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Elecciones en Colombia 2023: el desorden del petrismo vs la inexperiencia del duquismo

Las elecciones regionales que se realizarán en Colombia este 2023 plantean un escenario en el que dos fuerzas políticas se encontrarían: el petrismo, liderado por el Pacto Histórico, y el duquismo que nace con exfuncionarios de Iván Duque.

Gustavo Petro, Iván Duque

Fotos: TW-petrogustavo, TW-ivanDuque

LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández

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En octubre de este año se realizará en Colombia una nueva jornada de elecciones, esta vez con índole regional. Es decir, para decidir quiénes serán los próximos alcaldes o alcaldesas de las ciudades y municipios de este país. Asimismo, se elegirá a los gobernadores de los 32 departamentos, diputados de las Asambleas Departamentales, concejales municipales y ediles (representantes de las localidades en las que se divide cada ciudad o municipio).

De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE), entidad que dirige el proceso electoral en Colombia, hasta el pasado 29 de marzo se habían registrado más de 1.025 grupos Significativos de Ciudadanos y Movimientos Sociales con la intención de participar de los comicios regionales de este año. Esto es un total de 317.018 ciudadanos que tienen la ilusión de ser elegidos para cargos públicos en Colombia.

Ahora, como es costumbre en la cultura política mundial, la atención se ha centrado en los partidos y colectivos políticos más importantes. Entre estos, por supuesto, se encuentran organizaciones de renombre como el Pacto Histórico (coalición oficialista dirigida por el presidente Gustavo Petro), así como el Centro Democrático, cuyo líder natural es el ex primer mandatario Álvaro Uribe.

El duquismo: ¿una nueva fuerza política?

Sin embargo, hay una fuerza que se mide entre lo tradicional y lo novedoso; que nació del seno de lo que fue el gobierno del expresidente Iván Duque y que varios expertos han tildado simplemente como duquismo. Se trata de exfuncionarios que prestaron sus servicios en pro de los objetivos de Duque entre el 2018 y el 2022. Ahora sueñan con dar un impulso a sus carreras políticas en puestos públicos de alto nivel como las alcaldías.

Entre los candidatos duquistas que suenan con más fuerza, resalta el papel de Diego Molano, exministro de Defensa del gobierno Duque, quien a inicios de febrero anunció su precandidatura por firmas para la Alcaldía de Bogotá. Misma situación es la que experimentan el exministro de Justicia, Wilson Ruíz, en Cali; y el excomisionado de paz, Juan Camilo Restrepo, en Medellín. En los tres casos, la participación en el ruedo electoral se hará por medio de firmas.

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De hecho, esta situación “independentista” de los candidatos que en otrora fueron funcionarios públicos en la administración Duque, ha hecho que varios personajes consideren el duquismo solamente como una fracción del uribismo, que no quiere representarse como tal, pero que viene con ideales similares a los de la extrema derecha en Colombia. “El duquismo es, por supuesto, el uribismo, pero también son los otros partidos de los mismos con las mismas que eligieron a Duque y que le hacen la mayoría en el Congreso, porque el Centro Democrático solo tiene el 20%”, fue la explicación que hizo en 2022 el entonces senador Jorge Enrique Robledo, claro opositor a Iván Duque.

En ese sentido, para varios personajes es claro que el duquismo podría simplemente ser una ficha más en el juego entre la derecha y la izquierda, tomando partido, por supuesto, en el bando de los ideales neoliberales. Temas como la infraestructura, la seguridad y la defensa al libre mercado son sus principales banderas.

El petrismo: las polémicas podrían cobrar factura

En el otro bando, está el petrismo, liderado por supuesto por el presidente Petro y la coalición que lo llevó a la Casa de Nariño (sede presidencial): el Pacto Histórico. Hasta la fecha, esta colectividad de izquierda conformada por partidos como la Colombia Humana, la Unión Patriótica, el Polo Democrático, el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), el Partido Comunes (ex FARC), entre otros, asegura no tener candidato alguno para las elecciones regionales colombianas.

"La coalición del Pacto Histórico no cuenta todavía con ninguna candidatura a cargo uninominal o corporación pública en municipios o departamentos del país", explicó la colectividad en un comunicado de prensa. Para el petrismo, una corriente que se considera ajena a los partidos tradicionales (aunque ve en algunos casos el apoyo del Partido Liberal) la decisión de escoger candidatos no es una tarea que se deba hacer a dedo. En contraste, debe nacer de un proceso democrático en todos y cada uno de los territorios sobre los que tiene un interés político y social.

Así, según explicó a finales del año pasado el senador Gustavo Bolívar, las candidaturas se definirán por una consulta popular en la que participarán precandidatos de cada fuerza que conforman el Pacto Histórico. El personaje que más votos reciba, será el abanderado de la coalición. “Por ejemplo, en una ciudad pueden salir candidatos a la alcaldía del Polo, Maíz, UP o Colombia Humana. El que gane la consulta será candidato del Pacto”, indicó Bolívar.

Sin embargo, lo que parece ser un escenario lleno de democracia y transparencia se ha visto eclipsado por algunas divisiones internas dentro del partido, así como por aliados externos que le han dado la espalda a temas de renombre como las reformas a la salud, laboral y pensional; así como a la ya caída reforma política.

Para algunas personas afines “al cambio” prometido por Petro, resulta un poco injusto tener que colocar todo a votación. Para ellas es claro que existen grandes referentes, tanto nacional como regionalmente, que merecen tener el aval de la coalición para las elecciones.

Igualmente, existen otras que ven con miedo cómo el reciente escándalo de Nicolás Petro, hijo del Presidente y diputado en la Asamblea del Atlántico, los puede afectar. Cabe recordar que Petro fue salpicado en un supuesto caso de soborno por parte de grupos ilegales que habrían otorgado dinero para financiación de la llamada Paz Total en Colombia. Aunque el hijo de Gustavo Petro aseguró no tener nexos en estas situaciones, no cabe duda que es una controversia que ha pegado duro en el petrismo y que podría costarle demasiado de cara a las votaciones de los colombianos.

Así, las elecciones regionales de este año empiezan a tomar forma en medio de un ambiente político complicado en el que el oficialismo está dividido y desordenado, y el duquismo (como nueva fuerza política), no quiere tomar posición alguna y podría pagar la “novatada”.

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