Su presencia en la nueva coalición del gobierno de Sebastián Kurz ha generado una oleada de protestas desde diciembre de 2017

La llegada de la extrema derecha a uno de los gobiernos de Europa occidental ha marcado un antes y un después en la política del continente. La alianza establecida entre el Partido Popular austriaco (ÖPV) de Sebastian Kurz y la derecha del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) quedó pactada a finales del año pasado en una guía programática que será la bandera del actual gobierno, y que parece durará todo el mandato del joven político democristiano. 

Entre las decisiones más consensuadas del proyecto bipartidista está el compromiso con una reducción de impuestos y una fuerte auditoría al gasto público. En el tema de migración es importante destacar que la derecha austríaca ha marcado su fuerte oposición frente a la inmigración ilegal y ha rechazado la llegada de refugiados mediante el sistema de cuotas establecido por la Unión Europea. 

En este contexto, desde el fin de semana pasado se han presentado nuevamente protestas en contra de la coalición de derecha que lidera el nuevo presidente austriaco, Sebastián Kurz. Las protestas, organizadas por movimientos de izquierda, jóvenes estudiantes y las “Abuelas contra la Derecha” movilizaron pacíficamente a alrededor de 20 mil personas en la protesta del pasado sábado 13 de enero. 

Los manifestantes buscan oponerse en particular a la presencia del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) en el nuevo gobierno, por sus inclinaciones de ultra-derecha y su política fuertemente restrictiva frente a los inmigrantes. Aunque dicen haberse separado de la corriente nazista de la que surgieron, los miembros del FPÖ tienden a ser catalogados aún hoy de sexistas, antisemitas y racistas. 

De hecho, uno de los primeros en manifestarse en la jornada del sábado fue Benjamin Abtan, presidente del European Grassroots Anti-racist Movement, quien tildó de populistas y enemigos de la democracia a los miembros del Partido de la Libertad, e indicó que son un grupo extremadamente radical que no merece sentarse a pactar con el resto de autoridades europeas. 

Este último comentario hace referencia a uno de los puntos principales de la protesta del sábado: Austria será la cabeza de la Unión Europea a partir de la segunda mitad de este año y los miembros de la oposición no consideran que la coalición de derecha deba representar los intereses del país frente al resto de Europa; en especial teniendo en cuenta que la ultra-derecha del FPÖ ostenta 6 de las 14 carteras del gobierno de Kurz. 

Las manifestaciones han sido incentivadas también por los desacertados comentariosdel Ministro de Interior del FPÖ, Herbert Kickl quien sugirió ‘concentrar’ a los asilados en espacios específicos. El término utilizado por Kickl es la razón de gran parte de las nuevas críticas al partido, pues fue asociado inmediatamente a los campos de concentración nazi. Sin embargo, figuras del partido como Norbert Hofer han salido a defender a Kickl, argumentando que sus comentarios no eran malintencionados y estaban basados en un respeto básico de los Derechos Humanos de los asilados.

El mandato de Sebastian Kurz y la coalición de la derecha (ÖVP-FPÖ) en Austria está hasta ahora comenzando y ya ha dado mucho de qué hablar. La presencia del FPÖ en el nuevo gobierno ha generado fuertes críticas, si bien fue la tercera fuerza más votada durante las elecciones de octubre de 2017.

Latin American Post | Laura Delgado 

Copy edited by Carlos Eduardo Gómez Avella