Así solucionó la FIFA la crisis de la Asociación Uruguaya de Fútbol
La Comisión Regularizadora, establecida por la FIFA para enfrentar la crisis de la Asociación Uruguaya de Fútbol, terminó politizándose
Conversaciones grabadas en vía pública por el ex director ejecutivo del programa Deporte Total, Walter Alcántara, en las que al parecer, vinculan al gobierno de Uruguay en presiones a Víctor Valdez, ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), para que en reformas de infraestructura deportiva participara una empresa que asesora Javier Vázquez, hijo del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, hicieron visible la crisis que atraviesa la importante institución futbolística, según explica el portal uruguayo Búsqueda.
Read in english: This is how FIFA resolved the crisis of the Uruguayan Football Association
De acuerdo con Búsqueda, las 15 grabaciones de 40 minutos de duración cada una, en las que aparecen Valdez y Alcántara hablando en vía pública, revelan en una de ellas el momento en que Valdez le cuenta a Alcántara sobre las presiones del Gobierno. Ambos se conocían desde que Valdez era presidente del Club Atlético Rentistas (2004 – 2008), pero en 2015 Valdez volvió a contactar a Alcántara para expresarle su interés en “una convocatoria de la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) para brindar ideas acerca de la remodelación del Estadio Centenario de cara a la candidatura al Mundial 2030”.
Quizá le interese: México: ¿Cuáles son los riesgos de reducir la seguridad para AMLO?
A raíz de dicha situación, Wilmar Valdez decidió renunciar a la presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y cancelar su reelección, razón que obligó a la FIFA a posponer la elección del nuevo presidente de la AUF. La Fiscalía de Uruguay, por su parte, inició las investigaciones correspondientes, señala el portal uruguayo El Observador.
Con la crisis encima, la FIFA comenzó a mover sus fichas para establecer una Comisión Regularizadora en la Asociación Uruguaya de Fútbol que estuviera integrada por gente vinculada al fútbol y no a la política. Sin embargo, nada de eso sucedió.
El primer personaje elegido por la FIFA, fue el ex presidente de la AUF, Sebastián Bauza, quien rechazó la oferta. Igual sucedió con el también ex presidente de la AUF, José Luis Corbo, pero, por “cuestión de principios” se negó, explica El Observador. La FIFA no colgó los guayos en su intento por no politizar la AUF y buscarle salidas a la crisis, así que buscó a Eduardo Ache, ex presidente del Club Nacional de Fútbol, y a Fernando Goldie, ex dirigente de Peñarol, pero con ninguno de los dos se llegó a un acuerdo.
Ante la sin salida, la FIFA terminó recurriendo a la política, dejando como miembros de la Comisión Regularizadora al “senador del conservador Partido Colorado (PC) Pedro Bordaberry, el diputado por el Partido Nacional (PN), Armando Castaingdebat, y el exfutbolista de la selección uruguaya, Andrés Scotti”, informa la agencia EFE.
¿Quiénes son los designados por la FIFA?
Pedro Bordaberry
Desde 2010, Bordaberry, es Senador de la República. Fue candidato a la presidencia de Uruguay por su partido político. Es hijo de José María Bordaberry, que entre 1973 y 1985, lideró un golpe de Estado, que terminó convirtiéndose en una dictadura cívico-militar.
Armando Castaingdebat
Aparte de ser miembro de la Cámara de Representantes desde 2015, Castaingdebat, “milita en el PN desde 1988 y se ha desempeñado como intendente de los departamentos de Flores y Florida (centro-sur)”, reseña EFE.
Andrés Scotti
Es ex jugador de la Selección de Uruguay y con ella jugó 41 partidos. Scotti será el enlace directo entre los jugadores y la AUF.
Los objetivos de la Comisión, según reporta EFE, serán los de “aprobar un nuevo estatuto que incorpore a más actores en la toma de decisiones, como los miembros de la Organización de Fútbol del Interior (OFI), integrantes de fútbol sala o los propios jugadores, así como dar mayor visibilidad al fútbol femenino y dotar a la organización de una mayor transparencia operativa”.
LatinAmerican Post | Edwin Gustavo Guerrero Nova
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz