Protestas: ¿debilitan los gobiernos?

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¿Son las protestas realmente útiles para debilitar el gobierno y hacer escuchar a la población?

Varias protestas se están llevado a cabo en diferentes partes del mundo. Por un lado, están los ‘chalecos amarillos’ en Francia, por otro los estudiantes en Colombia y los costarricenses, que llevaban más de 3 meses protestando por la polémica ley fiscal.

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En todas estas manifestaciones, y como es de esperarse, existe una lucha política, en donde la oposición del gobierno encuentra la oportunidad para alentar a la sociedad y arraigar más el descontento contra la administración. Pero, ¿se puede decir que las protestas son un canal para debilitar y fomentar más el enojo contra el gobierno? Veamos los casos mencionados.

Francia y los ‘chalecos amarillos’

Tras las masivas protestas en Francia, y encabezadas por los ‘chalecos amarillos’, tanto la extrema derecha de ese país, como la izquierda, han encontrado un nicho para avivar más la inconformidad con el actual presidente, Emmanuel Macron.

Las protestas, que fueron originadas a través de Facebook, tenían como objetivo reclamar por el alza del combustible, el incremento e imposición de algunos impuestos. Sin embargo, a las protestas se le fueron sumando reclamos por la educación, la reducción de la tasa de las horas extras, entre otros.

Así, cada sábado, desde el 17 de noviembre, los franceses han salido a la calle a protestar, lo que ha dejado nueve muertos, más de 1.200 personas detenidas y decenas de edificios, calles y automóviles destruidos, además de graves enfrentamientos con las autoridades.

En este escenario de manifestaciones, tanto la izquierda como la extrema derecha se han pronunciado y han sacado provecho para hacer politiquería. Siendo el primero el más beneficiado. Por ejemplo, el partido Agrupación Nacional, encabezado por Marine Le Pen, tiene una intención de voto del 24%, según una encuesta realizada por IFOP para el medio francés L’Opinion. En otro sondeo, pero para el medio Le Journal du Dimanche, si las elecciones fueran pronto Le Pen tendría dos puntos de ventaja sobre el actual presidente Macron.

Si bien es importante destacar, que la popularidad de Macron siempre ha estado baja, el hecho de que su ex contrincante por la presidencia, tenga mayor intención de voto, de entrever la inconformidad del pueblo. Tanto así, que lo han bautizado “el presidente para ricos”. Tuvieron que pasar un par de semanas para que el presidente se retractara de la implementación del impuesto al combustible, además de suplicar porque las manifestaciones pararan. Chalecos Amarillos 1 – Emmanuel Macron 0

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Colombia y los estudiantes

En Colombia, alrededor de 13 manifestaciones fueron realizadas por los estudiantes, quienes exigían un mayor aumento en el presupuesto de la educación pública. A lo largo de las marchas, se presentaron disturbios, heridos y violaciones de derechos humanos. El caso más renombrado es del estudiante Esteban Mosquera quien perdió un ojo producto del impacto de una bomba aturdidora.

Frente a esto, el gobierno de Duque fue muy criticado debido a que, mientras los estudiantes marchaban, el presidente se reunía con personas del entretenimiento, como los cantantes Maluma o Carlos Vives. Así, siguieron pasando los días y las marchas hasta que el presidente accedió a aumentar el presupuesto en 6.2 billones más.

Debido a su desinterés y falta de compromiso, los colombianos desaprobaron su actitud. Frente a esto, uno de los principales opositores del actual gobierno, Gustavo Petro, afirmó en su twitter que:

En el caso colombiano, la situación política se encuentra muy dividida. La falta clara de un líder de oposición  es necesaria para que se mueva al pueblo. A pesar de lo anterior los colombianos todavía no están satisfechos con su desempeño. Así, la firma de encuestas Gallup reveló que Duque tiene un nivel de desaprobación del 64%, teniendo en cuenta la preocupación por los niveles de corrupción y la reciente Ley del Financiamiento.

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¿Las protestas son un canal para debilitar y fomentar más el enojo contra el gobierno?

Teniendo en cuenta lo anterior, me atrevería a decir que las protestas en efecto, son un canal para fomentar más el enojo contra el gobierno. Son la expresión por defecto de disgusto frente a una injusticia. Son “la gota que rebosó el vaso”. La última carta que usan los habitantes de un país para hacerse escuchar y hacer frente a una serie de irregularidades.

Debilitan al gobierno en dos formas. Uno, como el caso francés, en donde la oposición se aprovecha del poder para animar a los manifestantes y darle la razón, de que todo lo que está haciendo el gobierno actual es malo, para después aprovecharse y subir el poder. Pero el hecho de que la oposición le pise los talones al gobierno actual, es sin duda un símbolo de debilitamiento.

La segunda manera es mediante el pueblo. Cuando el pueblo exige y no se cansa de luchar por las inconformidades e irregularidades debilita al gobierno. El hecho de que un gobierno ceda ante su pueblo ya es un paso importante. ¿Que siempre debería ser así?, sí claro, pero estamos en momento donde los políticos inventan cuanta excusa tienen para no escuchar al pueblo.

LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz