Lo bueno, lo malo y lo feo de la Copa Davis
La idea del grupo Kosmos de Gerard Piqué, se convirtió en realidad, pero no cuenta con la aprobación del tenis. Repasamos lo positivo y lo negativo de esta propuesta
A algunos quizá les guste, a otros evidentemente no, lo cierto es que el nuevo formato de competición de la Copa Davis de Tenis, que se implantará a partir de 2019, deja mucha tela que cortar por las posiciones encontradas: dinamismo versus tradición. El camino para hacerse con ‘La ensaladera’ experimentará cambios drásticos por primera vez en su historia, por ello, repasemos, en que consiste esta nueva cara del evento tenístico de naciones.
Read in english: The good, the bad and the ugly of Davis Cup
La propuesta fue aprobada en el marco legal que representa la asamblea de la Federación Internacional de Tenis, el pasado mes de agosto y en la ciudad de Orlando. El grupo inversor Kosmos, encabezado por el futbolista del FC Barcelona, Gerard Piqué (notable aficionado al tenis), pretende revolucionar el evento como nunca antes en su añeja historia de 118 años en los que se jugó con el sistema de eliminación directa. ¿Lo más importante? La promesa de inversión de tres mil millones de dólares por los siguientes 25 años.
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Cambió la competencia
Lo primero es lo final. La ronda decisiva de la Copa Davis, que se venía disputando a cuatro series distribuidas como local o visitante (según fuese el caso) a lo largo del año calendario, ahora se disputará a una sola semana a finales de noviembre y posterior a la celebración del Masters de Londres. Por supuesto, sería en una sede única por año con el esquema de rotación (que aún no se ha definido). Para acoger la primera edición de esta final en 2019, las localidades de Lille en Francia (actual monarca) y Madrid, en España, cuentan con las primeras opciones.
En esa instancia final participarán 18 naciones, cuyos cupos fueron distribuidos así: cuatro para los semifinalistas de la edición anterior (en ese caso serán los cuatro mejores de este 2018 y que aún no se conocen), dos invitados (cuyo mecanismo de selección tampoco ha sido especificado) y los restantes 12, que surgirán de una eliminatoria que planifican jugar entre enero y febrero, unos días después del primer 'Grand Slam' del año, el Abierto de Australia.
Los 18 conjuntos conformarán seis grupos de tres, y las series (tradicionalmente a cinco partidos para ganar tres) ahora se disputarán a solo tres compromisos (dos de sencillos y uno de dobles) para declarar vencedor al que se imponga en al menos dos de esos partidos. Posteriormente nos ubicamos en la fase de cuartos de final, a la que asistirán los seis ganadores de cada grupo, más los dos mejores segundos, los cuales, -en caso de empate- deberán decidir el cupo en base a estos items y en el mismo orden: partidos ganados, porcentaje de sets y juegos ganados.
¿Qué ocurrirá con quienes se ubiquen últimos de grupos? Pues caerán de zona en su continente, pasarán al grupo 1, y con salvedad de evitar en la primera serie del año entrante, el fatídico descenso. Es decir, el formato castiga a quienes queden en la casilla final de estos grupos.
En desacuerdo
Importantes personalidades del mundo tenis como la entrenadora Judy Murray, madre del escocés y ex número 1 del mundo, Andy Murray, la ex tenista australiana Lleyton Hewitt, capitán del combinado nacional de ese país, el francés Lucas Pouille, campeón como jugador del evento en 2017 con su selección nacional, así como sus paisanos Nicolás Mahut y Yannick Noah más el holandés Robin Haase, manifestaron de distintas formas su desacuerdo con la modificación, aludiendo en la mayoría de los casos, que el deporte y la tradición deben prevalecer por delante del dinero y el mercantilismo.
De hecho, varios de los mencionados tenistas, dejaron mensajes de advertencia en sus redes sociales, en los que se puede vislumbrar que posiblemente no sigan representando a sus naciones en el certamen. Otras figuras de mayor renombre como el suizo Roger Federer, que participaba esporádicamente en la Davis para prepararse para algún torneo, o el mismo Juan Martín Del Potro (campeón del evento en 2016), y que hace algún tiempo declaró que “la Davis es parte del pasado”, difícilmente vuelvan a ser vistos en el torneo.
Por último, la Federación Internacional de Tenis (ITF), deberá corresponder en el corto y mediano plazo con las palabras de su presidente David Haggerty, quien tras la firma del acuerdo con Kosmos afirmó que, de los 3 mil millones de dólares, 25 serán destinados al desarrollo local de la disciplina en cada uno de los países que están afiliados.
Conclusiones
Así, a simple vista, podemos calificarlo como un mini mundial de naciones de tenis y con la exposición que significa un evento de corta duración, lo cual suele generar mayor interés. Luego se verá si los tenistas están de acuerdo con el desgaste, sobre todo para aquellos que jueguen cinco series en poco más de una semana. Desde nuestra óptica, tiene su lado positivo (para los organizadores, inversionistas y espectadores) y negativo (para los atletas y entrenadores, que al final son quienes movilizan el espectáculo). Prepárense para los encontronazos entre ambos sectores durante la primera edición -bajo este formato- el año entrante.
Otro punto que complica un acuerdo, es que ambas fases del nuevo formato se juegan inmediatamente después de paradas tan importantes del calendario como Australia en lo que a Grand Slam respecta, o Londres en los ATP Master. Un detalle que la nueva organización debió prever si pretende mantener a las principales figuras del ‘Deporte Blanco’ motivadas por formar parte del nuevo proyecto. Como ven, tiene sus aspectos positivos y negativos, pero no será sino cuando inicie la temporada 2019 que podremos determinarlo con mayor exactitud. Amanecerá y veremos.
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano
* La opinión del redactor no representa la del medio
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