Comprar un iPhone, una laptop, o incluso ahorrar para ir al cine es una hazaña para el venezolano, que debe hacer malabares para que le alcance para comer

Bienes y experiencias que otros latinoamericanos podrían pagar en poco tiempo, al venezolano le toma como mínimo seis meses. La ya histórica inflación de Venezuela acaba de aumentar en el mes de mayo, y Nicolás Maduro incrementó un 95.4% el salario mínimo, dejándolo en 2.555.500 Bolívares Fuertes (BsF.), que equivalen casi a un kilo de queso, o a dos latas de atún. En la tasa de cambio oficial, este salario mínimo es igual a $37 dólares, pero tomando como referencia el dólar paralelo, el que usa la gente del común, es igual a $3 dólares.

Generalmente, para ahorrar se usa una fórmula que, sin importar el ingreso, puede mantener una cuenta balanceada: 50% para gastos básicos, 20% de ahorro y 30% para gastos personales. En Venezuela, no es realista comer con el 50% del sueldo mínimo, así que dejamos 70% para gastos básicos y 30% para ahorro o gastos personales. Usando esta fórmula, determinamos cuánto tiempo tendría que ahorrar un venezolano para comprar algunos aparatos y compartir experiencias que se han convertido en lujos para la mayoría en el país:

• Ir al cine (3 meses)

Si el venezolano quiere ver una película en el cine, solo debe pagar 300 mil por su entrada, pero si además quiere comprar un combo de “cotufas” (palomitas de maíz), debe pagar 1.500.000 BsF adicionales. Una salida al cine completa podría costar aproximadamente 2 millones de bolívares por persona. Es decir, el venezolano tendría que ahorrar 3 meses para disfrutar una salida al cine. El precio es similar al de una salida a un bar o a un restaurante.

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• Mercar (6 meses)

Algo común como salir a comprar pan al supermercado también implica estrés para el venezolano. En mayo, comprar una bolsa de pan de 10 unidades cuesta 427.425 BsF; una mermelada se puede conseguir en 285.000 BsF.; medio kilo de queso cuesta 1.210.000 BsF, medio kilo de papas se consigue en 414.800 BsF.; medio kilo de carne molida de cerdo, que es la opción más económica, cuesta 1.531.350 BsF.

Si además quieres una bolsa para cargar tu compra, te cobran 8.928 BsF. por cada una. En total, ir al supermercado cuesta aproximadamente 4 millones de BsF. si se compra solo lo más básico para la cena o el almuerzo, suponiendo que se tengan guardadas algunas verduras en casa.

Esta es una compra que se hace cada cinco días en la mayoría de los hogares. Al mes, se gastan 15.600.000 BsF comiendo dos veces al día. Eso quiere decir que hacen falta seis salarios mínimos para comer todos los días del mes, sin lugar a ahorro. El venezolano que gane salario mínimo podría gastar solo 638.875 BsF por semana, que alcanza apenas para el pan.    

• Nutella (1 año)

El chocolate de avellana Nutella de 750 gramos se puede conseguir en 9 millones de bolívares. Si el venezolano que gana salario mínimo ahorra el 30% de su ingreso, tardaría un año en comprar un frasco de Nutella.

• iPhone 5S (21 años)

El iPhone 5S en Venezuela tiene un valor de 192 millones de bolívares. Si el venezolano ahorra 30% de su salario al mes (766.650 BsF), le tomaría 251 meses, es decir, 21 años para pagar el iPhone 5S, si es que el salario y los precios se mantienen igual.

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• Laptop Macbook Pro (134 años)

La laptop Macbook Pro cuesta 1.232 millones de bolívares. Si el venezolano ahorra el 30% del salario mínimo al mes, tardaría 134 años (1607 meses) para pagar por esta laptop.

El principal problema para ahorrar en Venezuela es que el bolívar no tiene un valor estable debido a la hiperinflación del país. Con el aumento salarial la gente teme a la escalada de precios en los supermercados y al cambio diario del dólar paralelo. “Ahorrar en bolívares en Venezuela es una tontería” dice el economista Carlos Hermoso, que recomienda adquirir dólares o valorizar los ahorros en bienes materiales como autos, viviendas y seguros.

Muchos de los jóvenes profesionales que recién se gradúan de las universidades prefieren buscar trabajos por internet clickeando publicidades o jugando videojuegos en lugar de trabajar como asalariados en lo que pasaron tanto tiempo de sus vidas estudiando, porque simplemente es más rentable ganar en dólares y dejar morir las aspiraciones profesionales, o ahorrar para tomar la difícil decisión de dejar Venezuela, a sus padres y a sus amigos, a cambio de perseguir un mejor futuro.
 

Latin American Post | María de los Ángeles Rubio
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