DEPORTES

Ira en China cuando Messi de Argentina juega en Japón después de perderse el partido de Hong Kong

La decisión de la superestrella del fútbol argentino Lionel Messi de saltarse un partido amistoso en Hong Kong debido a una lesión, para jugar en Japón días después, ha desatado una tormenta de críticas por parte de los aficionados y los medios de comunicación chinos, poniendo de relieve la compleja dinámica de los compromisos deportivos internacionales.

Las polémicas acciones de Messi

En el mundo de alto riesgo del fútbol internacional, las acciones de un solo jugador pueden tener ramificaciones que repercuten en todos los continentes, provocando emociones y provocando debates que trascienden el deporte mismo. Esto quedó vívidamente ilustrado recientemente cuando Lionel Messi, el maestro del fútbol argentino conocido por sus fascinantes habilidades y logros incomparables en el campo, se encontró en el centro de una controversia que ha generado fuertes críticas de los fanáticos y los medios de comunicación en China.

El incidente se desarrolló a lo largo de una secuencia de días que supuestamente celebrarían el atractivo global del fútbol, con el equipo de Messi, Inter Miami, programado para jugar partidos de exhibición tanto en Hong Kong como en Japón. La anticipación de los fanáticos era palpable, y muchos estaban ansiosos por ver a Messi en acción, un testimonio de su estatus como ícono deportivo mundial. Sin embargo, la narrativa dio un giro inesperado cuando Messi no pudo participar en el partido en Hong Kong debido a una lesión en el aductor. Este desarrollo decepcionó a muchos, pero en ese momento pareció ser una parte desafortunada pero comprensible del deporte.

La decepción se convirtió en desilusión e ira cuando Messi, pocos días después de perderse el partido de Hong Kong, saltó al campo en Japón para un partido amistoso, jugó alrededor de treinta minutos y se relacionó con entusiasmo con fanáticos y celebridades por igual. Este marcado contraste en su participación y comportamiento entre los dos eventos no pasó desapercibido, especialmente entre los fanáticos y medios chinos que anticipaban ansiosamente su aparición en Hong Kong.

Expresando traición y escudriñando el comportamiento de Messi

El periódico estatal Global Times expresó claramente el sentimiento de traición que sienten muchos, describiendo una mezcla de “decepción e ira” entre los fanáticos. El comportamiento de Messi fue examinado minuciosamente, con su actitud “impasible” e “inexpresiva” en Hong Kong yuxtapuesta a su presencia amistosa y atractiva en Japón, lo que generó dudas sobre las prioridades y obligaciones de las figuras del deporte internacional.

El intento de Messi de abordar la situación mediante una disculpa en Weibo, una popular plataforma de redes sociales china, subrayó las complejidades de las interacciones modernas entre atletas y fanáticos. Lamentó no poder jugar en Hong Kong y destacó su deseo de participar siempre en este tipo de partidos, especialmente cuando implican viajar grandes distancias para encontrarse con los aficionados. Sin embargo, la disculpa pareció insuficiente para algunos, ya que no calmó por completo la decepción y el desprecio de sus seguidores chinos.

Diplomacia deportiva e imperativos comerciales

La controversia también puso de relieve las implicaciones más amplias para la diplomacia deportiva y las expectativas puestas en las estrellas del deporte mundial. David Beckham, accionista del Inter Miami, y Kevin Yeung, secretario de Cultura, Deportes y Turismo de Hong Kong, también participaron en la refriega, destacando los riesgos financieros y promocionales de la organización de partidos de tan alto perfil. El requisito de que Messi juegue al menos 45 minutos, dependiendo de consideraciones de estado físico y seguridad, como parte del acuerdo de financiamiento, habla del delicado equilibrio entre el bienestar de los atletas y los imperativos comerciales del deporte.

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Las consecuencias de la ausencia de Messi en el partido de Hong Kong y su posterior aparición en Japón son un recordatorio revelador del alcance global de las estrellas del deporte y la intensa inversión emocional de los aficionados. Plantea preguntas cruciales sobre las responsabilidades de los atletas hacia su base de fanáticos internacionales, las expectativas de los fanáticos y el papel del deporte para reducir las divisiones culturales.

A medida que el polvo se asienta sobre este episodio, las reacciones de los fanáticos, los medios y los funcionarios en China sirven como una conmovedora ilustración de los desafíos y oportunidades de la naturaleza globalizada de los deportes. La situación de Messi no es un incidente aislado sino parte de una narrativa más amplia sobre el impacto de los atletas individuales en las relaciones internacionales y el intercambio cultural. Es una narrativa que continúa evolucionando, reflejando la dinámica cambiante de un mundo donde el deporte y la sociedad se cruzan cada vez más.

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