A mordiscos se terminó el gran clásico del fútbol paraguayo
El más reciente hecho lamentable por la falta de juego limpio en las canchas del deporte más popular de Latinoamérica se dio en Paraguay cuando se jugaba el clásico Cerro Porteño versus Olimpia, dos rivales históricos que no guardan gota de sudor en su cuerpo cuando de merecer la camiseta se trata.
Fernando Amorebieta se compite con su rival en la final del clásico entre Olimpia y Cerro. / Foto: youtube.com/futbolero2012
LatinAmerican Post | Alberto Castaño
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Fernando Amorebieta, un jugador Hispano – Venezolano que juega como defensa en Cerro Porteño, ante la imposibilidad de controlar al delantero Néstor Camacho, quien le venía amargando el partido al defensor y trenzándose en empujones para ganar posiciones favorables, decidió morderle la cabeza en pleno partido, ante los ojos del árbitro y en una jugada en la que no se estaban disputando la posesión de la esférica.
El resultado de la acción fue la expulsión fulminante para los dos; el árbitro Julio Quintana no dudó un solo instante para mostrarles la tarjeta roja a cada uno. Amorebieta, poniendo las manos en su cintura con aire desentendido pretendiendo convencer de que no sabía lo que había pasado.
Por su parte, Camacho se revolcaba en el piso dando tumbos de dolor o de histrionismo, no importó, de igual forma tuvo que abandonar el partido que Olimpia ganaba holgadamente 4 por 2 contra el Cerro Porteño que con ese resultado se despedía de las posibilidades del título durante este año mientras que su rival llegó a 44 puntos faltando solo 12 por disputar y acariciando más de cerca el cuarto título consecutivo.
Un partido sin duda alguna de protagonistas, no sólo por el mordisco, también por la proeza de Roque Santacruz que, con 38 años de edad siendo el veterano jugador de mil batallas de la selección Paraguaya, logró al ser el anotador de los cuatro tantos con los que Olimpia dio golpe de autoridad contra su archirrival.
Pero no sólo Amorebieta ha sido protagonista de los hechos en los que los jugadores que deberían deleitar con sus pies, utilizan los dientes para enfrentarse a sus rivales. El talentoso jugador del Barcelona de España, el uruguayo Luis Suárez se hizo más famoso por sus mordiscos que por su talento como deportista.
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Tal vez en la ocasión en la que más se destacó la falta de juego limpio por parte del uruguayo fue en el partido disputado entre Italia y la selección del país latinoamericano en el que Suárez muerde ante las cámaras de todo el mundo al defensor Chiellini.
En aquella oportunidad, la FIFA fue rotunda y contundente con la sanción. Fueron nueve fechas de suspensión por ser hallado culpable de “haber agredido a otro jugador” y por “haber cometido una ofensa a la deportividad contra otro jugador”.
Aparte de las nueve fechas en las que ni siquiera podía entrar a los estadios en donde estuviera jugando la selección uruguaya, la multa ascendió a los 100.000 francos suizos.
Y a pesar de que muchos consideraron en el momento excesiva la pena impuesta al jugador estrella del conjunto uruguayo, seguramente la FIFA tomó en consideración que esta no era la primera vez que Suárez usaba los dientes para “jugar al fútbol”. Ya en la liga holandesa, en un clásico entre el Ayax y el PSV había mordisqueado al jugador holandés Otman Bakkal y luego en la liga Premier, jugando con el Liverpool, también usó sus dientes contra el jugador Branislav Ivanović del Chelsea, en aquella oportunidad fueron 10 fechas de suspensión.
Pero regresando al caso de Amorebieta, actual jugador de Cerro Porteño y antiguo fichado por el Athletic en España, tal vez, aprendió esas “malas mañas” cuando en 2016, el futbolista francés Souleymane Doukara del Leeds United lo mordió en pleno partido acarreándole, al francés, una suspensión de dos fechas.
Pero más allá de quién haya sido el maestro, si el popular boxeador Mike Tyson, el talentoso uruguayo Luis Suárez o el Tyrannosaurus rex de Jurasic Park, lo cierto es que el ‘Fair Play’ exige que se juegue con los pies y que no en el juego no se comprometan las piezas dentales.