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Interno: la prisión que se volvió restaurante

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Así es como Cartagena transformó una antigua prisión de mujeres en un restaurante exclusivo

Interno: la prisión que se volvió restaurante

Cartagena es conocida por sus lugares pintorescos, calles estrechas y empedradas y arquitectura colonial española. En los últimos años, se hizo inlcuso más popular debido a su éxito culinario. Cocineros célebres han abierto establecimientos de lujo y les han seguido una variedad de restaurantes creativos. En una ciudad que tiene tanto por ofrecer, es difícil encontrar un nicho o crear un producto que responda a las sensibilidades del público. Pero, una vez más, los colombianos nos sorprendieron al encontrar un producto moderno que se convirtió en un éxito instantáneo.

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En una de las calles adoquinadas, cerca de los hoteles de lujo y de las tiendas de diseñadores con renombre, los visitantes encontrarán un edificio que es fácilmente perceptible. Los lugareños conocen el lugar como San Diego, la prisión de seguridad mínima para mujeres.

Hasta hace poco, una prisión colombiana no era una atracción turística, pero esto cambió con la apertura de Restaurante Interno .

Interno es un restaurante de 60 asientos inspirado en un establecimiento similar en Milán, Italia. Es un lugar donde las internas limpian, cocinan y atienden mesas, y están a cargo de todas las tareas mundanas asociadas con la administración de un restaurante. Aquí solo las mujeres detenidas que están cerca de su fecha de liberación o que ya no representan un riesgo público pueden trabajar aquí.

Desde el primer momento se puede detectar el realismo mágico que se hizo famoso por el escritor prodigio Gabriel García Márquez. Al ingresar a Interno, te sentirás como si estuvieras en un mundo sobrenatural o en una representación diferente de nuestra realidad actual. La interpretación romántica de Colombia y esa imagen pintoresca con mansiones coloniales en tonos pastel donde los balcones están decorados con floresquedan afuera. Incluso la pared de la entrada está pintada en color rosa brillante, en contraste con las barras de acero y las puertas metálicas que mantienen a los internos dentro. Si bien Cartagena es conocida (y amada) por los turistas, este restaurante es más como un abismo contemporáneo, recordando al mundo que Colombia todavía se está recuperando de la guerra contra las drogas, enfrentando desigualdades socioeconómicas y criminalidad.

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Interno muestra una imagen más contemporánea del país. Refleja un ambiente realista despojado de artificios. Es un fuerte crítico de la sociedad que insiste en que incluso los olvidados requieren "segundas oportunidades" (el letrero se encuentra en la entrada), y afortunadamente, la segunda oportunidad vino de Johana Bahamon.

A las detenidas seleccionadas para participar en el programa se les enseñan habilidades valiosas que les ayudarán a encontrar su camino de regreso a la sociedad. Principalmente, estas mujeres aprenden a preparar platos refinados de destacados cocineros profesionales como el chef estrella Michelin Koldo Miranda. Al adquirir las habilidades solicitadas, estas reclusas obtienen una oportunidad de independencia financiera y eso, nuevamente, modera la tasa de reincidencia. Segundo, a través de su interacción con los huéspedes, las detenidas comienzan el largo proceso de reintegración en la sociedad a medida que superan sus propios demonios y encuentran el poder para reforzar sus fortalezas personales.

En una ciudad como Cartagena, donde los visitantes encuentran una variedad de opciones gastronómicas extravagantes y lujosas, Interno no es ni el establecimiento más moderno ni el más glamoroso de la ciudad, pero eso no desmantela su atractivo único.

 

LatinAmerican Post | Adina achim

Traducido de "Interno: the prison restaurant "

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