AMÉRICAS

Oklahoma, nitrógeno para los condenados a muerte

El estado empleará este cruel método ante la escasez de sustancias para la inyección letal

Oklahoma, nitrógeno para los condenados a muerte

Read in english: Oklahoma, nitrogen for those sentenced to death

Oklahoma es famoso en Estados Unidos por ser el territorio de este país en el que más reos se ejecutan, además de ser pionero en el uso de la inyección letal. Siempre a la vanguardia en lo que a pena de muerte se refiere, su última “innovación” es la de gasear con nitrógeno a los 12 reclusos que en estos momentos se encuentran en el corredor de la muerte y que ya han agotado todos sus recursos legales.

La razón para elegir este método tan cruel es la negativa de muchas farmacéuticas para suministrar los componentes de la inyección letal, por lo que encontrar estas sustancias se ha convertido en un problema para los estados que todavía aplican la pena capital. Por ejemplo, Nevada y Nebraska han tenido que recurrir al fentanilo, un opioide sintético, para sus ejecuciones.

El fiscal general de Oklahoma, Mike Hunter, se mostró firme al aseverar: “no podemos quedarnos en los márgenes y esperar a que lleguen los fármacos. El nitrógeno es efectivo, sencillo de administrar, fácil de obtener y no requiere procedimientos médicos complejos”.

Joe Allbaugh, director del Departamento Penitenciario, fue más allá y afirmó que “algunos presos en Oklahoma nos lo están poniendo difícil, ya que recurren a la deshidratación para dificultar la inserción de las agujas en la inyección letal. Es cierto que nunca hemos probado a ejecutar con nitrógeno, pero hemos buscado los componentes para la inyección letal hasta en la India y nada, sin la colaboración de las farmacéuticas es una tarea casi imposible”.

La inhalación de nitrógeno por parte del reo sería mediante una máscara, generando la muerte por falta de oxígeno (hipoxia). El condenado experimentaría fatiga, mareos, dolor de cabeza, pérdida de la respiración y de la consciencia, produciéndose de esta forma la muerte en pocos minutos. Algunas organizaciones humanitarias no han tardado en mostrar su rechazo a este método al afirmar que nunca se ha usado antes, y se estaría utilizando a los presos como conejillos de Indias, además de que podrían morir con gran sufrimiento.

Muchas son las críticas que recaen sobre Oklahoma pues todavía está fresca en la memoria la ejecución de Clayton Lockett, condenado en 2014 por el secuestro, violación y asesinato de una joven, quien tardó 43 minutos en morir, tras una terrible agonía, al inyectarle un fármaco poco estudiado en aplicaciones terminales. Hasta el propio presidente Barack Obama calificó aquel episodio como inhumano. Pocos meses después estuvo a punto de presentarse un caso similar, pero en el último momento uno de los guardias se dio cuenta de que la combinación de fármacos era errónea. Desde octubre de 2015 Oklahoma no ha vuelto ejecutar.

A pesar de estos antecedentes, no parece que el uso de nitrógeno vaya a encontrarse con muchos obstáculos, pues ya el parlamento estatal aprobó el 8 de noviembre de 2016 el uso de cualquier sistema de ejecución que no estuviera prohibido en la Constitución de Estados Unidos. A esto hay que añadir que la reelegida gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, es una firme defensora de la pena capital y una de las personas que más ha insistido en buscar métodos alternativos a la inyección letal.

 

 

Latin American Post | José María González Alonso

Copy edited by Paula Bautista

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