Canadá: ¿se debilita el aparente gobierno perfecto de Trudeau?
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La vinculación del primer ministro canadiense Justin Trudeau en un caso de corrupción ha comenzado a derrumbar su imagen y la del partido liberal
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, tomó su cargo en el 2015, por lo que ya casi cumple cuatro años. Su gobierno ha tenido una montaña rusa de altos y bajos pero, sin duda, ha mantenido el apoyo de sus electores y la población, todo dentro de una manejo politico “aparentemente perfecto” en lo que ha sido las grandes políticas globales más populares y efectivas.
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Sin embargo, ahora se ven empañadas por un caso de corrupción imperdonable para el sistema judicial canadiense. Dentro de la oposición a su gobierno, se encuentra el partido conservador y el partido de izquierda. Aunque estos no han tenido mayor relevancia frente al popular gobierno del primer ministro, son quienes ahora esperan alimentarse de los posibles restos del partido liberal, quienes han entrado en una fase de descomposición justo a unos cuantos meses de las proximas elecciones generales, siete meses para ser específicos.
El caso de corrupción de una de las más grandes constructoras de Canadá
El génesis de toda esta situación se encuentra en los aconteceres de la mayor constructora del país norteamericano, SNC-Lavalin, la cual se encuentra en investigaciones por sobornos pagados con el objetivo de conseguir a como de lugar el contrato en Libia cuando aún se encontraba en mandato Gadafi. Las investigaciones pendientes para esta constructora no se les iban a escapar a la justicia canadiense, y es aquí donde todo se hace implosión. Según reportes del diario The Globe and Mail, Trudeau estaba interfiriendo en lo que sería la resolución del caso, con el objetivo de evitar que SNC-Levalin no dejase de recibir contratos públicos, pues el Banco Mundial ya había ejercido sanción y rompimiento de alianzas con esta.
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Ministras del gabinete de Trudeau se niegan a ser desleales ante la justicia
Aunque el primer ministro ha negado la interferencia en el caso, él ha dejado claro que ha intentado llegar a acuerdos con la multinacional con sede en Canadá, pero ha aseverado que su actuación ha sido de manera acorde a los principios de justicia canadiense. Sin embargo, los hechos no respaldan la teoría de Trudeau. Wilson-Raybould, ahora-ex ministra de veteranos, declaró ante al parlamento que, dentro de sus funciones en su anterior cargo como ministra de justicia, fue presionada para evitar que la constructora tuviese mayor responsabilidad dentro del caso de corrupción en el que está comprometida. También dijo que toda esa inapropiada presión provino de la oficina del primer ministro, que utilizaban como argumento la protección hacia los empleados que trabajan para SNC-Lavalin. En consecuencia, Wilson-Raybould renuncia al gabinete de Trudeau el 2 de febrero, y posteriormente sacó a la luz el testimonio sobre el primer ministro y sus asesores.
Los escándalos no terminan ahí. El primer ministro cada día baja su popularidad y su reputación con los nuevos testimonios y actuaciones de quienes trabajaban a su lado, todos fieles a los mismos principios liberales con los que se han manejado las políticas canadienses. La dimisión de Janet Philpott del gabinete del primer ministro, debido al testimonio de Wilson, realza la comprometida y leal participación del partido liberal con los principios de justicia de Canadá, pero es probable que no sea suficiente mérito para sacar a los liberales del escándalo en el que están implicados. Mientras líderes de la oposición como Andrew Scheer, líder del partido conservador, exigen la renuncia del primer ministro, este se compromete en esperar la decisión de los votantes en las próximas elecciones. Las encuestas en Canadá sobre la popularidad del primer ministro Justin Trudeau están por todas partes, pero solo queda esperar por las consecuencias que toda la situación ha generado dentro de la población, así como también dentro del gabinete de su gobierno y por supuesto, dentro del partido liberal. Philpott dio un paso en frente y formalizó a voz publica su descontento y desconfianza sobre los que ahora son el rostro de desarrollo político canadiense.
¿Aparecerá alguien más siguiendo los pasos de la ex ministra Philpott?
LatinAmerican Post | Gabriela Rivas
Copy edited by Juan Gabriel Bocanegra