Dapper Dan y la moda pirata
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A propósito de la proximidad de las semanas de la moda más importantes del mundo y de la temporada, le presentamos a Dapper Dan, el pirata de la moda
Se llama Daniel Day pero lo conocen en la industria como Dapper Dan. Nació y creció en Harlem, donde pueden encontrarse ahora sus diseños. Este pirata de la moda, que durante los 80s plagió el logo de distintas firmas de lujo, es ahora un diseñador y sastre muy respetado en la industria. Tal vez no lo conocías pero sin duda has visto alguno de sus diseños en el escenario o en la tapa de tus discos favoritos.
La piratería ochentera y la época dorada de Dapper Dan
En 1974 Daniel Day acababa de regresar a Nueva York de un tour que hizo por África como parte de un programa de la Universidad de Columbia. Era un hábil estafador que vendía en el asiento trasero de su carro prendas que robaba de almacenes. Más tarde, en 1982, se convirtió en Dapper Dan cuando abrió su primera Boutique en Harlem.
La tienda funcionó durante los años 80 mientras las drogas se volvían una epidemia en el Spanish Harlem y LL Cool J empezaba a sonar en la radio. Muchos dicen que el boom de la cocaína y del hip hop ayudó a Dapper Dan y a su boutique, pero lo cierto es que él supo leer ambos fenómenos y adaptarse a ellos. Empezó a ser reconocido entre los raperos y los gánsteres por sus diseños con copias de los logos de firmas de lujo.
Al principio le costó ser tomado en serio por la industria de la moda, pues nadie le vendía telas. Dapper Dan, entonces, aprendió a estampar e imprimir por sí solo e inventó nuevas técnicas de impresión sobre cuero. Se apropió de su imagen de marginado de la moda de alta costura y se hizo popular entre los raperos. Como sus clientes, gánsteres que se escondían a plena vista en las calles de Harlem, Dapper Dan abrazó su fama de diseñador y sastre de medio pelo y rápidamente fue asociado con la realeza del hip hop.
En 1987 vistió a Eric B & Rakim en la portada de sus discos Paid In Full y Follow The Leader y ambas se volvieron en imágenes icónicas del rap ochentero. Entre sus clientes más fieles están las estrellas del rap LL Cool J, The Fat Boys y Salt-N-Peppa, los deportistas Diane Dixon, Mike Tyson y Floyd Mayweather, y el legendario capo de la droga Alpo Martínez.
Su estilo era colorido y extravagante, es evidente en sus diseños las influencias de su viaje por África y la africanización de algunos patrones europeos. En entrevista con GQ Style, Dapper Dan cuenta que el viaje que más dejó huella en él fue cuando visitó Italia y encontró muchas similitudes entre el estilo de la mafia italiana y los gánsteres latinos de Harlem.
El uso indistinto del logo de Louis Vuitton repetido como un patrón y la GG de Gucci impresos en cuero es recurrente en sus prendas, así como el animal print de reptiles y las chaquetas de peluche. Según Dan, en los comienzos de Harlem había dos estilos: el que él llama Ivy League, que asociaban con los chicos gomelos de las universidades gomelas; y el estilo Hustler, el de los estafadores y los ladrones. El segundo fue su mayor influencia: "El estilo hustler se tomó Harlem. El Ivy League siempre estaba intimidado, ¿sabes? El hustler ganó. Fueron como Robin Hood para nosotros". Sus mayores influencias fueron James Cagney y Edward G. Robinson en la pantalla grande y luego Sammy Davis Jr., Nat King Cole y Nat Nevins.
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La caída
Todos en el barrio sabían que Dapper Dan pirateaba los logos de Gucci, de Louis Vuitton y de Fendi. No solo eso, también sus patrones: el dorado del logo de Louis Vuitton y las franjas rojo con verde de Gucci. Y es que el diseñador entendió muy bien a sus clientes. En su boutique trabajaba de la mano de ellos, algunos de sus diseños eran personalizados y en una suerte de coautoría con sus clientes.
Dapper Dan se autodenominó el rey de lo falso, sus diseños originales eran una suerte de contracultura que luego se volvió mainstream, como las canciones de los raperos para los que trabajaba. Dan entendió que el éxito de sus diseños no estaba en intentar que estuvieran "a la altura" de la alta costura, sino que operaran fuera de ella en una especie de resistencia. Si no había espacio para el diseñador negro de Harlem en las pasarelas, él se haría su propio espacio en el barrio. Y de ese afuera él era el rey.
Y era mutuo. Incluso ya cuando tenían plata y presencia, los gánsteres y músicos siguieron comprándole a Dapper Dan porque entendían su ropa y porque estaba hecha para ellos, a diferencia de las otras firmas, cuyos diseños estaban hechos para actrices blancas de Hollywood. Pronto estas tuvieron que compartir alfombra roja con los negros que lucían la elegancia y la extravagancia que se creía exclusiva de blancos resignificada y que Dapper Dan había plagiado y fabricado para ellos.
En 1992, Sonia Sotomayor (ahora parte de la Corte Suprema y en ese entonces abogada corporativa que representaba a la firma Fendi), demandó y cerró la Dapper Dan Boutique por plagio. Dap, sin embargo, habla de ella con sumo respeto y admiración, al fin y al cabo, él sabía lo que estaba haciendo.
La resurrección
Después de trabajar undergorund durante algunos años, Dapper Dan volvió en colaboración con Gucci para abrir de nuevo una tienda en Harlem. La firma que uno creería era su archienemiga le ofreció al diseñador asociarse para revivir su trabajo. La tienda es atendida por el mismo Dap y funciona desde mitad del año pasado. Sobre la experiencia de colaborar con Gucci, el diseñador ha dicho que es muy distinta de su trabajo inicial, en el que debía encontrar exuberancia con muy pocos materiales y de una manera accesible para sus clientes. Ahora no tendrá límites.
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz