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Myanmar: Aung San Suu Kyi y el problema con los rohingyas

Aung San Suu Kyi ha sido acusada por no defender los derechos de una de las comunidades más vulnerables en el mundo

Myanmar: Aung San Suu Kyi y el problema con los rohingyas

El pasado 12 de noviembre, se dio a conocer que Amnistía Internacional le retiraría la mayor condecoración a la lideresa de Myanmar, Aung San Suu Kyi. La máxima distinción, el Premio Embajador de la Conciencia, fue otorgado en 2009 y ahora la organización manifestó que “ya no representa un símbolo de esperanza”.  

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Además también se le acusó de dejar de defender los derechos humanos considerando así que “ha traicionado a los rohingya al no denunciar las atrocidades de las fuerzas armadas birmanas contra esta minoría musulmana”.

 

 

Desde que Aung San Suu Kyi subió al poder en abril de 2016, su administración ha participado activamente en la perpetuación de varias violaciones de derechos humanos. Así, en una carta dirigida para la mandataria, el secretario general de Amnistía, Kumi Naidoo, expresó que “en repetidas ocasiones hemos criticado el hecho de que Aung San Suu Kyi y su gobierno no hayan hablado sobre las atrocidades militares contra la población rohingya en el estado de Rakhine, que han vivido durante años bajo un sistema de segregación y discriminación equivalente al apartheid”.

“Aung San Suu Kyi y su oficina han protegido a las fuerzas de seguridad de la rendición de cuentas rechazando, minimizando o negando las denuncias de violaciones de derechos humanos y obstruyendo las investigaciones internacionales sobre los abusos”, finalizó.

La situación de los Rohingya

La comunidad rohingya es una minoría musulmana, y son denominados por las Naciones Unidas como un pueblo “sin Estado”. Durante años la comunidad ha sido perseguida en Myanmar debido a que no poseen un reconocimiento étnico. Lo que provoca que más de 700.000 huyeron a causa de la negligencia y persecución por parte del ejército.

Según BBC, “ellos afirman que son indígenas del estado de Rakhine descendientes de comerciantes árabes, pero el Estado de Myanmar asegura que son migrantes musulmanes que se originaron en Bangladesh y emigraron a Myanmar durante la ocupación británica”. Además de lo anterior, los rohingyas no pueden tener acceso a la compra de tierras, otro de los motivos por los que son violentados.

Es por esto que miles de migrantes rohingyas deciden buscar refugio en Bangladesh. Sin embargo, este país ha decidido crear una estrategia para devolver a los refugiados al país de donde venían. Así, el jueves 15 se preveía que los rohingyas se presentaran voluntariamente para comenzar con el éxodo. “No nos iremos”, coreó el alrededor de mil refugiados rohingya en el campamento de Unchiprang, uno de los asentamientos de refugiados más grandes, cerca la ciudad bengali de Cox's Bazar”, según lo informado por el portal 20 minutos.

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Estados Unidos aumenta la presión

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró a la líder de Myanmar en la cumbre de países ASEAN en Singapur, que “está ansioso por conocer el progreso a la hora de responsabilizar a las personas por la crisis de los rohingya”. Pence también le reiteró que la persecución hacia esa población en específico es imperdonable.

 

 

Como era de esperarse, uno d los temas en dicha cumbre era la situación de los rohingyas. Los comentarios realizados por Pence no convencieron mucho a Aung San Suu Kyi, quien comentó que “por supuesto, la gente tiene diferentes puntos de vista". Deberíamos intercambiar opiniones y aprender a comprender mejor al otro. Damos la bienvenida a todos los amigos que nos ayuden en todo lo que hacemos para convertir a nuestro país un lugar más seguro y próspero para todos”, según Euro News.

No cabe duda que la situación de los rohingyas ha puesto en el ojo del huracán a la mandataria de Myanmar Aung San Suu Kyi, tanto que se ha deducido la posibilidad de también retirarle el Premio Nobel otorgado en 1991.

 

LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz
Copy edited by Marcela Peñaloza

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