Colombia: ¿Cómo va el proceso de paz con el ELN?
La incertidumbre frente a los diálogos de paz entre el Gobierno Duque y el ELN sigue viva
Mientras Iván Duque, desde la Asamblea General de la ONU, manifestaba que aún no se tiene el equipo negociador del Gobierno para reactivar los diálogos de paz con el ELN, como lo informó La FM, la delegación del grupo guerrillero para el proceso de paz, publicaba en Twitter la silla vacía del Gobierno para reanudar las conversaciones.
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“Aquí estamos listos. Falta la contraparte: hay que cumplir con lo acordado”, publicó el ELN en su red social
@IvanDuque Aquí: Estamos listos. Falta la contraparte: Hay que cumplir con lo acordado. pic.twitter.com/qDOLYWeAs7
— ELN Colombia (@ELN_RANPAL_COL) 27 de septiembre de 2018
La respuesta de Duque, al conocer la publicación de Twitter, fue: "Antes de hablar de garantes o no garantes, lo que me parece importante es hablar sobre las premisas de un acuerdo. Tengo toda la voluntad de poder establecer un diálogo con el ELN, pero ustedes lo han escuchado: espero que la base de la construcción de un diálogo sea la liberación de todos los secuestrados y que se ponga fin a las actividades criminales".
El ELN respondió. Lo hizo a través de una declaración publicada en su sitio web donde informan que dos menores de edad indígenas pertenecientes a la comunidad U'wa fueron puestos en libertad el pasado 3 de septiembre. E hicieron lo mismo con otro más el 19 del mismo mes.
¿Por qué reactivar los diálogos de paz con el ELN?
Los combates en 11 municipios de la región del Catatumbo, Norte de Santander, entre el ELN y el EPL, podrían ser una razón de peso para hacer un proceso de paz con el ELN. Con esto se pondría fin a la difícil situación que, de acuerdo con la agencia EFE, dejó a más de 154.000 personas afectadas.
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Además, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), “los crímenes contra la población han aumentado desde que se iniciaron los enfrentamientos el pasado 14 de marzo, los cuales han generado el desplazamiento de 8.820 personas”.
La organización antes mencionada reveló, en un comunicado, que las 20 escuelas que se usaron para reubicar a los civiles desplazados por el riesgo que corrían al estar en medio de las balas, dejaron a 12.000 niños, niñas y adolescentes sin acceso a la educación. Lo que se convierte en otro argumento más para que se reactiven los diálogos de paz.
Asimismo, la instalación de minas antipersona entre otros artefactos explosivos han llevado a que cerca de 4.000 indígenas Barí, de 25 comunidades de los municipios de Tibú, El Tarra, Convención y El Carmen, se encuentren en estado de alerta por el peligro que corren sus vidas, reporta El Tiempo.
Recientemente, información de las Juntas de Acción Comunal de El Tarra, Teorama y La Playa de Belén entregada a Blu Radio, confirmaron que dichos combates volvieron a reanudarse, dejando dos civiles gravemente heridos. “Los reportes indican que los heridos presentan tiros de fusil y responden a los nombres de José Guerrero, de 84 años, y su hijo Luis Alfonso Guerrero. Ambos, debido a la gravedad de las heridas, fueron trasladados en ambulancia hasta el hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña”.
De ahí que surja el interrogante: ¿Cuántos heridos o posibles muertos más habrá si no se reanudan las conversaciones de paz?
¿Cuál es la postura del ELN?
Aureliano Carbonel, miembro del equipo de paz del grupo armado, manifestó en una entrevista para Alba Tv que espera que Iván Duque no acabe con los diálogos la paz y que no aceptarán condiciones del Gobierno.
Sin embargo, el ELN está abierto a hablar de cambios o condiciones, "a pesar de estar por fuera de lo acordado" como dice el vocero. Asimismo, le dice al Gobierno Duque "si hay algo que ajustar, debemos sentarnos y hablarlo y lo miramos entre los dos para mejorar lo que traemos hasta ahora”.
Cabe decir que la voluntad de paz del ELN, que no sólo pide Duque sino la sociedad colombiana en general, es el fin de sus actos de violencia. Esta acción servirá como un gesto de paz que debe prender el motor para arrancar el proceso de paz y con este disminuir y evitar las futuras víctimas que dejen combates de este grupo armado con otros grupos que son paramilitares pero se hacen llamar "Clan del Golfo", "Clan Úsuga" o "Los Urabeños". Así como con otras fuerzas armadas que empañan el panorama nacional de violencia tales como el "EPL", las "Águilas Negras" y las disidencias que no se acogieron al proceso de paz con las FARC, hoy partido político.
El proceso de paz se debe entender no como "un proceso de sometimiento de la insurgencia", dice Carbonel, sino como "un acuerdo que permita que la violencia no siga siendo utilizada para ejercer la política”. Esa aclaración es de gran importancia, ya que muy seguramente los cabecillas no querrán pagar con cárcel sus delitos sino con otro tipo de justicia, por ejemplo, reparando a las víctimas, contándoles la verdad de los actos cometidos o haciendo parte de proyectos productivos mientras cumplen sus condenas, que, en determinado momento, estipule la Justicia Especial para la Paz (JEP).
LatinAmerican Post | Edwin Guerrero Nova
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz
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