el precio de la gasolina entre el 2017 y el 2018 para las mismas fechas.

De acuerdo con el periódico El País, “en las tres primeras semanas de mayo (…) los precios subieron 17 veces, siguiendo el ritmo del alza del petróleo”. Aunque las políticas aplicadas por Pedro Parente lograron estabilizar un poco a la estatal petrolera, las decisiones fueron altamente criticadas, lo que causó un efecto dominó difícil de detener.

Huelga de camioneros

Aunque las políticas de Pedro Parente aliviaron de manera financiera a Petrobras, produjo un estallido que perjudicó gravemente a la empresa y al resto del país. Debido a la alza de precios en la gasolina, los camioneros manifestaron cerrando las carreteras, lo que dejó a Brasil paralizada. La presión de la huelga causó la dimisión de Pedro Parente. “Al anunciarse la dimisión de Parente la caída en el valor de las acciones fue tan vertiginosa que tuvo que suspenderse la transacción durante unos minutos", aseguró El País en junio del 2018.

Haciendo referencia a este caso, el magistrado Dias Toffoli aseguró que Petrobras en junio registró una pérdida que pudo haber tenido “un impacto financiero de 4.500 dólares, a decenas de acciones colectivas y miles de acciones individuales en proceso”, por lo que consideró la condición vulnerable de la petrolera estatal y finamente llevó a la suspensión de la demanda por parte de los trabajadores. El juez llega a la decisión de congelar el proceso de compensación a los empleados debido a que un golpe más a Petrobras condicionaría en gran medida la economía de Brasil.

LatinAmerican Post | María de los Ángeles Rubio

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