Cáncer de mama en Marruecos, un drama más allá de la enfermedad
Muchas mujeres son abandonadas por sus maridos tras la mastectomía
Read in english: Breast cancer in Morocco, a drama beyond the disease
El trance de sufrir una enfermedad como el cáncer de mama en Marruecos no se queda en la lucha diaria, la quimioterapia o las continuas revisiones en el hospital. En el país norteafricano también implica una especie de estigma que, en ocasiones, supone que los maridos –muchas veces el único sustento económico de las enfermas- decidan abandonarlas. Por eso muchos de ellos solicitan a su esposa convaleciente que les permitan casarse con otra mujer.
El Código de Familia Marroquí, más conocido como La Mudawana, aprobado en 2004, permite la poligamia, pero solo si lo consiente la primera esposa por escrito.
Fátima (nombre ficticio), quien padece esta enfermedad, acabó firmando la solicitud de su marido, que se quejaba de que nadie se hacía cargo de él o del ganado que tenía la familia cuando su esposa y su hija debían desplazarse a la capital, Rabat, situada a 100 km de su aldea, para acudir a las citas médicas en el hospital. Fátima accedió a la petición con dos condiciones: que él le siga pagando el seguro médico y que deje a la hija de ambos continuar sus estudios en la universidad.
Desde la llegada de la nueva mujer, Fátima quedó relegada en un segundo plano, y fue cuando encontró el apoyo de Jadiya El Qorti, una anciana que hace 10 años creó una casa de acogida para enfermas de cáncer. La activista recuerda que cuando ella acompañaba a su marido –muerto de cáncer- al hospital en Rabat, veía a muchas mujeres sin recursos que llegaban desde zonas remotas de Marruecos y que tenían que dormir en los jardines o en el suelo del centro sanitario ante la imposibilidad de poder pagarse un alojamiento para pasar la noche. Ahora, gracias a varios mecenas, la casa de acogida de Jadiya puede albergar hasta 20 mujeres.
Jadiya afirma que hay maridos, sobre todo los más jóvenes, que cuidan y apoyan a sus mujeres con cáncer pero que en la mayoría casos cuando son diagnosticadas sus esposos les dicen: “o me permites casarme con otra mujer o nos divorciamos”, y casi siempre aceptan porque necesitan el seguro médico que pagan ellos. La nueva esposa es la que se encarga de hacer las tareas de la casa, dejando a la original marginada y sin un papel en el hogar.
El sexo influye mucho en este comportamiento. Cuando una mujer con cáncer de mama pierde uno o ambos senos incluso ellas mismas se rechazan, aunque el marido las acepte. Sienten que han perdido su feminidad, se consideran mutiladas y rehúyen las relaciones sexuales con su pareja, generando malestar mutuo en el matrimonio. Esto sucede principalmente en hogares de escasos recursos, pues para quienes tienen medios, hay opciones como la reconstrucción del seno o incluso psicólogos de familia que tratan a las parejas ayudándolas a recuperar su confianza.
La profesora Rajaa Aghzadi, quien también es cirujana, canceróloga y fundadora de la Asociación Marroquí de Lucha contra el Cáncer de Seno señala que “si bien todavía se dan bastantes casos de este tipo, la tendencia es a la baja debido a los avances médicos en cuanto a prevención y tratamiento, así como a la mayor concientización de la sociedad marroquí con este problema”.
Latin American Post | José María González Alonso
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