Francia: El miedo enjaula a la Torre Eiffel
La construcción del muro de cristal alrededor de uno de los puntos más distintivos de París demuestra que sólo entre muros se crea percepción de seguridad
Un muro de cristal y una valla alambrada protegen la base de la Torre Eiffel contra posibles atentados terroristas desde el pasado 17 de junio. Las obras de construcción de estos dispositivos prevén terminarse de manera completa para septiembre de este año. Aunque es la primera medida de este tipo en Europa, como consecuencia de los ataques terroristas que han ocurrido desde 2015, para la policía francesa no es garantía de que no ocurran ataques.
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El caso de la Torre Eiffel llama la atención porque es el primer gran muro que se construye para proteger un sitio turístico e histórico desde que Europa se ha visto azotada por ataque terroristas, principalmente atropellos masivos. Aunque desde 2016, la explanada de la Torre fue cerrada, la idea del muro surgió en 2017 con el fin de prever un hecho lamentable. “Uno de los dos dispositivos de seguridad es un muro de cristal de 6.5 cm de grosor y 3 metros de alto”, explicó Bernard Gaudillère, presidente de la empresa que gestiona el monumento parisino. El muro de cristal "es sólido, a toda prueba, y absolutamente seguro" frente a posibles disparos de balas, agregó. El muro de cristal se encuentra ubicado sólo en dos lados de la torre, para los otros dos lados la policía francesa garantiza la seguridad de los visitantes, sin dañar el panorama, con una valla alambrada y bloques de hormigón particularmente resistentes para evitar atropellos masivos.
Europa contra los ataques terroristas
A raíz de los ocho ataques coordinados que causaron la muerte de 130 personas en noviembre de 2015, el gobierno francés declaró un estado de excepción que el Parlamento aprobó prolongar hasta el 26 de febrero de 2016. Además, se modificó la ley permitiendo a la policía llevar a cabo 2.090 registros domiciliarios entre el 14 de noviembre y el 1 de diciembre, y 296 personas fueron sometidas a localización permanente. Sin embargo, para el ministro del interior de aquel entonces, Bernard Cazenueve, las medidas no estaban siendo lo suficientemente fuertes para contener un ataque masivo. Por lo cual se desplegó al ejército para que vigilará también las ciudades.
Amnistía Internacional, en su informe del segundo semestre de 2016, corroboró lo dicho por Cazenueve y demostró que, con las medidas tomadas, solo se sometió a personas que eran musulmanas a un tipo de persecución que no estaba arrojando grandes resultados. El gobierno francés, haciendo uso de dicho informe, comenzó a contemplar otro tipo de medidas, debido a los hechos terroristas en Europa, para proteger al peatón.
Luxemburgo, Eslovaquia, Países Bajos y otros países de la región endurecieron sus leyes antiterroristas que contemplaban alargar el periodo que podían pasar en prisión preventiva los sospechosos de delitos relacionados con el terrorismo, sin que fuera necesario demostrar tales sospechas. En Reino Unido, esto se acompañó de medidas diseñadas para identificar y prevenir los "extremismos violentos" que, como apuntan desde la organización pro derechos humanos, entrañaban el peligro de estigmatizar a la población musulmana.
Sin embargo, el endurecimiento de leyes no frenó los atropellos masivos, por lo que bloques de hormigón, sacos de arena o barreras de coches empezaron a ser algunos de los dispositivos desplegados en países europeos para proteger a la población de los ataques con vehículo. Un modo operativo cada vez más utilizado. Los muros de la Torre Eiffel son las primeras medidas que sobrepasan dichas contenciones.
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Vivir entre muros
Jean-François Martins, encargado de turismo de la ciudad de París, afirma que, aunque la medida no es algo que debería implementarse, la situación por la que atraviesa Europa ha obligado a llevar a cabo este tipo de decisiones.
Fernando Reinares, director del programa de Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, asegura que “con el muro construido alrededor de la Torre Eiffel, se está llegando al punto donde sólo entre muros se vive tranquilo (…) el ser humano sólo se siente tranquilo cuando está encerrado, y estamos trasladando esa perspectiva a los sitios turísticos y edificios históricos. El muro de la Torre Eiffel, aunque fue diseñado para no desentonar con el entorno, ya crea un silogismo de encierro y seguridad, ahora es cuestión de ver que ciudades copiaran este modelo.”
Para Reinares, en entrevista con el diario ABC, el ser humano con medidas como la del muro de cristal empieza a trasladar su ámbito personal al ámbito social público.
Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella
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