Venezuela: los efectos del Niño amenazan con paralizar la represa del Gurí
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El sistema eléctrico venezolano se encuentra en crisis desde el año 2009. Uno de los factores es el cambio climático
El sistema eléctrico venezolano se encuentra en crisis desde el año 2009. Siendo uno de los factores desencadenantes de dicho déficit, los efectos del Niño en Venezuela, ocasionado por el cambio climático. Estadísticamente se conoce que la central Hidroeléctrica Simón Bolívar (anteriormente Central Raúl Leoni) es responsable de la producción de más del 60% del volumen energético que consume el país, con una medida de producción total equivalente a 10.000 MW. Situándose como uno de los complejos de mayor capacidad hidroeléctrica en el planeta superado solo por las represas Tres Gargantas y Xiluodu de China y la Itaipú de Brasil.
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Para el año 2019, sin embargo, la central hidroeléctrica se encuentra solo produciendo un total de 5.000 MWh, motivado al hecho de la paralización de cuatro de sus más importantes unidades y a un 79% en el descenso del nivel del agua aportada por el rio Caroní, principal caudal del cual dicha central se surte. A pesar de las diferentes medidas aportadas referentes a los planes de racionamiento energético, el país ha tenido que hacer frente a apagones prolongados y escasez en el suministro de agua potable. Esto ha tenido una merma impactante en cuanto al progreso de la sociedad y al equilibrio del comercio.
Embalse del Gurí: cronología detallada de un colapso energético nacional.
De acuerdo con fuentes informativas correspondientes a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), durante un total de tres oportunidades diferentes, el reconocido embalse del Gurí ha alcanzado sus mínimos históricos de gran importancia. Durante los últimos cuarenta años, la relación entre la producción y demanda eléctrica se ha vuelto cada vez un factor más pronunciado, incrementándose un 6% con cada año que pasa. El día 11 de Mayo del 2003, fue registrado el primer descenso histórico de dicha capacidad con una medida correspondiente a 244,55 metros sobre el nivel del mar, ocasión en la cual se vio necesaria la paralización de cuatro unidades turbogeneradoras, que aún hoy en día continúan fuera de servicio.
Con la llegada del fenómeno del niño en el mes de Julio del 2009, se inició un proceso de descenso prolongado, que además de motivar los dos apagones nacionales que Venezuela ha sufrido en fecha reciente, fue también el responsable de que el Gurí alcanzara un descenso de 248 metros. Posteriormente, en Febrero del 2016, dicha medida volvió a preocupar a la corporación tras registrar solo 249 metros de altitud.
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Desde el punto de vista técnico, dichas medidas acarrean un severo problema para el funcionamiento de las 16 turbinas que la sala de máquinas alberga. De acuerdo con las observaciones realizadas por José Aguilar, técnico operador del citado complejo, cada una de esas medidas constituyen un severo riesgo tras encontrarse en promedio a unos 5,9 metros por encima de la zona de colapso o paralización total. Un evento que de llegar a suceder podría dejar a más del 70% del país a obscuras.
¿De qué forma afecta la reducción de lluvias a los ecosistemas y población del rio Caroní?
El embalse del Guri es un cuerpo de agua con una extensión de 4 250 km² y una capacidad total de 135 km³. Hasta el momento, los niveles más bajos registrados del complejo se habían situado en la década de los años 1950. Sin embargo, tras un extenso periodo de sequía de más de 21 meses a mediados del 2018, dichos mínimos históricos pudieron ser nuevamente apreciados. La pluviosidad promedio de la cuenca del rio Caroní, ha descendido por tanto en un 70%. La población indígena y autóctona del lugar también ha sido testigo de cómo dichos efectos del Niño en Venezuela han afectado al caudal de otros importantes afluentes locales como ocurre en el caso de los riachuelos Carrao, el Akanán y el Churún.
Otra de las importantes consecuencias del problema han sido los recurrentes incendios forestales ocurridos en la zona circundante a la instalación. Factor que aunado a la elevación de temperaturas ha marcado notablemente la conservación de la vegetación y flora del lugar. Estos mismos fenómenos han sido responsables también de continuos apagones de forma reciente, ya que directamente afectan a las líneas principales de suministro y distribución. El sistema de seguridad del embalse también cuenta con interruptores que apagan el sistema cuando la temperatura atmosférica supera los 40 grados centígrados.
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¿Cuáles son los planes para mitigar de los efectos del problema?
Un total de cuatro medidas han sido implementadas, durante la última década, por parte de dichas instituciones con la esperanza de hacer frente a la mencionada crisis energética. La primera de ellas ha sido el uso de la energía termoeléctrica para sostener la carga voltaica total del país.
El plan iniciado desde 2010 contempla la inversión de 5000 mil millones de dólares para la instalación de diversas centrales termoeléctricas en diversos puntos específicos del país. Ante dicha medida, los planes de racionamiento eléctrico en Caracas y diversas partes del país se incluyen también como importante y segunda medida ante tal escenario.
Como tercera optativa empleada por el gobierno nacional, han podido verse los planes de reducción y control energéticos a la industria minera nacional, como ocurre en el caso de SIDOR, y un contrato de conexión de la compañía Isagen para importar 27,52 GWh de Colombia. Por último, se conoce que también se han realizado diversas maniobras de siembra de nubes, en la cual, el uso de aviones cargados con polvo de yoduro de plata, espera generar una mayor pluviosidad para paliar así los diferentes efectos del Niño en Venezuela.
LatinAmerican Post | Abraham Nuñez
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