DEPORTES

Tania Elías y Elena Oetling abordan la centenaria brecha cultural náutica de México

Luego de competir en cuatro Juegos Olímpicos, la regatista mexicana Tania Elías Calles regresará a los Juegos Olímpicos de París 2024, entrenando a la también regatista Elena Oetling, quien ya clasificó en la clase ILCA 6.

La transición de atleta olímpico a entrenador es profunda y está llena de desafíos y oportunidades. Para Tania Elías Calles, reconocida navegante mexicana, esta transición marca un cambio significativo en su ilustre carrera mientras se prepara para guiar a Elena Oetling en los Juegos Olímpicos de París 2024. El paso de competidor a mentor no es sólo un viaje personal para Elías, sino también un paso fundamental en el avance del deporte de la vela en México, un país con vastas líneas costeras pero con una cultura náutica subdesarrollada.

Navegando hacia el éxito en Hyères

Elías y Oetling participan en la Semana Olímpica en Hyères, cerca de Marsella, donde se celebrarán las pruebas olímpicas de vela. Este evento es una etapa preparatoria esencial para perfeccionar las habilidades técnicas y evaluar su preparación en un campo internacional. A pesar de las diferencias geográficas, las condiciones de navegación en Hyères son similares a las que se esperan en Marsella, lo que ofrece un campo de entrenamiento crucial para el equipo.

La falta de una cultura náutica sólida en México es algo que lamenta Elías. A pesar de ser el decimoquinto país más grande del mundo por longitud de costa, México históricamente no ha capitalizado este activo para desarrollar deportes marinos o una cultura marítima más amplia. Las razones son complejas: recursos limitados, infraestructura inadecuada y una falta general de compromiso público con las actividades náuticas. Como resultado, la navegación y otros deportes acuáticos siguen siendo inaccesibles y costosos para la mayoría de los mexicanos, confinados a unos pocos puertos deportivos y vistos como actividades de élite.

Este contexto hace aún más destacables los logros de navegantes como Elías y Oetling. Oetling, que se está preparando para sus segundos Juegos Olímpicos, aporta una valiosa experiencia de sus juegos anteriores en Tokio. La primera experiencia olímpica suele ser abrumadora y confusa para muchos atletas, pero se convierte en la base para mejorar el rendimiento en apariciones posteriores. Oetling pretende aprovechar esta experiencia para lograr un resultado entre los 20 primeros en París, mejorando significativamente desde su puesto 32 en Tokio.

Sus desafíos son emblemáticos de cuestiones más amplias en los deportes latinoamericanos, donde muchos atletas compiten sin el tipo de apoyo institucional que se encuentra en los países más ricos. La disparidad de oportunidades puede ser marcada, y muchos talentos locales necesitan más financiación, instalaciones de formación y exposición a una competencia de alto nivel. Oetling reflexiona sobre esto y reconoce que, si bien el talento inherente es crucial, la acumulación de oportunidades a lo largo de la carrera de un atleta a menudo determina su éxito en el escenario mundial.

Pionera en la paridad de género en el coaching

A medida que se acercan los Juegos de París, la importancia de la paridad de género en los Juegos Olímpicos también pasa a primer plano, con la esperada participación igualitaria de atletas masculinos y femeninos. Sin embargo, este equilibrio no se refleja en las filas de los entrenadores, donde las mujeres siguen estando significativamente subrepresentadas. El papel de Elías’Elías como entrenadora de tan alto nivel no sólo rompe barreras sino que también sienta un precedente vital para las generaciones futuras.

La evolución de la vela olímpica en sí, con clases de barcos más nuevos y más rápidos que apenas tocan el agua, refleja cambios más amplios en el deporte, apuntando a un mayor atractivo visual y participación de los espectadores. Si bien estos avances tecnológicos son interesantes, Elías espera que no eclipsen las tácticas y habilidades fundamentales que tradicionalmente definen la navegación.

De cara al futuro, la relación entre Elías y Oetling es una mezcla de amistad y respeto profesional, esencial para soportar los rigores del entrenamiento y la competición. Elías comparte su vasta experiencia y Oetling aporta su energía y conocimientos juveniles; su colaboración es un testimonio del poder de la tutoría en los deportes.

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En última instancia, la historia de Elías y Oetling trata sobre los logros individuales y la lucha más amplia y la resiliencia de los atletas en el desarrollo de culturas deportivas. Su viaje desde las aguas costeras de México hasta los mares olímpicos de París es una narrativa de superación de la adversidad, un testimonio del espíritu perdurable de los atletas que navegan no sólo para competir sino para dejar un legado duradero a su paso.

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