Colombia: ¿qué consecuencias trae la baja calificación crediticia?
Standard & Poors, firma calificadora de riesgos corporativos y estatales, bajó la calificación crediticia de Colombia de BBB a BBB-
“La economía colombiana sigue sufriendo las repercusiones de los efectos de los menores precios de las materias primas, reflejados en el alto nivel de deuda externa y la pronunciada volatilidad en los términos de intercambio del país”, manifestó S&P y agregó que el país demostró para reducir el déficit y cumplir con la regla fiscal. La calificación se bajó debido a un “crecimiento más débil de lo esperado en 2017” y por la dependencia parcial del Gobierno frente a ingresos extraordinarios. Aunque la disminución de la calificación se convierte en una señal de alerta para la nación, aún se mantiene una perspectiva favorable en el grado de inversión, lo que brinda confianza y se interpreta como una clara señal de estar retomando el control frente a la caída de exportaciones que se sufrió el país en años ejecutivos pasados.
Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, manifestó que se debe tomar la baja calificación de la agencia, como un llamado de alerta, ya que la nación ha tomado las medidas necesarias para conseguir la estabilización económica, como se hizo con la reforma tributaria estructural que aumentó las tasas de interés con el objetivo de bajar la inflación y la devaluación del peso. “El país asumió ya la mayor parte de las medidas necesarias para estabilizar la economía: la reforma tributaria de hace un año, el aumento de tasas de interés para bajar la inflación y la devaluación del peso para cerrar nuestro déficit comercial”, explicó Cárdenas para un reconocido medio económico del país.
Sin embargo, algunos expertos de sectores económicos advierten que la calificación impuesta por S&P complicará el futuro económico de Colombia para 2018, ya que el dólar podría continuar subiendo y los mercados debilitándose. Además de esto, el alza del IVA que desde inicios de este año se le aplicó a los colombianos habría sido una decisión improductiva que finalmente solo perjudicó la economía de la población.
Como lo explica para Portafolio el analista de Estrategia, Alexander Ríos, “si un país tiene una mala calificación crediticia, lógicamente para poder seguir consiguiendo capitales para financiar sus egresos deberá pagar una tasa más elevada, que al final termina transmitiéndose a las personas, afectando el consumo y a la larga generando un demonio aún peor: impuestos”. La rebaja crediticia del país también afecto la nota de algunos bancos nacionales, como Bancolombia, el cual bajó de una calificación BBB- hasta BB+ y el Banco de Bogotá, con una caída desde A-3 hasta B. Pese a la baja calificación de la deuda impuesta a Colombia por S&P, se mantuvo el grado de inversión del país y las firmas Moody’s y Fitch, sostuvieron la calificación positiva en BBB.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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