Mercado laboral: las mujeres en Latino América
Cerrar la brecha en la participación de la mujer en la fuerza laboral es esencial para el desarrollo de la región
Es una realidad que existen brechas socioeconómicas entre los hombres y las mujeres. Por este motivo, durante décadas las mujeres han tratado de empoderarse para que estas brechas sean cada vez menos y puedan tener las mismas oportunidades en la sociedad que los hombres. Por ejemplo, se encuentra el acceso a la educación, la apropiación de las TIC, el empleo, el emprendimiento y el acceso a cargos públicos. Sin embargo, una de las brechas más visibles es en cuestiones de empleo. Especialmente, debido al imaginario sobre la mujer como encargada del hogar y que, consecuentemente, conlleva a que continúe siendo segregada en el ámbito público y privado. En este sentido, es necesario preguntarse ¿Qué han hecho los gobiernos en América Latina para promover la igualdad en el acceso a un empleo remunerado? ¿Ha sido eficiente?
Acciones gubernamentales
A nivel mundial, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 11 % de las mujeres en el mundo tienen un salario menor que el de los hombres. Adicionalmente, el 23 % de las madres tienen menos posibilidades de ser contratadas que los padres. Por otra parte, el 33 % de las mujeres hacen parte del gobierno central de los gobiernos y el 29 % hacen parte del congreso. En el caso de Latinoamérica, el promedio de acceso a un empleo público es del 12% y el 52 % de las mujeres tienen este beneficio, lo cual resulta mínimo respecto a las opciones que tienen los hombres con un 84 %.
Estas cifras han sido un llamado para que los gobiernos y, la sociedad en general, fomenten la participación de las mujeres como motor de desarrollo y en el sector público como tomadoras de decisiones. Es más, todos los países (a excepción de Perú) han ejecutado políticas para que el salario sea equitativo entre hombres y mujeres; asimismo, la mayoría de los gobiernos, a través de campañas y los Ministerios de trabajo y empleo, promueven que se garantice el derecho al trabajo digno y remunerado.
Lo anterior, ha permitido que durante los últimos cinco años las mujeres tengan más oportunidades en el mercado laboral. Sin embargo, actualmente se presentan dos retos importantes: por un lado, del 52 % de mujeres ocupadas, aproximadamente el 70 % se encuentra en cargos de baja productividad. Por lo cual es necesario realizar ajustes, toda vez que los empleos directivos y gerenciales tanto a nivel privado como público en gran medida son ejercidos por hombres. Por otro lado, las brechas en este indicador de empleo continúan, de hecho durante los últimos tres años, se mantiene en el 52 %. Lo anterior reafirma la necesidad de ampliar la cobertura para subir este porcentaje y con ello cerrar de manera eficiente la brecha existente.
Por último, es importante precisar la incidencia que tienen las labores de hogar con el movimiento del indicador de empleo, ya que en la actualidad esta tarea continúa asignada a las mujeres. En este sentido, la tarea no debe ser únicamente de los gobiernos, los hombres como miembros activos de la familia y el hogar deben participar en la economía del cuidado -trabajo no remunerado que se realiza en el hogar- y con ello ampliar las posibilidades de la mujer en el ámbito laboral.
Latin American Post | Tatiana Restrepo
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