La oposición de AMLO: un conflicto político que se entiende desde los inicios de Ricardo Anaya
¿Por qué no puede haber unión entre el oficialismo y la derecha en México para vencer a Andrés Manuel López Obrador?
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador es casi inminente, el discurso de voto útil de la derecha política, liderada por Ricardo Anaya, no ha servido para bajar a AMLO de las preferencias electorales. Por primera vez en la historia, México tendrá un presiente de izquierda que apostará por el cambio de modelo económico, cancelará la reforma educativa y revisara los contratos vigentes en materia energética y del nuevo aeropuerto internacional.
Según encuestas recientes en México, la coalición liderada por AMLO (Juntos Haremos Historia) tendría una mayoría simple en el congreso de la unión, una primer minoría en el senado y podría ganar al menos tres estados de la república; si estas tendencias las bajamos a los congresos locales, el escenario se ve más favorable para la izquierda mexicana, ya que posiblemente ganen lugares los diputados locales pertenecientes a la coalición.
Ricardo Anaya del Partido Acción Nacional (PAN) y José Antonio Meade del Revolucionario Institucional (PRI) se han descalificado e insultado en las últimas semanas, favoreciendo aún más al líder de la izquierda. ¿Por qué no puede haber unión entre el oficialismo y la derecha en México para vencer a Andrés Manuel López Obrador?
La realidad de este conflicto político se entiende desde los inicios de Ricardo Anaya. Con grandes ambiciones un joven intelectual entró al terreno político gracias al expresidente Felípe Calderón, fue secretario particular de un alto funcionario, manejó a una subsecretaría de estado y llegó al poder legislativo; con una eficiente oratoria y un objetivo claro Ricardo Anaya pasó por encima de todas las personas que le dieron la mano, fue capaz de doblegarse ante las propuestas del presidente Enrique Peña Nieto (PRI) y traicionó a la persona que lo inició en su vida pública.
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Para el 2017, con menos de 40 años y como presidente del PAN, impidió la candidatura presidencial de Margarita Zavala de Calderón, posicionándose como único candidato posible de una coalición antinatura que combina la derecha tradicional y la izquierda moribunda del sistema político mexicano. Se aferra tanto a la presidencia que ha sido capaz de amenazar con meter preso al actual presidente de la república (Enrique Peña Nieto) a pesar de haber colaborado con él para la aprobación de las reformas estructurales más importantes del país.
Una persona con la trayectoria de Ricardo Anaya, que aparte de traicionar es acusada de lavado de dinero, no ha sido capaz de unir el voto útil e impedir la llegada de un radical a la presidencia. La única esperanza para la persona que dividió al PAN es ganar la mayor parte del senado y las gubernaturas de la federación, con el objetivo de armar una coalición poderosa que sea capaz hacer frente a las políticas proteccionistas de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo otros rostros podrían figurar en este proceso. Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala pueden utilizar el fracaso de esta campaña a su favor, retomar el liderazgo del PAN y aislar políticamente a Ricardo Anaya; por otro lado el PRI deberá demostrar que es un partido fuerte para seguir existiendo, a lo largo del país conservará gubernaturas y congresos locales, es en estos bastiones de poder donde tendrán que analizar el por qué perdieron la federación e impidieron la continuidad de las reformas que han hecho historia en México.
El escenario no se vislumbra claro en la política mexicana, como parte de un ejercicio sano en la democracia, los partidos que no triunfen en esta contienda electoral deberán tomar el papel de una oposición firme, que puedan defender los derechos de los ciudadanos que no comulguen con la ideología de AMLO y protejan la libertad de expresión de una nación atormentada por el crimen y la corrupción.
Latin American Post | Jorge Vuelvas Lomeli