AMÉRICAS

América Latina no puede aguantar los costos de los desastres naturales

América Latina está sufriendo los efectos de un implacable invierno provocado por El Niño. El continente ha tenido que lidiar con las continuas lluvias, que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra. Y, por desgracia, estas han afectado a regiones que, de por sí, ya tenían urgencias económicas y sociales. En este momento, mientras en Perú y Colombia todavía se están contando a las víctimas, los gobiernos se enfrentan las necesidades de reconstruir casas, reparar infraestructura importante, atender las necesidades médicas de los afectados y, aún más importante, planear el futuro de las comunidades que ahora están indefensas y, en algunos casos, a oscuras. Los desastres han dejado a ambos países con el trabajo de reconstruir pueblos destrozados y con la esperanza de dejarlos mejor que antes de las inundaciones.

Sin embargo, debemos entender que los costos derivados de estos desastres fueron inesperados y podrían tener serias consecuencias económicas para ambos países. En el caso de Perú, según la consultora financiera peruana Macroconsult, El Niño tiene, un costo de 3.100 millones de dólares en daños. La situación de Colombia todavía es incierta, pero el gobierno ya ha dirigido un fondo de emergencia de 13,9 millones de dólares para atender las necesidades inmediatas. Los daños en Perú, que podrían aumentar de 3.100 millones a 15.000 millones de dólares –según Jorge Nieto, ministro de Defensa–, indican que el desastre está afectando al país en un nivel estructural e irá mucho más allá de una pequeña crisis. Por lo tanto, tendrá un mayor impacto en la economía del país. El análisis de Macroconsult también mostró que la proyección del crecimiento del PIB peruano se vería forzada a disminuir de un 3,5% a un 2,9%. Este golpe en crecimiento recaería en los sectores de agricultura y minería.

En Colombia, por otro lado, la tragedia solo ha afectado a un municipio y las organizaciones ya están tomando medidas rápidas para disminuir los efectos. Aparte del fondo de 13,9 millones de dólares, el Banco Interamericano de Desarrollo abrió un fondo de 200 mil dólares. Hasta el momento, los costos revelados por el presidente Juan Manuel Santos se dividen en 17,5 millones de dólares para construir un hospital, 4,9 millones para reconstruir dos puentes y 1 millón para mejorar otros tres. La imagen, por más lamentable que sea, es menos alarmante que la del Perú.

Sin embargo, si las autoridades territoriales no toman medidas preventivas, el desastre podría extenderse a otras áreas vulnerables. Según un reciente informe de la Universidad Nacional, existen otros 385 municipios en peligro. Estos municipios están, como Mocoa, junto a las riberas de los ríos y, por lo tanto, en claro peligro de inundación si las lluvias continúan. El gobierno necesita prestar atención a cada uno de estos municipios o los costos podrían multiplicarse por 400.

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