¿Cómo hacer frente al síndrome postvacacional?
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El fin de las vacaciones es para muchos el inicio de una pesadilla. Por eso acá le contamos qué hacer y cómo adaptarse de nuevo a la rutina laboral
Salir de la playa rumbo a la oficina, no solo es un cambio radical sino también nocivo para su desempeño en el trabajo. Dicho cambio puede venir acompañado de síntomas tanto físicos como psicológicos que resultan incómodos para su desempeño normal.
Read in english: How to deal with post-holiday syndrome?
Más comunes entre las personas menores de 45 años y también en niños, estos síntomas son conocidos como síndrome postvacacional, y son frecuentes entre quienes no lo pasan muy bien en su puesto de trabajo o en el colegio a causa de sus compañeros o incluso jefes.
Según el portal Muy saludable, los síntomas más frecuentes entre quienes lo padecen, son cansancio, insomnio, dolores en el cuerpo, falta de apetito y concentración, irascibilidad, tristeza y nervios agudos.
La reacción, inclusive, es más común de lo que se cree. Un reciente estudio realizado por Adecco, en España, señaló que 37% de los trabajadores del país Ibérico lo padece y la cifra aumenta con el paso del tiempo.
Por eso, y para poder afrontarlo, en declaraciones para el diario Información, Lydia Polo García, psicóloga, aseguró que dicho síndrome es un conjunto de síntomas pasajeros, que van mermando en cuanto nos acostumbramos de nuevo a la rutina. “Mientras esto sea pasajero no hay de qué preocuparse. Es normal que el cuerpo se rebele contra lo que no nos hace sentirnos tan bien como estábamos hace unos días", dice la especialista.
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¿Cómo hacerle frente?
No regresar de las vacaciones a la oficina el mismo día
Antes de dejar la playa o a la espesura de la selva, es importante contar con un par de días libres antes de ir a la oficina, de tal manera que sea más fácil adaptarse nuevamente al ritmo de la ciudad, los horarios de oficina y las horas de sueño, en caso en que se encuentre con jetlag.
Regresar a mediados de semana
Si está en sus manos, procure comenzar su jornada laboral un jueves o un miércoles, de tal manera que el fin de semana esté más cercano para mentalizarse sobre la semana que le sigue y que, con seguridad, será más dura. No olvide que el lunes es el peor día de la semana.
Entre más vacaciones, más difícil es adaptarse
No deje acumular sus periodos vacacionales, pues si sufre del síndrome, volver será aún más frustrante. Márchese máximo 15 días y vuelva, no lo alargue por un mes.
No abandonar el ocio
Regresar al trabajo no siempre significa dejar de divertirse. Es importante seguir empleando los fines de semana como pequeños escapes que son oportunos para reencontrarse con amigos, dar un paseo o ir al cine, al fin y al cabo el tiempo libre es la mejor manera de mantenerse libre del estrés y de disfrutar la vida.
Optimismo
Volver al ambiente laboral, no siempre debe suponer enfrentarse a situaciones complejas. En sus manos está poder dar solución a las adversidades con buen ánimo y respeto. Por eso, según Polo García, hay que pensar que “no todo es malo a la vuelta de vacaciones, y además siempre tendremos algún puente o festivo para poder disfrutar de días libres antes de las ansiadas vacaciones del año que viene".
LatinAmerican Post | Maria Alejandra Gómez
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