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El mundo oculto de Sabrina y la nueva adolescencia

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La semana pasada se estrenó en Netflix la segunda temporada de El mundo oculto de Sabrina. Acá nuestras primeras impresiones

El mundo oculto de Sabrina y la nueva adolescencia

El mundo oculto de Sabrina es una serie original de Netflix que se estrenó para el Halloween del año pasado. Después de haber lanzado un especial navideño, Netflix vuelve a traer ahora la segunda parte de las aventuras de la bruja adolescente. Esta serie es producida por Warner Bros. Television y realizada por Roberto Aguirre-Sacasa, autor del cómic en el que se basa.

Read in english: 'Chilling adventures of Sabrina' and the new adolescence

Esta segunda temporada se compone de nueve capítulos, a diferencia de la primera, que tenía uno de más. La premisa sigue siendo básicamente la misma: Sabrina Spellman es una quinceañera mitad bruja mitad humana que debe decidir entre sus dos naturalezas, entre sus dos escuelas, entre sus dos grupos de amigos, en últimas, entre el bien y el mal.

 

La nueva adolescencia

Aunque la historia continúe donde la había dejado el especial de navidad, Sabrina no será ya la misma en esta segunda temporada. Para el inicio de esta segunda parte, ya Sabrina habrá celebrado su bautizo de bruja, es decir que ha firmado el libro del Señor Oscuro con su propia sangre prometiéndole con esto obediencia ciega.

En la primera temporada de la serie habíamos visto una Sabrina más incinada a su lado humano: es muy critíca de las tradiciones del aquelarre, intenta siempre hacer el bien, pasa más tiempo con sus amigos y su novio humano, se rehúsa a obedecer ciegamente a Satanás. Si bien es un personaje simpático con el que es fácil identificarse, en los últimos episodios de la primera temporada vemos a una Sabrina extremadamente buena. Haría de todo por su novio Harvey y por sus amigas Susie y Roz. Los quiere proteger a toda costa y para eso hace las cosas más absurdas. Al final de la primera parte, Sabrina es insoportablemente buena.

En esta segunda temporada, sin embargo, la vemos más inclinada a su lado oscuro. En el primer episodio decide abandonar por completo el instituto Baxter y a sus amigos humanos para poder entrenarse en las artes oscuras de las brujas. Si bien al final de la primera temporada queda claro que Sabrina accede a bautizarse solo para desde dentro combatir al Señor Oscuro, en esta segunda temporada la vemos disfrutar de las tradiciones del aquelarre y de sus poderes satánicos.

Vemos ahora a una Sabrina más risueña y pícara y mucho menos lamentera y quejona. Aunque siguen todas las premisas feministas que se veían también en la primera temporada y por las que lucha Sabrina tanto en el aquelarre como en el mundo humano, la vemos a ella cediendo un poco más. Así, veremos ahora a una adolescente que se siente más real: explora su sexualidad, experimenta con sus poderes, los usa no siempre para el bien, se permite una que otra mentira, se siente tentada por el demonio. 

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La adolescencia del siglo XXI

Que no se confunda el lector. Esta nueva serie sobre Sabrina Spellman no está inspirada en la serie noventera Sabrina, la bruja adolescente. Esta estaría basada también en un cómic, distinto del de la más reciente versión de Sabrina. Se trata de una serie de cómics de Archie Comics de 1962 en la que en su decimosexto cumpleaños Sabrina Spellman descubre que tiene poderes y de ahí en adelante intenta vivir con ellos mientras tiene una vida normal. Esta serie de cómics fue la que inspiró la serie noventera en la que veíamos a una adolescencia mucho más inocente y tierna. 

En la serie de 1996, los más grandes problemas de Sabrina tienen que ver con que sus tías Hilda y Zelda no la avergüencen delante de sus amigos o que la dejen salir de fiesta. En la serie de Netflix, en cambio, ya se da por hecho que Sabrina puede salir sola con sus amigos y son sus tías quienes promueven las tentaciones en ella. Y es que esta está inspirada en un cómic más reciente: de 2014, en el que hay una concepción de la adolescencia y del satanismo muy distinta.

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El ser bruja de Sabrina no tiene que ver ya con tener poderes que pueden hacerle la vida más fácil o más difícil sino con seguir unas tradiciones que dicta el culto a Satán. Así, la nueva adolescencia que propone la segunda parte de El mundo secreto de Sabrina no es solo con respecto a la primera temporada, sino también a una nueva concepción de la adolescencia más propia de este siglo que muestra las tentaciones de una quinceañera más que sus dilemas morales. 

Aunque también de Archie Comics, la historieta en la que está basada El mundo secreto de Sabrina es mucho más oscura y de una estética sesentera (pues está ambientada en los sesentas, cuando salió el primer cómic sobre Sabrina Spellman, en el que se basa la serie Sabrina, la bruja adolescente). De esta manera, no se sorprenda si ve en la serie de Netflix esculturas a Satán, referencias góticas y terroríficas, o si después de verla se sueña con el mismísimo demonio.

 

LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón

Copy edited by Juliana Suárez

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